Hace 20 años, Rafi Camino y Tomás Campuzano protagonizaban el regreso de los toros a la capital ourensana

Cándida Andaluz Corujo
C. ANDALUZ OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Corrida de toros en Ourense en el año 2000
Corrida de toros en Ourense en el año 2000 MIGUEL VILLAR

El 10 de junio del 2000 las fiestas del Corpus volvieron a incluir una corrida

15 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

 «Tarde campera la vivida en Ourense con el espectáculo protagonizado por el rejoneador José Miguel Callejón y los diestros Tomás Campuzano, Juan Antonio Esplá, Rafi Camino y Felipe Silva. Más de una espectadora suspiraba por un autógrafo de Rafi Camino, que se enfrentó a un toro bravo que brindó a la viuda de Luis Rivas Villanueva, promotor cultural ourensano fallecido el pasado año». De esta manera comenzaba la crónica de La Voz de Galicia el 10 de junio de hace veinticinco años. Los amantes de los toros, uno de los espectáculos indispensables de las fiestas de Ourense décadas atrás, veían como regresaban a la programación.

«Una buena faena que terminó con una oreja. La tarde, fresca y húmeda, no pudo estar más animada, con un público que aplaudió cuanto quiso. En el exterior, varios ourensanos protestaron en contra del espectáculo taurino. Dentro del coso, siguieron la fiesta 2.500 personas llegadas de diversos puntos de Galicia. Hoy continúa el festejo con una exhibición de caballos, a partir de las seis de la tarde. Nada que envidiar a la famosísima Feria de San Isidro de Madrid», proseguía la noticia. Aunque Camino y Campuzano eran las estrellas de aquella tarde, el que hizo vibrar el público amante de la tauromaquia fue Felipe Silva que, pese a ser cogido por uno de los toros y dar varias volteretas en el aire, supo mantener la compostura.

En el siglo XIX y principios del XX se realizaron corridas ocasionales en la ciudad, muchas veces en plazas portátiles o en recintos habilitados de forma temporal, como ocurrió en el año 2000. En aquella ocasión, ubicando una plaza móvil en los terrenos de Expourense.

 El 13 de junio de 1906 se inauguró la primera plaza de toros formal en Mariñamansa, construida en madera, para la celebración de las fiestas del Corpus. Antes de esa fecha, las pocas corridas que se organizaban tenían lugar en la praza Maior en donde, como protección para el público, se colocaban unas tablillas de madera.

Portada de La Voz de Galicia, del 10 de junio del 2000
Portada de La Voz de Galicia, del 10 de junio del 2000

[Consulta la página en la hemeroteca de La Voz de Galicia]

En una crónica de las fiestas del Corpus del 25 de junio de 1935, el periodista narraba así una faena. «Diluviando se celebró la corrida de toros. Marcial Lalanda estuvo verdaderamente formidable en el primer toro, siendo ovacionadísimo en un quite de rodillas, dando cinco pases naturales. En el segundo toro, el Niño de la Palma cumplió bien, dando elegantes pases de pecho y molinetes». Diez años más tarde, en 1945, desde el consistorio ourensano se informaba de que una plaza de toros de madera con cabida para unas diez mil personas sería construida en terrenos cercanos a la capital. Se esperaba poder celebrar corridas en la temporada de 1947. Pero poco a poco la afición fue desapareciendo. Da cuenta de ello la falta de interés en contar con una plaza en condiciones. En adecuarla y cuidarla. Así, en 1955 se suspendió el espectáculo previsto en el programa festivo: «La corrida de toros que, con motivo del Corpus se iba a celebrar esta tarde, ha quedado suspendida por no ofrecer la plaza, que es de madera, suficientes garantías».

El 21 de junio de 1960, con ganado de Casimiro Sánchez, el espectáculo fue un verdadero escándalo por la falta de peso y bravura de las reses. El ganadero fue sancionado. Dos días después se celebró una novillada con escaso público, debido a los acontecimientos anteriores. Así en la década de los setenta y ochenta, los amantes de la tauromaquia empezaron a desplazarse hasta Pontevedra para poder ver espectáculos de altura. En 1991, el Concello descartó incluir las corridas de toros en las fiestas del Corpus. Una decisión que se prologó veinte años, hasta el 2000.

 Toreros ourensanos

Aunque la afición por las corridas en Ourense no llegó a ser la de otras ciudades gallegas, hubo toreros ourensanos. Uno de los más conocidos fue Manuel Rodríguez Trabazos, Castrelito, nacido en Castrelo de Miño a inicios del siglo XX. En las décadas de los años 40 y 50, Manolo Martínez, Ourense, toreó un buen número de novilladas y era un torero valiente y enterado, que actuó con éxito en Barcelona, Zaragoza y otras plazas de primera categoría. No tuvo tanta suerte Ramón Álvarez, Embrujo de Galicia, de A Rúa. Entre las muchas novilladas que toreó, cabe destacar una en Valladolid, alternando con los hermanos de Laserna. «Cómo estaría en aquel festejo Embrujo de Galicia que fue llevado en hombros hasta el hotel. Abandonó los trastos, se aseó y hoy vive dedicado al negocio de vino», decía el periodista de La Voz. Era 1949.