La pasión de sus padres por el Santiago universitario empujó a esta mallorquina a venir, a estudiar lo mismo y hasta a recrear su orla

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO

VIVIR SANTIAGO

A la izquierda, la foto de la orla de su madre, Margarita Novo. A la derecha, la de ella, Mariña González
A la izquierda, la foto de la orla de su madre, Margarita Novo. A la derecha, la de ella, Mariña González Cedida

Sus padres, gallegos, se conocieron a finales de los 80 en Santiago mientras compartían clase en la Facultade de Xeografía e Historia. Ella, desde Palma, quiso revivir sus pasos

03 feb 2025 . Actualizado a las 21:21 h.

Hasta poco antes de arrancar la universidad, la mallorquina Mariña González Novo no tenía aún claro qué estudiar, pero desde el mismo momento en que se decidió por Historia del Arte, la misma carrera que había realizado su madre, no dudó en que tenía que poner rumbo a Santiago. «Ella, Margarita Novo, natural de Muros, estudió también Historia del Arte en la USC. Allí conoció y compartió facultad con mi padre, Jesús González, de Nigrán, quien se orientó por Xeografía. Ahora mismo ellos imparten en esos mismos grados en la Universitat de les Illes Balears», explica la joven, apuntando que uno de los motivos para venir a la capital gallega fue el imborrable recuerdo que sus progenitores tienen del Santiago universitario de los finales de los 80 y principios de los 90 en el que estudiaron, y que aún no olvidan.

«Siempre hablan de esa etapa, que tienen casi como idealizada, tanto por el gran ambiente que había en Compostela, como por vivir en una ciudad que estaba volcada con los estudiantes», señala Mariña, reconociendo la ilusión que a ella también le hacía revivir sus pasos. Ni el peor tiempo de Galicia la disuadió. «La lluvia es lo que peor llevo, pero me gusta mucho Santiago. De hecho, creo que de la comunidad ya no me voy», comenta risueña, reconociendo aun así la impronta del paso del tiempo.

«Casi han pasado 40 años desde que mis padres estudiaron aquí. Se licenciaron en 1992… Ahora, al igual que sucede en Palma, aquí se nota mucho más el peso del turismo, pero aun así, estoy disfrutando mucho del ambiente estudiantil, de toda la universidad y de Santiago. Algo que hasta emociona, y cuando lo comento, los profesores también se asombran, es que algunos de ellos, como Alfredo Vigo Trasancos, José Manuel López Vázquez o Andrés Rosende Valdés, impartieron clase a mi madre y me dan también a mí», comenta con entusiasmo Mariña, quien, en la actualidad, ya afronta el cuarto curso del grado.

«Este año nos toca ya hacer la orla. Pensé que por mi propia trayectoria, y como un gesto hacia mi madre, sería bonito intentar recrear la foto que ella se había hecho cuando se licenció. Fui a Tadel con la foto de mi madre y allí Noelia, una de las empleadas, ya me confirmó que las fotos de la orla de mi madre también se habían hecho allí», comenta, aludiendo a la veterana tienda de fotos de la calle San Pedro de Mezonzo.

Únete a nuestro canal de WhatsApp

«Intenté posar igual, pero creo que antes se sonreía menos. Yo no fui capaz de no hacerlo», comenta entre risas, aclarando, aún así, que la tonalidad de la toga sigue siendo la misma, de color azul celeste. «En realidad es todo muy similar, aunque creo que antes la gente, en general, y a misma edad, parecía mayor», analiza. «Muchos nos dicen que ambas nos parecemos… En realidad lo bonito es ver como que no pasó el tiempo», remarca y aclara que, tras estos meses, en que debe elegir la foto final para su orla, será en abril o mayo cuando esa ya se realice. «A mis padres les hace ilusión ver como se repite su historia. Solo por eso, ya valió la pena», enfatiza.