O Ribeiro hace historia: destierra la Palomino y recupera la Albilla do Avia

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

cedida

Entra en vigor el nuevo reglamento que prohíbe las nuevas plantaciones o replantaciones de variedades foráneas e incluye entre las uvas principales otras autóctonas, como la Merenzao, Espadeiro y Branco Lexítimo

05 jun 2025 . Actualizado a las 09:38 h.

Las denominaciones de origen vitícolas de Galicia tienen muy claro que su futuro pasa por producir vinos de calidad. La comunidad no puede competir en costes de producción, pero sí con una apuesta diferenciada basada en elaboraciones prémium con variedades autóctonas. Siguiendo esta filosofía de trabajo, en la denominación de origen de O Ribeiro pusieron en marcha, hace ya algún tiempo, una modificación del reglamento encaminada, precisamente, a fomentar esas producciones de calidad. Los cambios han sido ya aprobados y publicados por el Diario Oficial de Galicia y consisten, básicamente, en incorporar nuevas variedades autóctonas entre las uvas principales con las que elaborar vino, poner coto a las plantaciones de variedades foráneas y reducir los rendimientos.

«Este es el resultado de meses de trabajo, de debates, estudios y valoraciones para llegar a una acuerdo unánime, porque todos estos cambios se aprobaron por unanimidad», explica Luis Vázquez, secretario gerente de esta denominación de origen. Asegura que esta es «una apuesta de futuro» y un momento histórico para esta denominación de origen. «Con la filoxera llegó la Palomino y, durante muchos años, O Ribeiro vivió de ella. Pero hace ya décadas que nos dimos cuenta de que tenemos un terroir para hacer vinos de calidad», añadió. 

Por eso uno de los principales cambios del reglamento se refiere a esta variedad de uva y a otras foráneas, que tuvieron mucho protagonismo en esta denominación de origen. La nueva normativa pone restricciones al uso de esas uvas, como la Palomino, la Garnacha tintorera o la Tempranillo. Estas no podrán ser utilizadas en nuevas plantaciones o replantaciones sobre las ya existentes. Se permite, eso sí, la reposición puntual de cepas que fallen con plantas de la misma variedad en viñedos ya establecidos. Con ello se impide que la presencia de estas uvas pueda extenderse por el territorio de la denominación de origen. «No podemos dejar de ampararlas de un día para otro, pero vamos a apoyar a los viticultores para que reinjerten y pedirles que no planten más», añade Vázquez. 

Al mismo tiempo, O Ribeiro han querido devolver el protagonismo a aquellas uvas que lo perdieron con el paso del tiempo en favor de otras variedades más productivas. Así, en el nuevo reglamento se han incorporado dos tintas -Merenzao y Espadeiro y otras tantas blancas -Branco Lexímtimo y Albilla do Avia- entre las variedades principales para la elaboración de sus vinos.

Todas ellas son uvas con una larga tradición de cultivo en esta comarca, donde además existen cepas centenarias. Su inclusión, alegan en la Consellería do Medio Rural, permite una mayor oferta de vinos de la denominación y una mejor presencia en los mercados, al tiempo que supone una apuesta por la conservación del patrimonio varietal. Curiosa es la historia de Albilla do Avia, una variedad que es autóctona del valle del Avia pero que durante mucho tiempo fue erróneamente identificada como Albillo, otra variedad que no se cultiva en esta zona. Hace ahora cuatro años, la variedad ourensana obtuvo su reconocimiento oficial, por lo que el consello regulador decidió sacarla de la lista de variedades autorizadas e incorporarla a la de principales. 

«Todas ellas son variedades históricas que tenían presencia en la zona. Hemos realizado estudios y actualizado esta realidad, porque era absurdo tener variedades autóctonas en la zona que no estuvieran amparadas», añade. En cuanto a la Albilla do Avia, «algunos viticultores nos decían que esa era una uva de aquí y muy buena para hacer vino. Ahora que con la Evega lo hemos demostrado queremos ampararla para que los viticultores que la tienen ahora puedan elaborar vino con ella», explica. 

Límite a los rendimientos máximos

Por otro lado, el cambio en el reglamento también busca promover una mayor calidad del producto final y, para ello, se modifica el régimen de rendimientos máximos de uva por hectárea. Se mantienen los límites actuales de 13.000 kilos por hectárea para las variedades principales blancas y de 12.000 kilos para las tintas, sin importar el tipo de vino que se elabore. 

Para las variedades secundarias blancas se mantiene también el límite de 19.000 kilos por hectáreas, mientras que para las tintas se reduce desde esa cifra hasta los 18.000 kilos hectárea. Antes, si las uvas principales no se destinaban a determinados tipos de vino se permitía un rendimiento mayor, de hasta 19.000 kilos por hectárea. Esta excepción se elimina en el nuevo reglamento y los límites se aplicarán en todos los casos. Los rendimientos se ajustan también en función de la densidad de plantación. «Ajustamos los rendimientos en función de los marcos de plantación, porque tenemos mucha parcela antigua, muy pequeña, en la que estos se disparan. Lo que hemos implantado aquí es lo lógico», asegura. 

En cuanto a las campañas excepcionales, en las que se permite el aumento de los rendimientos productivos máximos de hasta un 25 % debido a las condiciones meteorológicas del año, se establece que esta posibilidad quedará reservada únicamente a las variedades principales. Las secundarias, por lo tanto, quedarán excluidas de este tipo de incremento excepcional. 

Vázquez reitera que todos estos cambios «suponen un paso y una apuesta hacia otro Ribeiro. A partir de hoy ya solo vamos a hacer grandes vinos y el Palomino va a ir desapareciendo poco a poco y de forma natural», concluye.