Ellos son Pándega, la diversión ruidosa en las fiestas con mucha comida y bebida

O BARCO DE VALDEORRAS

El grupo valdeorrés es un imprescindible en los cantos de taberna y forma parte del cartel del Silfest
16 jun 2025 . Actualizado a las 06:00 h.Hace ocho años, un grupo de amigos de Valdeorras decidieron juntarse para cantar y pasarlo bien. Procedentes de bandas de gaitas y de grupos folk, buscaban algo más fácil de gestionar, que requiriera menos infraestructura que lo habitual en un concierto al uso, donde se necesita un escenario, micros, equipo de sonido... Y decidieron montar un grupo de cantos de taberna, porque es tan fácil como ir cada uno con su instrumento. Nacía Pándega. Es una palabra gallega que significa «diversión ruidosa en que participan varias persoas»; «festa en que se come e bebe en abundancia» y «persoa á que lle gusta andar metida en festas». Las tres acepciones encajan a la perfección en la filosofía del grupo y en la definición de los siete integrantes que conforman Pándega desde su regreso hace tres años después del parón impuesto por la pandemia. Ellos son Xulio con el clarinete, Juan Carlos con el saxo, Xaquín con la flauta, Óscar con el acordeón, Javier con el bombo, Donato con la gaita y Javier con el tambor. Javier es también quien lleva la voz cantante, aunque todos lo acompañan.
«Ensaiamos cada quince días. Quedamos para tocar e, sobre todo, para pasalo ben», explica Xulio Parada. El suyo es un repertorio repleto de canciones de taberna en el que incluyen también versiones con arreglos propios para adaptarlas a los instrumentos que llevan. Se reúnen en la bodega de Juan Carlos en A Rúa Vella, que es un punto intermedio entre O Barco y Manzaneda, lugar de procedencia de varios de ellos, aunque la mayoría son rueses. Ahora están preparando su próxima actuación. Forman parte del cartel del SilFest, el festival que se celebrará del 3 al 5 de julio en el Malecón barquense. De momento no tienen más actuaciones a la vista —la semana pasada amenizaron el primer Camiño dos fornos e das airas de Soulecín—. «Pode ser que saia algunha cousa más, pero o certo é que non nos é fácil xuntarnos», reconoce Xulio. Todos tiene una ocupación laboral que nada tiene que ver con Pándega y además varios de ellos tienen niños pequeños, así que no siempre es factible reunirse para tocar todos. «Se nos chaman e podemos, imos», dice.