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El mar ofrece este mes su «fruto» más azul

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

CARMELA QUEIJEIRO

Xardas, xurelos, xoubas, bocartes y sardinas, en plena temporada, llenan unos expositores en los que también abundan las merluzas y otros pescados «finos» cuyo precio se ha disparado

18 abr 2025 . Actualizado a las 04:45 h.

Desde finales de marzo y en todo lo que va de mes de abril, el mar está dando su «fruto» más azul. Las especies pelágicas, pescados azules, abundan en el caladero del Cantábrico Noroeste y esa copiosidad se refleja en los mostradores de las pescaderías en esta temporada. No faltan tampoco los habituales blancos, como las merluzas o las maragotas, ni otros de los denominados pescados finos, de esos que no se ponen todos los días en la mesa de diario, como el coruxo, el rodaballo, la robaliza (lubina) o el virrey (palometa roja), que a principios de semana subieron de precio hasta el punto de rozar cotizaciones más propias de la época navideña que esta que (se supone) de recogimiento.

En ese alza de precios se han confabulado las vacaciones de Semana Santa y el tirón de la hostelería y una meteorología hostil que, al tiempo que invita al comensal a sentarse a la mesa, limita a la flota hacerse a por la materia prima con que llenar el plato.

Los azules

El pescado az­ul que más se deja ver estos días es la xarda (Scomber scombrus). Caballa, si se prefiere llamarla así. O rincha. Verdel, más allá del Eo. En cualquiera de sus denominaciones, los mostradores aparecen repletos de este pelágico que descargan arrastreros y cerqueros, porque la flota que emplea otros artes no consigue capturarla. Se está dejando ver en piezas grandes. De esas que con tan solo dos se completa un kilo, si es que no se pasan ya de pesada. Suele dispensarse a 7 euros, aunque en pescaderías de grandes superficies puede encontrarse en oferta a 4 o 5 euros. Después de dos años con menos oferta de la habitual, el Trauchurus trauchurus, jurel, chicharro, jurela o chincho, en sus otras denominaciones y según su tamaño, vuelve a frecuentar las pescaderías. Y está también en temporada. El xureliño puede encontrarse a entre 9 y 10 euros el kilo, casi lo mismo que si se trata de jurelas (que le llaman en la zona de A Coruña) o caneus (en el área sur de Galicia), para referirse a piezas grandes, de las que entran dos en kilo.

La sardina (Sardina pilchardus) también se ve en el mercado. De más como de menos de 15 centímetros, dimensiones que separan la sardina de la xouba. La primera ronda los 5 euros en el mercado, mientras que la sardinilla o parrocha, xouba en las Rías Baixas, escala hasta los ocho.

El elenco de azules se completa con el bocarte (Engraulis encrasicolus), también anchoa o boquerón). Su presencia en los mostradores empezó bien pronto este año, dado que, a diferencia de otros ejercicios, este se ha permitido pescar la especie ya desde enero al sur de Fisterra. Más tarde, con el pie en marzo, la especie ha dado días de mucha alegría a la flota del cerco gallega, en esas ocasiones en las que aparecían manchas de pescado de buen tamaño a escasas millas de la costa gallega.

Ocurrió, por ejemplo, la semana pasada, cuando, además, se pagó especialmente bien para el volumen de descargas que hubo durante esos días.

El mal tiempo de estos días ha complicado el aprovisionamiento a los restaurantes, que han tenido que desembolsar más de lo previsto por lo poco que llegaba, al menos de la flota de bajura y litoral. Incluso por los productos de altura ha habido duelo de ofertas, que justo ayer bajaron de intensidad.

Tirón de la restauración

«Hai pouco peixe —comenta un restaurador barbanzano que se provee en la lonja de Ribeira—; onte (por el miércoles), solo había linguado, coruxo, rape e para de contar. (Bueno, chincho, para o menú do día)». Y demanda no falta. «Si, hai reservas para estes festivos». Comensales que pagarán caro lo que haya «ou pedirán carne», porque, señala el hostelero, «o peixe, para a época na que estamos, vai moi caro». Época, en general, no por Semana Santa. «A semana pasada, a pescada de 2,5 kilos estaba xa a 10,5 euros e a de 4 kilos, a 20».

Eso en Ribeira. En A Mariña lucense, capital de la merluza fresca donde la haya por la flota de Gran Sol que descarga en Celeiro y en Burela, llegaron las mejores piezas a 33 euros en lonja el lunes y el martes. Ya el miércoles se moderaron las cotizaciones y los turistas aprovecharon para comprarla en pescaderías tan asequibles como entre 8 y 10 euros por piezas de entre 1 y 1,5 kilos o entre 12 y 16 por las de más de dos kilos.

Por la notable presencia de visitantes, estos días ha aumentado la clientela en pescaderías viveirenses. Desde una confirman que uno de los productos más demandados ha sido el choco (sepia), «tradicional para os de Viveiro no Venres Santo, guisado ou en salsa», y que podía comprarse entre 11 y 15 euros el kilo.

Como otros pescados que pueden dejarse preparados previamente para alternar en los días grandes de la Semana Santa, ha aumentado la demanda de besugo (a unos 30 euros el kilo en pescaderías), de rape (a partir de 17) o de lenguado (alrededor de 20). «Baixou o consumo de peixe menudo», comentan en una una pescadería de Viveiro refiriéndose a aquellos azules que están en temporada.

Y, desde luego, siempre quedará el bacalao, tan típico de Cuaresma y que a estas alturas se compra para desalar o al punto de sal.