«Boda en Venecia: ¿y si solo tienen dinero?»

OPINIÓN

Yara Nardi | REUTERS

29 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Venecia es de todos

Una boda en Venecia. Aunque podrían haberla celebrado en los jardines de la Casa Blanca, en la plaza del pueblo o en cualquier campeiro. Ya son ganas de sufrir eso de cambiar de modelo 27 veces en tres días. Tiene que haber una explicación. En la psicología profunda de los protagonistas quién sabe si no hay un complejo de inferioridad. Lo de ostentar y mostrar sin pausa ni descanso tanta riqueza y «felicidad» se vuelve sospechoso. Porque, a ver, unas horas aún son soportables, pero tantos días... ¿Y si solo tienen dinero? No se encuentra otra explicación ¡Qué tiempo tan largo y cansino debe ser para los novios posar maravillosos a cada minuto, con postureos y sonrisas! Y solo para demostrar al resto del mundo cuantísimo dinero tienen. Por eso protestan los venecianos. Aunque muchos dólares les deje tal evento. Puede que estén hartos de tanta «felicidad», ficticia o no. Pero ajena, claro. Lo mejor es que con el tiempo todo pasa. Pero Venecia permanece, también para el resto de los mortales. Afortunadamente. M. J. Vilasuso. As Pontes.

Un abrazo desde Asturias

Se nos acaba de ir José Antonio Redondo. Demasiado pronto y demasiado rápido. Discretamente, como era él. A la vera de la ría.

El impacto de la noticia me pilla en tierras británicas y esto me va a impedir acompañar a su familia y al equipo del Consello de Contas en estas horas tan difíciles. Lo haré en cuanto tenga ocasión, pero desde aquí mando ya mi fraternal abrazo en mi propio nombre, así como el pésame de toda la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias.

Hace un año tuve el privilegio de participar en el homenaje tributado a José Antonio en el paraninfo de Fonseca, con motivo de su merecida jubilación. Hablé desde la óptica de alguien que tuvo la suerte de compartir unos años de trabajo en el control externo desde nuestras instituciones hermanas, con algunos momentos inolvidables en Compostela (por supuesto), Carril o Madrid, por citar solo algunos ejemplos. En todo caso, llamarle compañero sería por mi parte un exceso. Si acaso, me declaro un modesto aprendiz suyo, un alumno de quien fue un auténtico profesor y maestro en tantas cosas.

Hace escasamente dos meses, la Junta General del Principado de Asturias renovó mi mandato como síndico mayor. Ya entonces, uno de mis primeros mensajes fue precisamente a José Antonio para darle la noticia. Y no solo me felicitó, cosa que sería fácil y hasta rutinaria, sino que sobre todo me recordaba su amistad, su disposición y su cariño. Guardo ese mensaje como un tesoro. Ahora, aún más.

Es muy fácil señalar cosas buenas de José Antonio Redondo. Pero como decimos en Asturias, sobre todo, era un gran paisano. Un señor de los pies a la cabeza, tranquilo, reflexivo, cariñoso, honesto, y, desde luego, un grandísimo profesional en todas sus facetas, académica, gestora y de control externo.

Te echaremos mucho de menos, José Antonio. Descansa en paz.

Roberto Fernández Llera. Síndico mayor. Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias