Limpiar lo que estorba, sobra y no aporta

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

J.Casares | EFE

31 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Diez meses han transcurrido ya desde la dana devastadora que asoló la provincia de Valencia. Diez meses de duelo por el fallecimiento de 236 personas, de recuperación física y mental de miles de heridos y de esfuerzo titánico para remontar la destrucción total de numerosos pueblos valencianos, además de los graves daños sufridos en muchas localidades de otras provincias. Diez meses de desolación en los que los afectados pudieron apreciar, como suele suceder en nuestro país, la solidaridad de los ciudadanos de a pie, de los servicios sanitarios, de los de emergencia, de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y otros que acudieron en su ayuda. Pero, también, diez meses de indignación, frustración e impotencia ante el inútil y constante cruce de acusaciones entre las distintas instituciones y, sobre todo, entre los dos partidos principales.

Por si fuera poco, cuando aún sigue habiendo rescoldos de la terrible ola de incendios que este mes de agosto han ocasionado 8 muertes, que han asolado numerosas provincias, y que tanto han afectado a Galicia, se vuelve a repetir el patrón. Como si fuera un partido de ping-pong, los responsables de las diversas instituciones siguen lanzando las acusaciones al campo del contrario en un fútil esfuerzo por convencernos de que han hecho todo lo posible y de manera correcta para afrontar un desafío de tal magnitud.

Pero lo cierto es que lo único que se ha puesto de manifiesto es que faltan programas de prevención eficaces, planes de actuación a largo plazo, planes de coordinación efectiva, y que sobran personas en cargos para los cuales no están capacitados, políticos en lugar de gestores y, sobre todo, personas que se niegan a dimitir aferrándose al sacrosanto principio de la presunción de inocencia. Cuentan con que las investigaciones son largas y los procesos judiciales siempre se diluyen en el tiempo; sin embargo, no valoran el dolor por los fallecidos, la desesperación de los que han perdido sus hogares, sus medios de vida y el entorno natural.

Francamente, da vergüenza verlos y escucharlos en los medios de comunicación. Ya va siendo hora de dejar de hablar y ponerse a trabajar, empezando por una buena limpieza de todos los que estorban, sobran y no aportan.