Ruth Núñez, protagonista de «Yo soy Bea», recuerda cómo fue rodar la serie: «Yo no podía estar en sitios públicos no caracterizada»
TELEVISIÓN

La actriz que protagonizó el éxito televisivo se sinceró sobre lo difícil que le resultó esa etapa
11 jul 2025 . Actualizado a las 12:56 h.Ruth Núñez protagonizó uno de los grandes éxitos televisivos de comienzos de los 2000. Yo soy Bea se emitió en Telecinco entre 2006 y 2009. A pesar de tratarse de una etapa dorada para la televisión y para ella como actriz principal, Núñez se sinceró en el pódcast Con los pies en el cielo sobre los efectos adversos que le trajo la fama.
«No me reconocían si iba como Ruth, no lo aceptaban. Me miraban raro, como si estuviera escondiéndome», confesó la intérprete. Mientras los límites entre su personaje y su identidad real se difuminaban para el público —e incluso para ella misma—, desde la producción de la serie le impusieron una condición que dificultó aún más la situación: «Había una cosa no escrita, pero acordada, como que yo no podía estar en sitios públicos no caracterizada».
Esto significaba que la actriz no podía aparecer en actos públicos si no era personificada como Bea. Mientras sus compañeros de reparto acudían a eventos como ellos mismos, Ruth debía hacerlo transformada en su personaje. «Hubo muchas cosas que no hice, como ir a premios... todo cosas públicas, porque o iba disfrazada de Bea o no podía ir. A día de hoy pienso que me lo tenía que haber saltado. No pude ir a ninguna gala de premios», lamentó.

Incluso cuando dieron las Campanadas para recibir el año 2007, Núñez recordó que «no podía ir mona», y por esa razón todo el elenco tuvo que acudir caracterizado. «Lo hicimos desde el personaje. Teníamos las bellezas, y estaba yo. Esto es horrible. Me da miedo hablar de estas cosas porque, en realidad, creo que quedan muchas cosas por decir y por luchar en la vida», reconoció.
Con el paso del tiempo, y desde la perspectiva actual, la actriz admitió que hay elementos de la serie que hoy ve con otros ojos. «Yo hice una serie de una persona fea que era válida aunque fuera fea, pero hay que convertirla en guapa para completar todo», señaló. Es decir, la historia no planteaba una transformación interior, sino un cambio físico: «Hace falta volverse guapa para ser válida, no es una evolución. Es sencillamente verse guapa. Lo pienso ahora, yo no pensaba eso cuando lo hacía».
Bea era, según Núñez, «una persona supervaliosa, con sentimientos, inteligencia y muy válida en el trabajo», pero, aun así, «había que ponerla guapa». Y para ella la imposibilidad de construir una vida pública más allá del personaje acabó por afectar a su identidad: «En esa época yo me perdí. Me costaba saber quién era realmente».
Las reacciones del público también influyeron en su autoestima. «Cuando sales mucho por la tele, te vuelves cotidiano. Entonces, tú vas por la calle y, según el personaje que hagas, te tratan de una manera o de otra», explicó. En su caso, llegó a sufrir comentarios hirientes como recibir gritos de «fea »por la calle sin ningún tapujo. Eso termina «haciendo mella» de alguna forma.
Con los años, la madurez y el alejarse de los medios le permitieron reconstruir su relación consigo misma. Hoy, afirma: «Estoy en otro lugar. He aprendido a valorarme más allá de un personaje, a quererme fuera del foco».