
La cirugía robótica está perfectamente integrada e implementada en la actividad diaria de los bloques quirúrgicos de nuestros hospitales, formando parte de su rutina, algo que hasta hace pocos años era impensable. La experiencia adquirida por nuestros profesionales sanitarios con formación en el manejo de esta tecnología ha permitido dar un salto importante a la hora de abordar intervenciones quirúrgicas más complejas.
Además de la atención prestada a la población de referencia que cada uno de nuestros hospitales tiene asignada geográficamente, nos encontramos con el hándicap de la condición de servicio de referencia para una especialidad o técnica concreta, por lo que el número de pacientes atendidos en un hospital con estas características aumenta de forma significativa. Por todo ello, en nuestro hospital, el Chuac, donde realizamos con el robot quirúrgico intervenciones mucho más complejas, que no se realizan en otros centros más pequeños, contar con un segundo robot nos permitirá mantener la actividad quirúrgica generada en nuestra área sanitaria sin penalizar la recibida de otras de las que somos referencia. En nuestro caso el robot es utilizado por seis especialidades, Cirugía Digestiva, Urología, Cirugía Torácica, Otorrinolaringología, Ginecología y Cirugía Pediátrica.
Pero las ventajas de la cirugía robótica no solo suponen una mejora en la gestión de los recursos quirúrgicos, sino que, desde el punto de vista técnico y asistencial, permite procedimientos menos invasivos y más precisos, derivados de la cirugía laparoscópica. Estos sistemas robóticos suponen para el cirujano, además de una mayor calidad en la óptica utilizada y la percepción tridimensional que se consigue, un aumento de la precisión y maniobrabilidad con la que los movimientos son transmitidos y reproducidos, sin olvidar la eliminación del temblor de manos. Y en la otra parte de la ecuación, las ventajas para el paciente: menor pérdida de sangre, reducción del dolor postoperatorio y una estancia hospitalaria más corta, permitiendo una vuelta a la normalidad más rápida. En conclusión, la cirugía robótica ha venido para quedarse y no debemos desaprovechar la oportunidad que nos brindan los avances para alcanzar la excelencia en la asistencia que prestamos a nuestros pacientes.