El subdelegado del Gobierno dice que la mujer maltratada que apareció calcinada en Campo Lameiro no quería que la protegiesen

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

MORAÑA

La pareja que apareció calcinada en Campo Lameiro sobre una imagen de la infravivienda de Moraña en la que viviían y el coche que él usaba habitualmente tapado con una lona
La pareja que apareció calcinada en Campo Lameiro sobre una imagen de la infravivienda de Moraña en la que viviían y el coche que él usaba habitualmente tapado con una lona

Abel Losada reconoce que Marisol Costa estaba en el sistema VioGén y que su riesgo era alto, pero señala que «non se pode protexer a quen non quere que a protexan» aunque él tenía prohibido acercarse a 200 metros o comunicarse con ella

11 jun 2025 . Actualizado a las 19:15 h.

La subdelegación del Gobierno de Pontevedra, que habitualmente condena los crímenes machistas de toda España y que insiste en el mensaje de que hay que seguir dando nuevos pasos contra la violencia de género y ponerse al lado de las víctimas en cualquier circunstancia, mantuvo hasta este miércoles un mutismo absoluto con el caso de Marisol Costa y Ramón García, las dos personas que aparecieron calcinadas en Campo Lameiro y que, aunque se desconoce en qué circunstancias murieron, es de dominio público que antes del óbito eran maltratador y víctima. Esa violencia que ella sufría está documentada en una sentencia, en que Marisol estaba en el sistema de protección Viogen con riesgo algo y en que él tenía una orden de alejamiento de ella. Hasta el martes, el subdelegado, el socialista Abel Losada, mantenía silencio con el argumento de que los análisis de ADN todavía no estaban listos y que, por tanto, no se podían identificar los cadáveres que habían aparecido en Campo Lameiro.

Pero el martes todo cambió. La subdelegación envió un mensaje a los medios de comunicación identificando a los dos fallecidos, a Marisol y Ramón, pero no hubo ninguna referencia a la condición de víctima de ella ni al historial delictivo de él. Se limitó a decir que quería mantener la prudencia y que «la investigación continúa y siguen abiertas todas las hipótesis». Es decir, que con el argumento de que la muerte se sigue investigando, no se iba más allá y se mantenía silencio con respecto a que, independiente de las circunstancias que provocasen el fallecimiento, este hombre tenía dos condenas encima tanto por maltratar a Marisol como a su exmujer y pese a ello no había pasado ni un solo día de su vida en prisión. 

Este miércoles, a preguntas de los periodistas y en una comparecencia convocada por otro asunto, el subdelegado del Gobierno reconoció que Marisol estaba en el sistema de protección VioGén y que su riesgo era alto. Luego, sin hacer alusión alguna al historial delictivo de Ramón, sí habló de la víctima. Lo hizo para señalar que «non se pode protexer a quen non quere que a protexan», aludiendo implícitamente a que convivía con el agresor pese a que había una orden de protección. También señaló que «todos somos adultos e independentes» y que no puede haber vigilancia las 24 horas y los siete días de la semana para nadie, y menos «para quen non quere que a protexan». Aludió a que la actuación de la Guardia Civil fue «impecable» e «irreprochable» y que se hizo todo lo que era necesario para proteger a la mujer que finalmente murió calcinada. En cuanto al hecho de que un juzgado dejó en libertad unos días antes del fallecimiento al maltratador pese a que había desaparecido con la víctima, señaló que estamos «nun Estado garantista».

Las declaraciones de Abel Losada chocan frontalmente con lo que opinan abogados especialistas en violencia machista y fuentes judiciales. Señalan que cuando un hombre tiene una orden de alejamiento (en el caso de Ramón, el dato que manejan los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado es que contaba con una prohibición en vigor de acercarse a 200 metros de Marisol y también de comunicarse con ella) lo que hay que hacer es vigilar que la cumpla y, si no lo hace, denunciarlo o detenerlo por quebrantamiento de esa orden, lo que se considera delito. Eso hace que vaya acumulando antecedentes y que se proteja a las víctimas más allá de que ellas, en el durísimo contexto de la violencia machista y el miedo y la sumisión a la otra persona que suele acarrear esta lacra, puedan no querer abandonar la relación y seguir al lado del maltratador.  

Son muchos los interrogantes que se plantean con este caso y de los que, hasta el momento, no ha habido ni una sola explicación por parte de la subdelegación del Gobierno ni de ninguna otra institución. Para empezar, existía una orden de alejamiento en vigor de Ramón a Marisol y sin embargo era público y notorio para las fuerzas y cuerpos de seguridad y para los vecinos que ambos convivían en una infravivienda de Moraña, y que lo hacían a pesar de que, de cuando en vez, Marisol aparecía con golpes sobre los que no era capaz de dar explicaciones convincentes. 

Después está el hecho de que, debido a la existencia de esa orden, se controlaba periódicamente que Marisol siguiese en casa (la Guardia Civil iba por allí casi a diario), que estuviese bien y, cuando faltó del domicilio, se dio la alerta por ello. Se localizó entonces a la pareja a bastantes kilómetros, en el municipio lucense de Bóveda, en una carretera que no es de paso hacia ningún lado. A él se le detuvo por la desaparición de Marisol, estuvo en el calabozo, se le llevó al juzgado a Monforte y se le dejó marchar. De hecho, aunque ella permanecía en un aparente estado de sumisión que llamaba la atención, nadie les impidió que se fuesen juntos. Murieron días después y aparecieron calcinados en unas circunstancias que todavía se están investigando y sobre las que todas las hipótesis están abiertas. 

Otro de los interrogantes, este quizás el más duro para la primera víctima de Ramón, que afortunadamente sigue viva y que es su exmujer y madre de sus hijos, es cómo se explica que él, condenado en dos ocasiones por violencia machista, en ambos casos a 21 meses de prisión, lo que en total suma tres años y medio de cárcel, haya muerto sin haber estado encarcelado. Tampoco hay, de momento, ninguna mención desde las instituciones a este hecho pese a que en lo relativo a este maltrato, al de su exmujer, la sentencia es firme hace años y la víctima llegó a ir hasta el Tribunal Supremo para intentar que la pena fuese más contundente. 

El Concello de Moraña declara el mismo luto por el maltratador que por la víctima 

Tres días de luto oficial por Ramón y Marisol, la pareja que apareció calcinada hace algo más de una semana en Campo Lameiro. De forma idéntica para uno y para el otro. Equiparándolos. Esa ha sido la reacción del Concello de Moraña, donde residían estas dos personas, después de que la subdelegación de Gobierno diese a conocer que los análisis de ADN certifican la identidad de los dos cadáveres. Habrá el mismo pesar oficial por uno que por el otro pese a que Marisol Costa Pereira era una víctima de violencia machista, con una orden de protección en vigor, y Ramón García Souto el hombre que la maltrataba, con dos condenas encima por ello (una por agredirla a ella y otra a su exmujer).

De esta forma, el Concello de Moraña publicó en sus redes sociales un comunicado que indica lo siguiente: «No día de hoxe [refiriéndose al miércoles], notificouse por parte da subdelegación do Goberno en Pontevedra que os corpos calcinados atopados no Concello de Campo Lameiro correspóndense cos de dous veciños desaparecidos do Concello de Moraña.Tamén comunican que se continúa coa investigación das circunstancias nas que se produciu o feito, que polo momento non están esclarecidas.O Concello de Moraña decreta tres días de loito oficial ondeando as bandeiras a media hasta, e suspendendo os actos públicos organizados polo Concello. Mostramos as nosas condolencias ós seus familiares». No hay, por tanto, ni una sola referencia a la condición de maltratada de Marisol y, además, se muestra el pesar por la muerte de un hombre con dos condenas encima por maltratarla tanto a ella como a su exmujer, a la que agredió durante años, incluso estando embarazada, tal y como está probado en una sentencia de carácter firme. 

Las reacciones a este comunicado del Ayuntamiento, gobernado por una mayoría absoluta del PP y con el alcalde Sito Gómez a la cabeza, no se han hecho esperar. En las redes sociales hay comentarios de perplejidad ante la equiparación de un maltratador y su víctima, que lo eran aunque no se sepan de momento las circunstancias en las que ambos murieron. Y el BNG, en la oposición en Moraña, ya le ha pedido al Gobierno local que rectifique. De hecho, en un comunicado muy duro, los nacionalistas señalan: «O BNG lamenta, censura e condena a declaración de loito oficial no que se inclúe o respeto a un maltratador sistemático». Señalan también que «esta declaración de loito oficial, na que se pon ao mesmo nivel a maltratada e maltratador é unha mensaxe absolutaramente errónea e perigosa para a sociedade en xeral e pretende invisibilizar á verdadeira vítima, Marisol. Dar dende unha institución honras en compaixóns a una agresor machista é un paso atrás de xigante na loita contra a violencia machista dunha institución pública que debe comprometerse na erradicación da mesma». 

El PSOE, también en la oposición en Moraña, emitió un comunicado en la misma línea que el del Bloque. Los socialistas de Moraña señalaron lo siguiente: «Parécenos unha irresponsabilidade equiparar á vítima co seru maltratador, enviando unha mensaxe equivocada e perigosa á sociedade. Marisol Costa era unha veciña nosa, vítima dunha violencia brutal, e só ela merece o respecto institucional e as condolencias da cidadanía». 

En realidad, la reacción del Concello de Moraña va en la misma línea que el ya dado esta semana. Así, un grupo de mujeres feministas de Moraña, As Moiras, cansadas del silencio institucional con el caso de Marisol y Ramón pese a que es público que él tenía dos sentencias condenatorias de violencia machista, convocaron una concentración para el lunes. El Ayuntamiento se encargó de dejar claro en las redes sociales que ellos no eran los convocantes, a la par de destacar que aún no estaban listos los resultados del ADN aunque la Guardia Civil ya había identificado desde el primer momento a Ramón García Souto, cuyo historial delictivo como maltratador conocían a la perfección tanto los agentes del instituto armado como la propia Policía Local de Moraña. A raíz del nuevo comunicado municipal, equiparando a víctima con agresor y declarando luto por ambos, As Moiras hizo pública su condena a este texto, exigió rectificación al Concello y convocó una concentración para el jueves a las 20.30 horas a la que instan al Ayuntamiento a sumarse.