Productores alimentarios gallegos ante la nueva normativa: «Non se nos pode obligar a facer facturas electrónicas cando non temos internet»
SOSTENIBILIDAD
La carta que cuatro asociaciones de la comunidad enviaron a Transición Ecológica para quejarse por el reglamento de envases fue derivada a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil
22 oct 2025 . Actualizado a las 09:46 h.Slow Food Compostela organizó hace solo unos meses una formación para ayudar a sus asociados, pequeños productores alimentarios de Galicia, a entender y aplicar la nueva normativa de envases y la relativa a la factura electrónica. «Alí nos dimos conta de que non eramos capaces de respostar ás dúbidas dos nosos asociados», cuenta Leonor Lorenzo, su presidenta. Porque esas regulaciones son farragosas e imposibles de aplicar en estas pequeñas empresas, que tienen entre uno y dos empleados de media. «Está preocupados e enfadados porque non saben a quen facer caso, porque hai normas que se contradicen», añade. De ahí nació la idea de asociarse con la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca), con la Asociación Galega de Operadores Artesanais de Alimentación e Pensos (Agoapp) y con la de productores en ecológico (Proecogal), para reclamar a las administraciones ayuda para poder aplicar estas legislaciones.
El próximo 1 de enero entra en vigor la normativa que regula la factura electrónica, legislación que preocupa y mucho a los productores gallegos. «Non poden obligarnos facer factura electrónica cnado non temos conexion a internet ou esta é deficitaria», cuenta José Carlos Rea, presidente de Agoapp y productor artesano. En su caso, por ejemplo, el último temporal «deixoume dous meses sen internet» y esa es una situación que se repite mucho en el medio rural. «Están pedindo cousas que non poodemos facer porque non temos medios», asegura.
La otra legislación que trae de cabeza a estos pequeños productores es la relativa a los envases, que ya está en vigor. «Todo o sistema de rexistro de produto ten que estar vinculado cun sistema de rexistro de recollida. E teñen que ter envases adaptados. A maiores, a normativa de reducir o uso do plático oblígaos a cambiar todo o sistema de envases», cuenta Higinio Mougán, director gerente de Agaca. «Temos que facer un etiquetado novo, adaptar os envases. E estamos pagando pola recollida do lixo que producimos, polo ente ao que estamos adheridos para reciclar os envases e deposios por cada envase», lamenta Rea.
El problema ya no es solo que les resulta imposible cumplir con algunas de las exigencias de la normativa. «Son moi pequenas empresas que non teñen estrutura suficiente para facer todas estas xestións administrativas», explica Mougán. Porque en ellas trabajan, como mucho, dos personas, que tienen que estar preocupadas por sus producciones, no por la excesiva burocracia. Por eso teme que esta suponga el fin de muchos de estos pequeños productores que venden directamente al consumidor, que son los que mantienen vivo el rural. Y lamenta, además, que muchas de estas normas vayan a cambiarse antes incluso de que puedan aplicarse. «A normativa de envases, que entrou en vigor en xaneiro, vai ser modificada por un regulamento comunitario. Hai un problema de confusión constante», sostiene.
Mougán aprovechó la ocasión para criticar los vaivenes que, en muchos casos, sufren todas estas regulaciones. Como el cuaderno digital, que iba a ser obligatorio a partir del uno de enero del año pasado y ahora ya no. «Hai produtores que se estiveron esforzando por poñelo en marcha e agora xa non sabemos se vai ser ou non», lamenta. Lo mismo sucedió con la regulación de deforestación, que ha vuelto a ser aplazada.
«Nós queremos formar e informar, pero non podemos, por iso queremos que se teñan en conta a estos pequenos produtores», añadió Lorenzo.«Eu son produtor e o tempo teño que adicalo a producir e a transformar, non a burocracia e papeleo, que xa me leva a metade do meu tempo», añade Rea. Pide a las administraciones que, antes de legislar, hablen con los pequeños productores y los tengan en cuenta «porque ás grandes empresas todo isto non lles afecta. Eles teñen persoal para facelo. Nós temos que contratar asesorías e imos ter que subir o prezo dos nosos productos», aseguró. También hizo un llamamiento a otras asociaciones de productores de toda España, para que se unan a sus protestas. «Canto máis sexamos máis forza teremos», concluyó.
Transición Ecológica derivó las quejas de los productores gallegos a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil
Las cuatro agrupaciones gallegas enviaron una carta denunciando toda esta situación a la Consellería de Presidencia, para que les ayude y medie con la Administración central, y a los ministerios de Transición Ecológica, responsable de la normativa de envases, y de Hacienda, que elaboró la de la factura electrónica. Cuál sería su sorpresa al comprobar que el ministerio que preside Sara Aagesen Muñoz había derivado su queja a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil.
«Chamáronnos todos sorprendidos porque, claro, na confederación non tiñan nin idea de que facer coas nosas queixas», cuenta Lorenzo. Slow Food Compostela, al igual que las otras tres agrupaciones gallegas recibió a los pocos días de mandar su carta a Transición Ecológica un aviso de que esta había sido derivada a la confederación gallega. «Deberon ler Galicia e preguntarse que temos nesa zona? Pois para alá que vai», relata Lorenzo. Es la única explicación que se le ocurre para que su misiva acabar en una entidad que nada tiene que ver con la gestión de los envases. Por supuesto que la misiva ha vuelto a ser reenviada de nuevo, a ver si esta vez tienen más suerte.
En esa carta, las cuatro asociaciones gallegas pedían una aplicación gradual y adaptada de las nuevas normativas, con períodos de transición realistas, para los pequeños productores y la exención de tasas para operadores de baja facturación y producción local. También, la formación y apoyo técnico, así como ayudas económicas, para facilitar la adaptación a estas nuevas normativas. Y reclamaban, además, claridad normativa y harmonización entre las exigencias europeas y las estatales. Inversiones en infraestructuras digitales que garanticen una conexión fiable en el rural y una diferenciación clara entre industria y pequeños elaboradores son otras de sus reivindicaciones.
