
Si esto sigue, así los grandes partidos acabarán empatando a cero escaños. La cosa es peor que lamentable. Da miedo pensar cómo se andarán frotando las manazas en Hungría (menos mal, pensarán algunos, que el último caso es un consejero medio húngaro de Extremadura, o sea, medio de Vox). El síntoma Mazón, el virus Cerdán, el sarpullido Koldo, la fiebre Noelia Núñez, el mal de Ábalos, la gripe Leire, la infección Montoro. Están para que los confinen a todos. El antepenúltimo capítulo del nuevo Siglo de Oro de la novela picaresca hecha realidad es el ya excomisionado del Gobierno Pedro para la dana. Su nombre: José María Ángel Batalla. Angelito. Batallas parece haber contado algunas durante décadas. En esta foto, suya es la cabeza cuyo morro oculta un señor bigote junto a la feliz ministra Diana Morant. Ella ha tenido el cuajo y la horchata de agradecerle su «generosidad y dedicación». La estampa fue tomada hace dos telediarios en el país del Lazarillo de Tormes, de Rinconete y Cortadillo, del Guzmán de Alfarache, de don Pablos, alias el Buscón. Comparados con los de ahora, unos aficionados.