Sequía y altas temperaturas azotan al ganado en la provincia de Pontevedra: «As vacas están coa lingua fora aínda que haxa ventiladores»
GANADERÍA

Los sistemas de refrigeración no dan abasto para aliviar el estrés térmico que sufren las resees
25 ago 2025 . Actualizado a las 19:27 h.Las altas temperaturas no han dado tregua este verano en Galicia, acarreando múltiples problemáticas como la escasez de agua, los incendios, e incluso la muerte de personas a raíz del insoportable clima vivido en algunas zonas. Quienes también están sufriendo las consecuencias del calor extremo son las explotaciones ganaderas.
En concreto, las vacas son animales que llevan muy mal las altas temperaturas, encontrándose con múltiples dificultades que afectan a su salud. A partir de los 20 grados, los bovinos comienzan a sufrir estrés térmico, tal y como apunta Suso Montes, presidente de la Cooperativa O Rodo de Rodeiro. Este panorama afecta en muchos aspectos, generando descensos en la producción de leche, problemas de fertilidad o adelanto de los partos. Por otro lado, los cerdos tampoco soportan bien estos episodios de calor, puesto que afecta a su crecimiento, demorando los envíos al matadero, según comenta Pablo Meijomín, presidente de la ADS de porcino de Silleda.
Ventiladores al máximo
Para combatir esta situación, las granjas que se lo pueden permitir recurren a la instalación de ventiladores, aunque se trata de una inversión muy costosa. «Este ano eu incorporei tres ventiladores máis, pero cada un deles vale 6.000 euros», apunta Orlando González, presidente de la Cooperativa Gandeiros do Deza. Otras opciones, como los métodos de vaporización de agua para equilibrar la sequedad generada por los ventiladores, sistemas para enfriar los tejados y paneles de refrigeración por agua son otras de las adquisiciones que deben hacer las explotaciones.
Los problemas son muchos tanto para las granjas de pastoreo como para las estabuladas, como indica Jesús Manteiga, presidente de Cobideza. En las estabuladas el conflicto parte de las temperaturas alcanzadas en su interior, en cambio, en las de pastoreo logran mitigar mejor el calor ofreciendo a los animales espacios con sombras, pero debido al clima las vacas no encuentran pasto para alimentarse.
Falta de comida
La comida también comienza a escasear debido a la delicada situación en la que se encuentra la cosecha de maíz, que no se salvará si no llueve próximamente. De esta forma muchos ganaderos ya recurren a los rollos de silo, aunque en ocasiones supone un problema para aquellas vacas acostumbradas al pasto, lo que intensifica el estrés térmico anteriormente mencionado.
Todo esto pone entre la espada y la pared a los ganaderos, que además de ver cómo sus animales están en malas condiciones, se enfrentan en los meses de verano a unas elevadas facturas tanto de agua como de luz. Este año en concreto, está siendo el peor en muchas granjas de la provincia. «Eu persoalmente levo moitos anos como gandeiro e recordo este ano como o peor», destaca Orlando González.
La necesidad de enfriar más la leche es otro de los motivos por los que la factura sube todos los veranos. A esto se suman además los costes de los sistemas de refrigeración. Con esto, los pagos mensuales se duplican en relación al resto de meses del año. «Estou pagando normalmente sobre 600 euros mensuais, e acábame de chegar a factura de 1.300 euros», apunta Orlando González.
«Nunca cargara tantos animais para o camión de recollida»
La situación está siendo terrible en algunas explotaciones como por ejemplo en el caso de Orlando González, que indica que sus animales están sufriendo múltiples enfermedades provocadas por el calor, llegando incluso a la muerte. «Tivemos moitas perdas, eu nunca tantos animais cargara para o camión de recollida», señala. A pesar de haber invertido recientemente 18.000 euros en ventiladores, en muchos casos es imposible enfriar el ambiente en las granjas. «Entre a temperatura que desprenden os animais e a que hai fóra, hai veces que aínda cos ventiladores a temperatura non baixa de 33 graos. E os animais están coa lingua fóra, soltando saliva e movéndose como cando unha persoa está esgotada», explica.
Las medidas no son suficientes para combatir el calor, y la desesperación es cada vez mayor: «Temos un consumo de electricidade desorbitado porque os ventiladores non paran, están funcionando 24 horas, e aínda así non conseguen baixar as temperaturas. As vacas están fatal, non só está o problema do descenso de produción de leite, que é enorme, despois teñen problemas reprodutivos, para saír en celo, quedar embarazadas, problemas pulmonares, pneumonías...É unha bestialidade as perdas que ten o gandeiro. Ímolo soportando, pero é terrible», comparte Orlando González.
Para empeorar aún más la situación, Orlando cuenta en su granja con tres casos confirmados de lengua azul, una enfermedad vírica que afecta a los bovinos y que en muchas ocasiones puede provocar también la muerte de estos. Según el presidente de la Cooperativa Gandeiros do Deza se trata de un problema que está bastante extendido en la provincia, en el resto de Galicia. «Agora saiu unha nova variante de lingua azul e nos xa temos positivos, e diso xa morreron dúas. É dicir, que estamos acumulando unhas perdas bastante grandes», lamenta.
Se trata de una situación muy complicada para los ganaderos que se repite cada año, aunque este verano con mayor intensidad. Además, la época estival coincide con las vacaciones, y muchos de los trabajadores descansan durante estos meses. En ocasiones, sin una persona que los sustituya. A esto se suma la falta de personal en este oficio, que se nota especialmente en situaciones críticas como esta, en la que todo el peso recae sobre el ganadero. «O sector gandeiro agora non é o de antes, está moi profesionalizado e non vale unha persoa calquera. Falta man de obra», sostiene Orlando González.
Las explotaciones temen quedarse sin suministro por el elevado consumo de agua
El agua es uno de los pilares fundamentales en cualquier granja, necesaria para dar de beber a los animales, refrescarlos e incluso para limpiar. El consumo de este bien es, por lo tanto, muy elevado, y en situaciones como la que se está viviendo el suministro de agua se corona como una de las principales preocupaciones.
Una vaca estándar, de unos 500 kilos, puede consumir a diario unos 100 litros de agua, entre la que bebe y la que usa para refrescarse. Por su parte los cerdos consumen entre el 10 y el 15% de su peso corporal. De esta forma, un cerdo de 100 kilos puede gastar entre 10 y 15 litros de agua cada jornada. En el caso de las embarazadas la cantidad aumenta, por lo que una granja de madres puede consumir 25.000 litros a diario.
Como consecuencia de semejante consumo, la escasez de agua está provocando quebraderos de cabeza en los ganaderos, que temen que se agoten los pozos. En caso de que esto ocurra, la principal alternativa es recurrir al agua de la traída municipal, lo que supone todavía más gasto. Aunque a veces esta opción ni siquiera es posible, debido a las limitaciones de este servicio. «No meu caso, por exemplo a auga da traída non chega. Temos pozo e de momento vai aguantando, o problema é si se esgota, as vacas teñen que beber», sostiene Jesús Manteiga.
El temor a que se termine el agua hace que en algunos casos los ganaderos busquen otras vías para evitar lo peor. «Eu tiña catro pozos de auga, dos cales xa estou agora só con tres, e aínda así facendo bolillos de vez en cando para non quedarme de todo sen auga. Ás veces teño que ir ao río, cargar unha tuba e encher o tanque, porque senón quedo sen subministro», explica Orlando González.