¿Cuándo empieza el verano?

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

JOSE PARDO

Durante esta estación, la Tierra se moverá más lentamente

19 jun 2025 . Actualizado a las 11:00 h.

El verano arrancará este año exactamente el sábado 21 de junio, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional. Ese día —solsticio—, el Sol se situará en su punto más alto en el cielo del hemisferio norte. La estación durará aproximadamente 93 días y 16 horas, y terminará el 22 de septiembre con el comienzo del otoño.

El astro rey alcanzará pasado mañana, por tanto, su máxima declinación norte (+23º 27'), por lo que será el día más largo del año, y durante varias jornadas su altura al mediodía no cambiará. En esta época también se da un hecho circunstancial no relacionado con las estaciones: el día del afelio, es decir, el día del año en el que el Sol y la Tierra están más alejados entre sí. Este 2025 será el 3 de julio.

Es este mayor alejamiento al Sol la causa de que la Tierra se mueva más lentamente a lo largo de su órbita elíptica durante el verano —según la conocida como segunda ley de Kepler— y de que, consecuentemente, esta estación sea más larga que el resto.

El inicio del verano puede darse, a lo sumo, en tres fechas distintas del calendario, siempre entre 20 y el 22 de junio). A lo largo del siglo XXI el verano comenzará siempre o el día 20 o el 21 —fecha oficial española—, siendo su pistoletazo de salida más tempranero el del año 2096 y el más tardío el de 2003. Las variaciones de un año a otro se deben al modo en que encaja la secuencia de años según el calendario —unos bisiestos, otros no— con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol.

El sábado, el día más largo

Esta vez el solsticio de verano ocurrirá exactamente a las 04.42 horas, y el día 21 dará paso a la noche más corta del año. A partir de ahí, las horas de luz empezarán a menguar poco a poco, de forma apenas perceptible las primeras semanas y cada vez más aceleradamente según avance el verano. El 22 de septiembre dará relevo a una nueva estación, el otoño. Por entonces, la duración del día y la noche será prácticamente la misma.

A lo largo de junio, julio y agosto el cielo se convertirá un auténtico espectáculo: hacia el día 27 de este mes la lluvia de meteoros alcanzará su punto máximo y ya a mediados de julio se harán visibles las Perseidas, que se podrán durante tres semanas.

Bañistas refrescándose en el área recreativa A Carixa (Vila de Cruces).
Bañistas refrescándose en el área recreativa A Carixa (Vila de Cruces). Miguel Souto

Noche tropical en Galicia con hasta 30 grados de madrugada

El relieve montañoso y el viento del sureste elevaron las temperaturas a valores récord en Carnota

Adrián García Seoane

Muchos gallegos tuvieron problemas para conciliar el sueño durante la madrugada del martes al miércoles debido al calor que dejó una de las primeras noches tropicales del año. Y es que en numerosos puntos de la costa gallega y del interior de Ourense las temperaturas no bajaron de los 20 grados, con máximas que llegaron a superar los 30. Fue el caso de Carnota, en la comarca de Muros, donde la estación instalada por MeteoGalicia en la parroquia de Lira registró 30,5 grados a las 2.10 horas. No muy lejos se quedaron Vigo —donde a las 2.40 horas se alcanzaron los 27,9 grados— o los concellos de Fornelos de Montes (27,6), Lousame (27,2) y Oia (27,1), todos en las Rías Baixas.

Además, la estación de Lira batió el récord de temperatura mínima más alta para una noche de junio desde que empezó a registrar datos en el año 2010: el mercurio no bajó en ningún momento de los 25,6 grados. Esto provocó que en Carnota la madrugada pasara de tropical a ecuatorial, un término que designa a las noches en las que los termómetros no descienden de los 25 grados. Sin embargo, desde MeteoGalicia señalan que, dado que la estación lleva pocos años operativa, es muy probable que esta marca ya se hubiese superado en años anteriores.

¿A qué se debió el calor excepcional registrado en esta zona tan concreta? Según MeteoGalicia, el responsable es el «efecto foehn», un tipo de viento seco que se produce en relieves montañosos situados a sotavento, es decir, en la vertiente de una ladera que está a resguardo del aire. «Carnota tivo vento do sueste, que xa é reseco de por si e, ao verse obrigado a ascender primeiro e descender despois o monte Pindo, perdeu aínda máis humidade, o que provocou que o aire fose moi cálido. Non é nada raro nestes días», indican desde la unidad de observación meteorológica.

Nieblas

Tras un martes sofocante —noche incluida—, las temperaturas comenzaron a descender este miércoles notablemente en el área que va de las Rías Baixas a la Costa da Morte, culpa de la gran cantidad de bruma marina que entró por la mañana por el litoral atlántico. La niebla —que se mantendrá al menos hasta el viernes y que podría extenderse al golfo Ártabro— provocó además un curioso contraste: mientras que en el sur los termómetros se mantuvieron en torno a los 20 grados, en la Mariña lucense, habitualmente más fría, llegaron por la tarde hasta los 27 en zonas como Viveiro.

En el interior de la comunidad se vivió, sin embargo, otra jornada de calor intenso, con máximas de 38,5 grados en Leiro a las 17.30 horas y 38,7 en Ourense ciudad a las 19.10. De hecho, MeteoGalicia llegó a activar la alerta naranja en la zona del Miño de Ourense por temperaturas superiores a los 36 grados, aviso que mañana volverá a estar operativo durante toda la tarde. Hoy, en cambio, habrá cierta inestabilidad atmosférica en algunos puntos de las montañas orientales, que vendrá acompañada de chubascos y tormentas dispersas. En la costa, se esperan más nieblas.

Gente en el pantalán náutico de Castrelo de Miño (Ourense).
Gente en el pantalán náutico de Castrelo de Miño (Ourense). Santi M. Amil

«Foi unha noite de demos» 

ana lorenzo

Era el único tema de conversación ayer en Carnota. Los vecinos de más edad no recordaban una noche igual, en la que las altas temperaturas no dejaron pegar ojo a la mayoría de parroquianos. «Foi unha noite de demos. Uns tiveron que saír a fóra, outros abrir a neveira, algúns non paraban de suar... Aquí todo o mundo fala do mesmo», reconoció el alcalde de municipio, Juan Manuel Saborido.

Curiosamente, él fue uno de los pocos que pudo dormir a pierna suelta y rentabilizar el ventilador que colocó el año pasado en el techo de su dormitorio. «Foi a primeira vez que o usei e estivo a traballar toda a noite. Eu durmín coma un Pepe», confesó el regidor, que bromeó con que Carnota se uniese a la Champions de las temperaturas más altas de Galicia. 

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Efecto invernadero

«Sempre que se fala dos concellos con máis calor pensamos en Ourense, e competir con eles non é ningunha broma», apuntó. Aunque Juan Manuel Saborido no es ningún experto en la materia, explicó que la especial orografía del Carnota provoca que los termómetros siempre varíen varios grados —de más en verano y de menos en invierno— con respecto a los municipios limítrofes.

El alcalde especifica que la localidad tiene la forma de un valle pegado justo al lado de la carretera «e cunha praia de sete quilómetros e medio». La humedad que viene del mar no se disipa y queda flotando «facendo un efecto invernadoiro». «É o mesmo que ocorre coa neblina, fai coma unha boina por todo o concello e non ventila». Sea por una cosa o por la otra, lo cierto es que la noche del martes Carnota fue la sartén de Galicia.