Condenado a quince años de cárcel por violar a la hija de su esposa en Arzúa cuando tenía once años

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

ARZÚA

Entrada de la Audiencia Provincial de A Coruña.
Entrada de la Audiencia Provincial de A Coruña. CESAR QUIAN

El acusado aprovechó que su madre estaba trabajando para forzar a la niña, que tardó seis años en denunciar porque estaba aterrorizada

24 jun 2025 . Actualizado a las 16:42 h.

La Audiencia Provincial ha condenado a quince años de cárcel a un vecino del partido judicial de Arzúa que estaba acusado de violar a la hija, de once años, de la que fue su esposa. El tribunal da por probado los dos episodios de agresión sexual que relató la víctima. Ambos se produjeron en la casa que los tres compartían, cuando la madre no estaba en la vivienda porque se encontraba trabajando y los magistrados aprecian que hubo tanto intimidación como violencia, así como que el procesado se prevalió de una relación de superioridad para la ejecución del delito, por lo que le imponen la pena en su grado máximo.

Además de esos quince años de prisión, la Audiencia condena al hombre a ocho años de libertad vigilada, que se cumplirán cuando salga de la cárcel, y le inhabilita durante cinco años para ejercer la patria potestad, tutela, curatela, guardia o acogimiento de cualquier menor. Tampoco podrá acercarse a menos de 500 metros o comunicarse durante diez años con la víctima, a la que deberá además indemnizar con 18.000 euros por los daños morales que le ha causado. La sentencia no es firme y contra ella cabe recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).

El condenado tenía 49 años cuando tuvieron lugar los hechos que los magistrados han declarado probados. Durante tres, convivió con la que era su esposa y con la hija de esta. En el 2015, entre los meses de octubre a diciembre, tuvo lugar la primera de las agresiones. El hombre pidió a la menor que fuera a su habitación para ver la televisión y cuando ambos estaban sentados en la cama le hizo tocamientos y la violó, para después advertirle que no le contara nada a su madre porque no iba a creerla y que si lo hacía habría consecuencias para ambas.

La segunda vez, unos dos meses después, el episodio fue incluso más violento. Cuando el acusado volvió a pedirle a la niña que fueran a su habitación a ver la tele ella se negó, pero entonces él la amenazó con que le diría algo malo de ella a su madre, por lo que la menor se vio forzada a acatar sus órdenes. Una vez en el dormitorio, la empujó con fuerza y la tiró sobre la cama, donde volvió a agredirla sujetándole con fuerza las manos y haciendo caso omiso a los gritos de la pequeña pidiéndole que parara.

La víctima ha sufrido daños psicológicos que afectan a su vida cotidiana e incluso ha tenido dos intentos de suicidio. Es más, no se atrevió a contarle nada a su madre porque estaba aterrorizada, hasta que seis años después, cuando ya no vivían con el acusado, a la progenitora le resultó extraño que la chica, que ya casi era mayor de edad, fumase y bebiese tanto, por lo que le preguntó que qué le pasaba.

El hombre negó los hechos y aseguró que no podía haber violado a la niña porque tenía graves problemas traumatológicos y tomaba medicamentos muy fuertes, tipo fentanilo, y afirmó que no era capaz de mantener relaciones sexuales. Sin embargo, la Audiencia Provincial considera que este extremo no ha quedado probado y además su exmujer relató que no tomaba esas pastillas y que durante ese tiempo sí tenían sexo.

La Fiscalía consideró que los hechos eran dos delitos de agresión sexual y pedía 14 años de prisión por cada uno. La acusación particular también, aunque elevaba la pena a 15 años en el segundo episodio. Sin embargo, los magistrados del tribunal provincial han considerado que se trata de un delito continuado, de ahí que la pena quede en 15 años. En cuanto a la indemnización, el fiscal solicitaba 20.000 euros, por los 42.000 de la víctima.