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Migrantes de Senegal y de Indonesia sostienen la pesca en la Costa da Morte

C. VIu / A. García CARBALLO / LA VOZ

SOMOS MAR

ANA GARCÍA

Están en la mayoría de los barcos y en alguno son casi toda la tripulación

21 sep 2025 . Actualizado a las 13:42 h.

El armador y patrón del Praia Maior es el único español a bordo de su barco. Los otros ocho hombres que forman la tripulación de este cerquero de Malpica proceden de África. Este es un caso, quizá extremo, de lo que está ocurriendo en la Costa da Morte, donde los migrantes, fundamentalmente de Senegal y de Indonesia, están sosteniendo la flota artesanal. Hasta hace poco, la presencia de extranjeros en el sector de la pesca se notaba especialmente en los barcos de altura, en los del Gran Sol, pero ahora se ha extendido entre Caión y Fisterra y rara es la embarcación en el que no trabaje algún migrante.

La armadora Barca Castro, que organiza el trabajo de dos palangreros de Muxía, tiene la mitad del rol procedente de Indonesia, además de un marroquí. Estos tripulantes van como los demás, a la parte, el método de la bajura por el que se reparten las ganancias entre todos los trabajadores. Se trata de una mano de obra muy apreciada en esta arte, porque son cuidadosos y habilidosos con las manos, dos características muy necesarias en esta modalidad de pesca. «Para o palangre non todo o mundo vale», explica Daniel Castro, patrón mayor de Muxía.

En Fisterra, Malpica y Camariñas, sin embargo, la gran mayoría de los marineros migrantes proceden de África. Una de las características es la movilidad. Es habitual que cambien de localidad o de pesquero, pero también que regresen pasado un tiempo o después de unas vacaciones, que suelen ser largas, aunque también el tiempo que pasan fuera de sus países de origen.

Varios armadores coinciden en que una de las características es que, cuando se van de algún barco, dejan a un compañero en su lugar o recomiendan a alguien para ocupar una vacante. «Fan como facían os emigrantes galegos. Nunca temos falta de xente, combínanse entre eles», explica. De hecho, todos los tripulantes de los palangreros de la familia Castro proceden de la misma localidad.

En todos los pueblos de la zona se está dando el mismo fenómeno. Se multiplican las jubilaciones de marineros y no hay recambio generacional, lo que hace que sea necesario cubrir con migrantes la falta de tripulantes locales. Los armadores aseguran que no tienen problemas con la contratación de los extranjeros. Los senegaleses están especialmente presentes en el sector del cerco, sobre todo en Camariñas y Malpica, pero también en las artes menores, especialmente en el pulpo.

En la zona, la necesidad de contratar personas de fuera para la pesca comenzó hace ya años. Los primeros en llegar fueron los marroquíes, seguidos de los peruanos. Algunos aún están instalados en la Costa da Morte.

Los asiáticos reclaman faenar en la bajura sin tener que pasar por el Gran Sol

Los ocho tripulares indonesios que trabajan en dos palangreros de Muxía y los propios armadores de la localidad coinciden en demandar más facilidades para que puedan venir más trabajadores.

En el 2023, España e Indonesia firmaron un acuerdo de reconocimiento mutuo de las certificaciones de competencia de sus pescadores. Sin embargo, esto funciona para los buques que trabajan en aguas internacionales, básicamente los que van al mar del Norte o al Gran Sol. Eso explica que la provincia de Lugo sea la que tiene más migrantes de esa nacionalidad, más de medio centenar.

Tienen que pasar un año trabajando en uno de estos barcos para poder buscar empleo en palangreros como los de Muxía, donde las condiciones laborales son sensiblemente mejores porque, entre otras cosas, pasan el fin de semana descansando y están cerca de tierra.

Temporales

Lo que piden es poder enrolarse en cualquier barco y, sobre todo, poder traerse a parientes o vecinos a trabajar en la zona. Indonesios que trabajan en Muxía explicaron, medio en gallego, que son demasiado duros los temporales y el clima es extremo, lo que se hace demasiado difícil para personas hechas a la pesca, pero en otras condiciones.

Además, el acuerdo expirará en febrero del próximo año, aunque se renovará automáticamente siempre que lo deseen los países.

ANA GARCÍA
 

Damián Silva Buiturón armador de Fisterra

«Non é fácil entendermos, facémolo por mensaxes, co tradutor de Google»

Damián Silva Buiturón apenas tiene 20 años y ya es el propietario del Halifax, un barco de Fisterra con el que va al pulpo. Es el armador más joven de Galicia y, probablemente, de España.

La tripulación del pesquero que él patronea solo está compuesta por dos personas. Está él y un ciudadano senegalés. En Fisterra, su caso no tiene nada de extraño, ya que buena parte de las embarcaciones de este puesto tienen algún marinero procedente de África. Si no fuera por estos trabajadores, buena parte de los pesqueros de la localidad no podrían salir al mar. Hace nueve meses que cuenta con este tripulante y las cosas no siempre son sencillas. «Non é fácil entendermos, facémolo por mensaxes, co tradutor de Google», explica Damián Silva, que es conocido como Reca. Las cosas se ponen más complicadas cuando están en el mar. En esos momentos, dice, utilizan los gestos. Además, los ciudadanos senegaleses que se emplean en la pesca son bastante experimentados y tienen facilidad para el aprendizaje de las artes que se utilizan en la Costa da Morte.

ANA GARCÍA

José miguel Suárez armador de corcubión

«Marchou para a construción, pero volveu para traballar no mar»

Ibra Pouye, de Senegal, fue el primer extranjero que contrató José Miguel Suárez, el armador del Ana Sara de Corcubión. De eso ya hace bastante tiempo. Estuvieron juntos un año, pero el migrante africano decidó buscarse la vida de otra manera. «Marchou para a construción, pero volveu para traballar no mar», explica el patrón.

Durante el tiempo en el que Ibra Pouye se dedicó a otro sector, a José Manuel Suárez le dio tiempo de contratar a otros dos marineros del mismo origen. Ahora, hace ya una temporada que navegan juntos y se llevan bien, sin problemas. «Aprenden o idioma en tres días, mellor ca nós. Son moi intelixentes para iso», sentencia el armador ceense. Explica que la contratación de migrantes es bastante reciente en su caso y el motivo es que no hay jóvenes que escojan el oficio. Hasta la llegada de Ibra tuvo marineros de la zona, pero eso se acabó. No le importa: «O único que pido é que veñan con gañas de traballar e listo. Son iguais os de fóra que os de aquí». Van al pulpo, que desde hace una semanas se les resiste. Considera que la veda debería ser mayor.