Arranca el juicio en Pontevedra a un hombre al que le piden 60 años por maltratar, violar e intentar matar a su pareja pero no está en prisión preventiva

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La Audiencia Provincial de Pontevedra, en una imagen de archivo.
La Audiencia Provincial de Pontevedra, en una imagen de archivo. CAPOTILLO

La vista se celebró a puerta cerrada, lo que evitó, al menos en esta primera sesión, lo que tanto enervaba al acusado, de 41 años, antes de entrar: «A min non me fai fotos nin Deus», clamaba

19 jun 2025 . Actualizado a las 16:51 h.

Sesenta años y tres meses de prisión. Eso es lo que pide el fiscal para un hombre que esta mañana de martes se sometió a juicio en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Se trata de un varón de de 41 años de edad al que el fiscal acusa de maltratar de forma continuada, violar en dos ocasiones e intentar asesinar a la que fue su pareja, tanto mientras duró la relación como cuando ya se había terminado. El juicio, que la magistrada ponente ordenó que se celebrase a puerta cerrada, vivió su primera sesión, pero tendrá que continuar el miércoles ya que no dio tiempo a tomar testimonio al reguero de testigos citados a declarar. El acusado llegó a la vista aparentemente tan libre como cualquiera de los testigos (aunque está sometido a medidas de control). No en vano, aunque la petición de cárcel del fiscal es tan elevada, este hombre no está en prisión provisional actualmente y solo permaneció encarcelado de forma preventiva unos meses

Sentado en el vestíbulo de la Audiencia, antes de entrar a juicio, el acusado, sin importarle que quienes permanecían próximos a él le escuchasen, insistía a su letrada en que él no había hecho nada, que lo que había salido en los medios de comunicación (el escrito del fiscal) era mentira y, sobre todo, que a él no le iba a sacar fotos nadie. En ese momento empezaban a llegar distintos medios gráficos, que habitualmente tienen derecho a retratar a los acusados, y él insistía en que «a min non me fai fotos nin Deus».

Su letrada, muy prudente, trataba de imprimirle calma y hasta le aconsejó que fuese a buscar una botella de agua, cosa que hizo. Minutos después, fueron llamados para entrar en la sala. El hecho de que se decidiese que la sesión se celebraba a puerta cerrada (motivada, seguramente, para proteger la intimidad de la víctima) y, por tanto, sin acceso de los medios de comunicación, acabó evitando, al menos en este primer día de vista, lo que tanto enervaba al acusado: no se le hicieron fotos.  

Poco se sabe de cómo fueron las primeras horas de juicio debido a celebrarse a puerta cerrada. Trascendió, eso sí, que declararon tanto la víctima como el acusado y un testigo y que tras cinco horas dentro de la sala la vista quedó suspendida hasta este miércoles. Se retomará la sesión con la declaración tanto de testigos como de peritos. 

Lo que sí se sabe es cómo calificó el fiscal los hechos previamente al juicio (habrá que ver si cuando acabe la vista mantiene las peticiones de penas). El Ministerio Público considera que este hombre es autor de catorce delitos, entre ellos los de maltrato habitual, violación e intento de asesinato. El escrito hecho por el fiscal es amplísimo y retrata el largo calvario sufrido por la víctima, a la que según el representante público sometió a todo tipo de vejaciones. Ella, según el fiscal, «acataba todo lo que le decía el procesado por el profundo miedo que él le provocaba, por su carácter violento y colérico, y por su absoluta situación de desamparo emocional». 

El fiscal plasma en su escrito de forma vehemente las acciones violentas del acusado y cómo dio muestra de su cólera incluso ante la Guardia Civil. Así, indica que en el 2023, cuando tras ser denunciado se hallaba en las dependencias de la Guardia Civil de Milladoiro-Ames, y mientras estaba siendo asistido por su letrado, volvió a lanzar una amenaza a su expareja. Concretamente, gritó: «Ahora sí que la voy a matar, puta». Este último insulto, según la Fiscalía, era una palabra recurrente en su boca para dirigirse a la víctima. 

Un día después de la denuncia, en el 2023, un juzgado de Santiago de Compostela decretó la prisión provisional para este individuo y envió el caso a A Estrada, por ser la zona donde se produjeron los hechos. El juzgado estradense ratificó la unos días después esa prisión provisional. Corría el mes de junio del 2023 cuando se envió este hombre a la cárcel. Él, a través de su defensa, empezó a pedir que lo liberasen. En enero del 2024 la Audiencia le dijo que no, que debía seguir encarcelado. Pero, un mes después, en febrero del 2024, sí se estimó parcialmente su recurso y se acordó la libertad provisional sin fianza. Se le impusieron, eso sí, otras medidas, como comparecer todos los 15 días de cada mes ante el jugado. También tiene una orden de alejamiento de 500 metros de la víctima mientras dure la tramitación de la causa y está controlado con un dispositivo telemático. Además, no puede comunicarse con ella por ningún medio escrito, telefónico o telemático. 

Este miércoles, previsiblemente, el juicio quedará visto para sentencia. Habrá que ver si esta segunda sesión, en la que ya no va a declarar la víctima, la vista se sigue celebrando o no a puerta cerrada.