Así es el nuevo dinosaurio descubierto en Portugal: «Era un peso pesado»

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Se trata de un iguanodontio, un herbívoro bípedo de gran tamaño del período Jurásico. Los restos fósiles están en una sociedad científica cerca de Lisboa

27 abr 2025 . Actualizado a las 09:17 h.

Una vértebra dorsal, una escápula, un húmero, un fémur y un calcáneo. Son los restos fósiles de un hallazgo que se remonta al 2010 y que están depositados en la Sociedade de História Natural de Torres Vedras (cerca de Lisboa) y que corresponden a una nueva forma de un iguanodontio, un herbívoro bípedo de gran tamaño que vivió en el período Jurásico en lo que hoy es la península ibérica. 

Lo explica Fernando Escaso, paleontólogo del grupo de Biología Evolutiva de la UNED y coautor, junto a Filippo Maria Rotatori, de la Universidade Nova de Lisboa, del estudio. Los restos fósiles de este iguanodontio forman parte de las investigaciones realizadas durante su tesis doctoral, centrada conocer la diversidad de dinosaurios herbívoros que vivieron hace aproximadamente 145 millones de años en la península ibérica, especialmente en Portugal.

«Era un peso pesado. Cuando estimamos su tamaño y masa corporal descubrimos que era significativamente más corpulento que otras especies como Draconyx o Eousdryosaurus». El dinosaurio no tiene nombre —hace referencia a un gran grupo de dinosaurios herbívoros con una gran diversidad de formas distribuidos a lo largo del Jurásico y Cretácico— y, aunque la hipótesis de los investigadores es que se trata de una nueva forma, hace falta más material para poder confirmar si pertenece a una nueva especie. 

«El problema del registro fósil es este, que muchas veces es fragmentario y no tenemos muchos elementos para comprobar cómo funciona la variabilidad morfológica. En este caso tenemos elementos que se han podido comparar con otras especies conocidas con las que convivía y observamos que tiene caracteres que no están presentes en ellas». 

A lo que sí se parece es a otras especies que vivían en Norteamérica durante el mismo período. Hace 145 millones de años la configuración de lo que hoy son Europa y Norteamérica era muy distinta y, de hecho, Europa era un archipiélago. «La península ibérica en ese momento era una isla, igual que lo era Francia y lo era y sigue siendo el Reino Unido», explica Fernando Escaso. La costa norteamericana estaba entonces a unos 800 o mil kilómetros de distancia y el archipiélago europeo estaba rodeado de mares epicontinentales, de muy poca profundidad, con lo que a veces se podían producir desplazamientos. 

«En ese momento empiezan a dispersarse varios linajes de dinosaurios y en Europa hemos encontrado especies que son las mismas que aparecían en Norteamérica». Es más, se considera que esa isla que luego conformaría la península ibérica «era un lugar donde se estaban cociendo muchos de los procesos de cómo se iban a distribuir las faunas de dinosaurios posteriormente» precisamente por su ubicación y la existencia de mares pocos profundos, lo que favorecía «procesos de dispersión y especiación».

Fernando Escaso, en la excavación de una yacimiento en Castilla-La Mancha
Fernando Escaso, en la excavación de una yacimiento en Castilla-La Mancha

De lo que no se puede hablar es de movimientos migratorios, porque no hay evidencia. «Hasta el momento solo hemos encontrado esta forma en la costa portuguesa, pero no tenemos registro de sedimentos del Jurásico, en otras regiones, así que no podemos saber si había migración». Movimiento, sí, como todos los animales.

En la Península, la mayoría de los registros del Jurásico superior con dinosaurios se han encontrado en la costa portuguesa, las provincias de Teruel y Valencia y la costa asturiana, muy rica en huellas, pero no tanto en huesos. En Portugal, los sedimentos jurásicos situados en la franja costera a unos 60 kilómetros al norte de Lisboa, principalmente en los municipios de Lourinhã y Torres Vedras, atesoran una enorme riqueza en restos fósiles de dinosaurios, que quedan expuestos principalmente en los acantilados. Es lo que ocurrió precisamente con los restos que investiga Escaso.

La zona portuguesa rica en restos fósiles de dinosaurios del Jurásico Superior se circunscribe al centro-oeste de Portugal. Por encima de Oporto no se ha encontrado nada. «Cada región tiene sus niveles sedimentarios. Una provincia puede ser rica en sedimentos de un período concreto y otra provincia rica en otros, porque todo depende de cómo se han levantado las capas y cómo han quedado expuestas». Es decir, no significa «que hace 145 millones de años en lo que hoy es Galicia no caminasen dinosaurios, porque seguramente sí». Simplemente, en el registro geológico gallego no han aparecido evidencias de este período.