Pablo Chiapella: «Para que triunfe el amor me parece esencial el sentido del humor»
TELEVISIÓN

Conduce «¿Algo que declarar?» en La 1, donde ayuda a otros a buscar pareja sacando a la luz sus secretos íntimos
13 ago 2025 . Actualizado a las 11:46 h.Es el «comandante del amor» en un viaje muy especial cuyo destino final es encontrar pareja. El actor y presentador Pablo Chiapella (Albacete, 48 años), una de las caras más conocidas de la televisión por su papel en La que se avecina, es el maestro de ceremonias de ¿Algo que declarar?, el dating show de La 1 (los miércoles a las 22:50 horas) en el que tres participantes buscan el amor entre nueve pretendientes, que esconden en una maleta sus secretos más inconfesables. Producido por RTVE en colaboración con Boomerang TV, el programa está basado en Baggage, un formato licenciado por NBCUniversal Formats, que se ha emitido en otros países como Estados Unidos, Reino Unido o China.
—¿Cómo lleva su papel como «comandante del amor»?
—Bien, estoy disfrutando mucho, sobre todo estoy sorprendido con las ganas que tiene la gente de encontrar el amor real y lo atrevidos que son. Hay cosas de las que a lo mejor no te enterarías al estar con una pareja por sí sola o lo descubrirías a lo largo de los años, pero aquí tienes el valor de entrar y decirlo a la primera. Eso está generando un punto de partida muy sincero a la hora de encontrarse entre ellos, y a largo plazo les va a facilitar mucho la relación.
—¿Le costó aceptar este cambio de registro?
—En parte no, porque tenía ganas de volver a RTVE desde que hice El paisano. Además, tenía también ganas de cambiar de aires. Soy intérprete sobre todas las cosas, pero esto es un regalo. No a todos los actores les llega un formato como este y lo vi como una oportunidad para encontrar otro lugar en mí, para descubrirme a mí mismo y para ponerme otra meta.
—¿Cree que se miente más para encontrar el amor por las aplicaciones?
—Las redes tienden a idealizar la vida de todos. Hay mucha mentira, pero también depende de las generaciones. En mi caso, y por mi relación con las tecnologías, no he usado ningún tipo de aplicaciones, pero sí que sé que la gente las usa mucho y miente más. Aquí en el programa vamos de cara, con la sinceridad por delante.
—¿Qué motiva a la gente a venir al plató y sacar todos sus secretos a la luz?
—A un tipo de gente le gusta divertirse, le gusta el show, le gusta la televisión y le gusta vivir la experiencia de estar en un plató para que le vean. Y me parece estupendo. Luego hay gente que necesita ese empujoncito para afianzar y creer en sí mismo, y con toda España viéndolo.
—¿Cuál es la receta del amor?
—La sinceridad es esencial y, desde mi punto de vista, es fundamental también el sentido del humor. No se trata de ser muy divertido, sino de conectar y que os riais de algo en común. Eso me parece que es superimportante, sumado a la sinceridad y también a la paciencia. Para que el amor dure, desde mi experiencia ya de largos años, hay que ser muy paciente y aceptar mucho al otro.
—¿Esto se lo ha aplicado con su mujer, con la que mantiene una relación desde hace 18 años?
—Sí, todo eso y en nuestro caso también tenemos a nuestra hija, Valentina, con la que intentamos compartir en común el máximo tiempo posible y que conozca por qué está aquí. No a la mínima separarnos y que nos conozca aparte, sino apostar por lo que generó su existencia. Luego puede ser que la cosa se tuerza y no haya más remedio que separarse, pues también hay que ser valiente y decir «hasta aquí hemos llegado» por más amor que haya.
—¿Sigue notando el cariño en la calle por ser Amador en la exitosa serie «La que se avecina»?
—La verdad es que tengo suerte. Noto que la gente me tiene cariño y lo agradezco. Y agradezco mucho también que hayan entendido que Amador es una extensión y, sobre todo, una parodia de un tipo de personaje, aunque en la calle todavía me confunden un poco (risas).
—¿Le ha llegado a sobrepasar la fama en algún momento?
—Ya no, aunque he pasado por todas las fases. Son 18 años de serie, y también he vivido el pico de cuando La que se avecina se hizo global y todo el mundo empezó a reconocerme. Ya lo viví, lo pasé; lo tengo bastante asumido todo y lo llevo bastante bien. Sé que hay cosas que, si no me quiero enfrentar a ellas, no debo ir yo a según qué sitios. Y ya está. La gran mayoría de la gente es educada y cada vez más, por suerte, noto que la gente se dirige a mí tal y como soy. Por eso también me interesa presentar programas como ¿Algo que declarar? para que me vean otra cara y que la gente vea que Amador no existe.