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Huelga en seis aeronaves de Gardacostas, de Salvamento y de extinción de incendios que operan en Galicia

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Gardacostas cuenta con dos helicópteros: el Pesca 2, con base en Celeiro (en la foto), y el Pesca 1, que opera desde Vigo
Gardacostas cuenta con dos helicópteros: el Pesca 2, con base en Celeiro (en la foto), y el Pesca 1, que opera desde Vigo xaime ramallal

Servicios mínimos del 100 % dejan sin efecto el paro indefinido convocado por el SLTA desde este 1 de julio

01 jul 2025 . Actualizado a las 10:14 h.

Desde este 1 de julio, el Sindicato Libre de Trabajadores Aéreos (SLTA) ha convocado una huelga indefinida en Avincis Aviation España, ahora «controlada por el fondo de inversión británico Ancala». Llama al paro a todos los trabajadores de los helicópteros de emergencias que gestiona esa compañía; entre ellos, los dos de Gardacostas de Galicia y los de Salvamento Marítimo, así como los sanitarios y de lucha contra incendios de varias comunidades autónomas. Con el objetivo de mantener plenamente operativos los helicópteros Pesca 1 y Pesca 2, con base en Vigo y Celeiro (Viveiro), la Consellería do Mar ha ordenado el 100 % de servicios mínimos, igual que ha hecho el Ministerio de Transportes con el helicóptero y el avión que operan desde A Coruña y Santiago, explican desde el SLTA.

El sindicato convocante añade que también se han ordenado servicios mínimos totales para los helicópteros de coordinación del Pladiga, el plan autonómico de lucha contra incendios forestales, y cuyas bases están en Silleda y Verín.

El SLTA organiza la movilización del personal de Avincis en España tras «una década de congelación salarial, jornadas extremas y abandono institucional». Protestan porque en los últimos diez años las tripulaciones de las aeronavaes «han perdido en torno a un 25 % de poder adquisitivo y trabajan más de 2.000 horas anuales, lo que supone un 20 % más que otros colectivos de emergencias como los bomberos». Además, las plantillas denuncian «la inexistencia de medidas de conciliación familiar, jornadas irregulares y condiciones que rozan el límite de la legalidad laboral». Su malestar por su actual situación lo resumen proclamando que «los trabajadores que arriesgan su vida para salvar la de los demás no pueden seguir siendo ignorados».