Frank Cuesta rompe a llorar tras los escandalosos audios filtrados: «Me han destruido, como personaje y como persona»
SOCIEDAD

El herpetólogo reconoce haber comprado animales, pero niega haberse quedado con el dinero de las colectas o el envenenamiento a perros y gatos:« Eran mensajes en momentos de cabreo con el que fue mi único amigo»
09 may 2025 . Actualizado a las 17:59 h.La imagen pública de Frank Cuesta está en el momento más crítico de su carrera. Varios audios e imágenes filtradas por quien era su mejor amigo han revelado una cara desconocida del herpetólogo. En las grabaciones, reconocía haber comprado animales y envenenado a perros y gatos que merodeaban alrededor de su refugio en Tailandia. A todo esto se suma las sospechas del youtuber The Grefg de que los 100.000 euros que había donado al santuario nunca fueron destinados realmente para el cuidado de los animales.
Cuesta tardó unos días en pronunciarse, siguiendo las indicaciones de su abogado. Sin embargo, ante el goteo constante de filtraciones de sus conversaciones privadas, ha optado por dirigirse a sus seguidores en un vídeo a través de su canal (actualmente restringido). En su grabación, Frank Cuesta se derrumba ante lo que él considera un intento deliberado por destruirlo. «No puedo más, es una constante agonía», dice con lágrimas en los ojos, que persisten durante los más de 20 minutos que dura la grabación. «Estoy destruido, como personaje y como persona. Lo único que tenía yo era esto», se lamenta.
El herpetólogo evita dar explicaciones detalladas, pero confirma de facto que todos los audios y fotografías son auténticos, desmintiendo las sospechas de que habían sido generados con inteligencia artificial. Critica que se hayan compartido públicamente lo que eran conversaciones privadas y asegura que los cortes compartidos están sacados de contexto.
«Eran mensajes de muchos años con el que fue mi único amigo, en momentos de cabreo, en los que decía que le voy a arruinar la vida a alguien o que iba a envenenar animales», define Cuesta. No obstante, niega que haya llegado a hacer tales cosas. «Aquí no ha muerto ningún perro ni gato», afirma con contundencia.
Admite, como se hacía ver con algunas de las fotografías filtradas, que en el santuario ha muerto algún animal. «Diez o quince, pero han muerto como mueren en todos los sitios», asegura, y reconoce que, en ciertos casos, ocultó los fallecimientos de algunas especies y los reemplazó por otras para dar la impresión de que seguían vivas. «Lo hice para no herir la sensibilidad de cierta gente, que no sabe sobreponerse a la vida o la muerte», se justifica.
También confirma la compra de animales a traficantes en el mercado negro en algunas ocasiones. «Solo se ha hecho en situaciones excepcionales», explica.
«He hecho cosas muy mal, he mentido, he exagerado y he hecho espectáculo», confirma Cuesta, «pero nunca les he hecho daño a los animales ni a las personas». Comprende, eso sí, el enfado y la confusión de muchos de sus seguidores, escandalizados al conocer el contenido de sus audios. «A quienes se haya sentido estafado y dolido, decepcionado, les pido perdón», dice.
Sobre el caso de The Grefg, aunque comprende las sospechas del youtuber, niega rotundamente que se apropiase del dinero que iba para el santuario, ya sea el donado por él o conseguido en recaudaciones de fondos. «Yo gano dinero todos los días. Podría comprarles coches, yates o casas a mis hijos. Pero nunca me he quedado con el dinero de la colecta», insiste.
Frank Cuesta revela que el constante goteo de informaciones diarias que salen están haciendo mella en él. «No puedo más, me levanto todo los días diciendo: ¿qué habrá ahora?», asegura. «Si no pensara que la vida es lo más bonito que hay, ya me habría pegado un tiro». admite con crudeza.
«Lo único que tenía era mi conexión con los animales y todo eso se está destruyendo día a día; se me ha quitado toda la credibilidad», lamenta, refiriéndose a la labor a la que ha dedicado la mayor parte de su carrera. «He sacrificado un huevo de mi vida», dice.
Según él, todas estas filtraciones no tienen nada que ver con los animales, sino que suponen un intento deliberado y orquestado con el único objetivo de destruirlo. «Se lleva preparando mucho tiempo todo esto. Y hay un odio que no consigo entender», concluye.