Santiago Moldes, autor de la sesión: «La gente me dice que hemos embellecido la estructura con esta pareja»
24 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Halo ha sido el escenario escogido por el fotógrafo Santiago Moldes para encuadrar el amor de una pareja. Se casaron a mediados de junio y, tras la luna de miel y semanas de ajetreo, el 14 de agosto realizaron el reportaje fotográfico de su boda. Sin conocimiento de cuál sería el telón de fondo de sus fotografías hasta tres días antes de la sesión, Moldes sorprendió al matrimonio con una propuesta diferente. El superascensor vigués era el plató elegido.
«A mí este tipo de estructuras siempre me han gustado para los fondos de mis novios. Creo que es algo que realmente adorna la fotografía», afirma el profesional. Moldes buscó y analizó aquellos rincones y fondos que mejor encajasen con la pareja. El Halo, explica, es una arquitectura muy «brutalista» que da mucho juego de líneas, luces y grandiosidad. «En él podemos utilizar angulares extremos y todo tipo de lentes que no se emplean normalmente en fotografía», cuenta para explicar el porqué de la propuesta.
Santiago Moldes confiesa que el Halo es «el marco que yo quería». La curva de la parte superior ha generado una especie de punto de fuga en la pareja, es decir, todas las líneas convergen en ellos. «Es como si el centro de atención de toda la arquitectura estuviese en la pareja», señala.
«La foto elige a los novios», defiende Moldes. El vestido y la actitud son dos pilares fundamentales para seleccionar el lugar de la sesión. «Este vestido era muy voluminoso, casi se funde con el blanco de las luces superiores del Halo. Ella llevaba un peinado desenfadado que se movía como las personas que van a prisas a la estación», aclara. La actitud supone un punto de inflexión ya que el encuadre o la situación de la fotografía puede variar dependiendo de la sorpresa, emoción o sentimiento que la novia o el novio muestren.
Además, el fotógrafo cuenta que proponerles este fondo fue sencillo al haber trabajado con la pareja a lo largo de toda su preboda y de su boda. El riesgo estaba controlado. Confiesa que sabía que le dirían que sí a prácticamente todo lo que les sugiriese.
Aun así, el reportaje fotográfico de su posboda no solo tuvo lugar en el Halo, sino que también se desplazaron a las salinas de Ulló, en Vilaboa. Moldes explica que, con esta pareja, lo que quiso fue combinar la naturaleza con la ciudad, para ofrecerles un reportaje «mucho más amplio». La ciudad es un escenario que «crea experiencias a los fotografiados», apunta. «Un montón de gente pasa y se sorprenden al ver en un ascensor a los novios. Les aplaudían, les felicitaban y hasta les pedían fotos», relata el autor de las imágenes.
Con respecto a su trabajo, Moldes siempre busca «hacer muchas bodas dentro de una», es decir, crear una fotografía más cañera, otra más romántica, una más divertida... Todo ello con el objetivo de otorgar mayor dinamismo al reportaje.
Sin embargo, el proceso no siempre fue un camino de rosas. La novia tuvo unos contratiempos que retrasaron la hora de inicio del reportaje, por eso muchas de ellas son de noche. Y las fotografías que se tomaron en el ascensor fueron complicadas ya que «no todo el mundo quería esperar y no nos dejaba hacer la foto», señala Moldes. Pese a todo, tiene claro que «las fotos del Halo son un pie para hacer las próximas mejores».
El resultado final fue todo un éxito, asegura. Las imágenes tuvieron gran acogida entre en sus redes sociales. Los usuarios se sorprendieron al ver a dos novios posando en la estructura que tanto debate y polémica ha suscitado. «La gente me está diciendo que la hemos embellecido con esta pareja», confiesa.
Santiago Moldes es fotógrafo de bodas desde hace quince años y dispone de un estudio en Ponferrada. Estuvo nominado a mejor fotógrafo en los Premios Internacionales de FDB en 2023 y 2024 y el 16 de junio ha sido premiado por una de sus fotografías. Actualmente cuenta con más de 30 premios en esta categoría.