Detienen al capitán de un barco gallego reclamado en Argentina por explotar a marineros
SOMOS MAR
La denuncia partió de la médica que atendió a un tripulante senegalés evacuado en el año 2017 con deshidratación e hipotermia, que la empresa achacó a debilidad por hacer el Ramadán
30 ene 2025 . Actualizado a las 22:41 h.La policía española detuvo al capitán de un barco pesquero gallego requerido por la Justicia argentina y acusado de trata de personas contra marineros senegaleses de su tripulación. El investigado, vinculado a la empresa Profesionales Pesqueros, con sede en Vigo y armadora del pesquero Loitador, está a la espera de su extradición. El caso se remonta al año 2017, cuando un marinero tuvo que ser evacuado en estado de coma y a raíz de su ingreso hospitalario dio comienzo a una investigación por explotación laboral.
Después de que el 5 de junio del 2017 la Prefectura Naval Argentina rescatara del buque al tripulante senegalés, Thiam Elimane, con un cuadro de salud crítico (hipotermia y deshidratación), la médica que lo auxilió, realizó la denuncia que dio comienzo a las pesquisas, de las que se encarga la Sede Fiscal Descentralizada de Caleta Olivia (Provincia de Santa Cruz), a cargo del fiscal federal Lucas Colla. El barco había partido desde cabo Blanco (Mauritania) el 15 de febrero de ese año hacia la capital de las islas Malvinas y desde allí se dirigió hacia Montevideo (Uruguay), en reiteradas ocasiones.
Pese a que las islas Malvinas son un territorio en disputa con el Reino Unido, según Colla, la Constitución Nacional argentina contiene una disposición transitoria por la cual las islas Malvinas, Georgias, Órcadas y Sandwich del Sur, son parte del territorio argentino sobre el cual la República Argentina es titular de derechos soberanos, por lo que huelga poner de relieve que sobre dichos territorios resulta aplicable el sistema jurídico argentino». El fiscal entiende que resulta aplicable la ley penal argentina, y para ello tuvo en cuenta que el barco español arribó en dos oportunidades a las islas Malvinas -el 16 de marzo y el 30 de abril de ese año-, período temporal en el que el hecho delictivo se habría consumado.
Con la colaboración de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), el Ministerio Fiscal requirió en octubre del 2019 que se llamase a prestar declaración indagatoria al capitán de la nave, al que imputó el delito de trata de personas agravada por el número de víctimas. La orden judicial fue dictada el 26 de febrero del 2024. Posteriormente, en junio, la oficina de la Interpol en Buenos Aires emitió una notificación azul para recopilar información sobre el capitán y sus actividades. Tanto la Interpol en Madrid como en Montevideo proporcionaron datos que permitieron confirmar la identidad del capitán y las listas de tripulantes y, posteriormente, se emitió una notificación roja para la detención del investigado.
El rescate que desató el caso
El rescate del marinero senegalés fue efectuado cuando el buque navegaba a 135 millas náuticas de la costa de Puerto Deseado (Santa Cruz), dentro de aguas jurisdiccionales. Unos días después de su evacuación, Thiam prestó declaración en sede judicial. Entre otras cosas, el marinero sostuvo que realizaba trabajos de hasta 22 horas al día, los 7 días a la semana, en condiciones insalubres, sin vestimenta adecuada y escasa alimentación, por lo que recibía un salario por debajo del mínimo establecido en los estándares internacionales. La imputación añade que la víctima llegó al hospital en estado de coma «no ubicado en tiempo y espacio y con afectación del sensorio motriz (hipotímico), pese a haber ingresado al buque pesquero en condiciones de apto físico».
En su denuncia, la médica también sostuvo que Thiam le contó que llevaba 4 meses embarcado y que antes de su evacuación había comenzado con vómitos, diarrea, pérdida de apetito, dolor en el pecho y estado de cansancio mayor. Thiam, por su parte, refirió que lo hicieron viajar desde Senegal para embarcar en Cabo Blanco, «que el capitán no le dio un respiro», y que una vez que llegaron a la zona de pesca, como había mucho pescado, lo hicieron trabajar «casi tres días sin dormir». Tras su declaración testimonial, se gestionó su partida a su ciudad de origen, con la intervención del área de Trata de Personas y del Programa de Asistencia a las Víctimas del entonces Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que articuló con la Organización Internacional para las Migraciones su reinserción laboral en Senegal.
La empresa alega falta de pruebas
El abogado de Pesquerías Profesionales, la armadora del Loitador, explicó que el patrón fue detenido en diciembre pasado porque Argentina lo reclamó a través de la Interpol y la Policía Nacional lo llamó para que compareciese, puesto que ese es el procedimiento normal cuando una persona tiene que responder por un supuesto delito en el extranjero. Así es que el capitán acudió a la comisaría voluntariamente y pasó a disposición judicial, que decretó su libertad provisional sin fianza y «en menos de 3 horas estaba en casa de nuevo con su familia». Argentina ha pedido su extradición para prestar declaración porque hay una investigación abierta y se está a la espera de si se acepta o no.
Dejó entrever que el asunto es más «político que jurídico», puesto que se trata de un barco que faena más allá de la milla 201, en aguas internacionales, y además tenía licencia para pescar en las Malvinas.
La empresa en el proceso ha alegado falta de pruebas de la acusación.
En su día, la armadora, en declaraciones a medios argentinos como Mar&Pesca, achacó la debilidad extrema del marinero, de religión musulmana, a que ayunaba por el Ramadán, pero no porque la empresa no diese alimentos a la tripulación. Fuentes próximas a la compañía recordaron ayer también que fue el propio barco el que dio aviso al centro radio médico del estado en que se encontraba el marinero, que recomendó su evacuación a un hospital.