Pedro Sánchez pidiendo la hora

OPINIÓN

Yves Herman / POOL | EFE

24 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Donde Dije Pedro habla del cambio de hora hay quien ve una maniobra de distracción para que el pueblo se olvide de begoñas y cerdanes. Su coartada es que el cambio de hora ya «no tiene sentido», y que tiene un «impacto negativo en la salud y la vida de la gente». Hay quien dirá que ni que estuviera hablando, inconscientemente, de su Gobierno. El caso es que la supremacista Míriam Nogueras aparca un instante sus ataques a la emigración y aconseja al estadista «hablar menos del cambio de hora y más de la hora del cambio». Se trata de la enésima amenaza del círculo irradiador del fugado Carles Puigdemont. El PP y Vox huelen la sangre. El propio Pedro viaja a Bruselas con la espada del Damocles catalán sobre el mechón. Pide tiempo y, a renglón seguido, Volodímir Zelenski se le acerca cariñoso. El español mira hacia la muñeca de su homólogo ucraniano, como para ver si lleva reloj. ¿Estará Pedro pidiendo la hora? Si acaso, la de Waterloo, donde cada minuto se vende a precio de oro.