Cobre San Rafael incorpora un recorrido virtual por los controles de calidad de aguas en el entorno de la mina de Touro-O Pino
TOURO

El usuario de la web puede conocer resultados de analíticas de los últimos años en puntos como las áreas recreativas de Brandelos y Santaia o el regato de Felisa
10 abr 2025 . Actualizado a las 05:05 h.Cobre San Rafael incorporó a su página web un mapa interactivo que ofrece al usuario la posibilidad de realizar una visita virtual por los principales puntos de control de calidad de las aguas en el entorno de la antigua mina de Touro-O Pino, en el entorno de la cuenca del Ulla. Un recurso que permite ver los resultados de las muestras analizadas en los últimos años.
El mapa localiza los puntos de muestreo en las áreas recreativas de Brandelos y Santaia; zona de bombeo del regato Portapego y del Felisa; canal de drenaje; confluencia del Brandelos y el Ulla y del Lañas con el Ulla; fervenza das Pombas, Fonte Díaz (Touro), y los regatos Barral, O Burgo (Bama) y Felisa. Junto con la información técnica, pueden visualizarse imágenes del antes y después de las acciones realizadas en cada punto, que permiten comprobar «os efectos positivos das medidas adoptadas para mellorar a calidade das augas», señala la compañía.
Las tomas recogidas entre el 2022 y el 2024 en los puntos de control muestran que las aguas de las zonas vigiladas mantienen niveles de calidad positivos, «cumprindo coas normativas ambientais vixentes e demostrando a eficacia das intervencións realizadas durante os últimos anos». Uno de los avances más notables fue un aumento del pH de hasta el 100 %, al pasar de 3 a 6 gracias a la disminución de la acidez de las aguas; también se redujo un 50 % la conductividad eléctrica.
El plan de recuperación integral de las aguas de la mina histórica, promovido por la compañía de forma voluntaria y antes de cualquier autorización administrativa para reactivar la actividad extractiva, permite esos resultados. La inversión superó los 3,4 millones de euros, con importantes obras de ingeniería para canalizar y tratar las aguas de la antigua mina, cerrada en 1986, cuando no existían las normativas ambientales actuales. Una de las actuaciones de calado fue la construcción de una planta de tratamiento de aguas, cuya operación supondrá un coste anual de 500.000 euros, para garantizar su funcionamiento continuo y eficaz.