No hay transición energética sin infraestructura eléctrica y almacenamiento
OPINIÓN

El pasado lunes 28 de abril, a las 12.33 horas, millones de personas en España y Portugal se quedaron sin luz. En apenas cinco segundos «desaparecieron» 15 GW de potencia, el 60 % de la demanda eléctrica española en ese momento. Un hecho sin precedentes que, como era de esperar, ha provocado un aluvión de teorías, tertulias y presuntos culpables.
No seré yo quien se atreva a identificar las causas. Ya lo harán los operadores, con datos, análisis y rigor. Pero, entre tanto ruido, sí creo necesario alzar la voz ante un debate injusto y peligroso: el que busca culpar a las energías renovables del apagón. No hay base para ello. En todo caso sí cabe debatir sobre cómo gestionar mejor su creciente presencia en el mix energético. La crítica no debe ir contra la fuente, sino contra la infraestructura que debe acompañarla.
Todo sistema eléctrico debe dar respuesta a tres retos principales. Los dos primeros son precios asequibles y sostenibilidad ambiental. Hemos avanzado enormemente en los últimos años. Pero quizá, confiados en la robustez de nuestra red, hemos dado por garantizado el tercer pilar: la calidad y seguridad del suministro. El apagón del lunes nos ha recordado que no hay transición energética sin redes modernas, inteligentes y bien interconectadas.
España necesita más infraestructura y además sigue siendo una isla energética. Nuestras interconexiones con Europa son escasas, y la capacidad de evacuar, distribuir y equilibrar energía en tiempo real es cada vez más crítica. El sistema necesita músculo, coordinación y flexibilidad. Necesita inversión.
Y necesita también almacenamiento energético. Sobre ello debatimos en una jornada organizada por Cluergal el año pasado en Santiago, donde además se presentaron proyectos muy interesantes de almacenamiento hidroeléctrico por bombeo en diferentes ubicaciones de Galicia: As Pontes, Meirama, el Sil o el Xallas. Volveremos a tratar sobre esta temática este 9 de mayo en una nueva jornada en Vigo: Galicia tiene una oportunidad única de aportar estabilidad al sistema eléctrico nacional si se apuesta por estos proyectos y por otros tantos que no he citado. No hay integración masiva de renovables sin infraestructura eléctrica y sin capacidad de almacenamiento energético.
El apagón es un desastre sin precedentes, pero también es una advertencia y un recordatorio de que no basta con generar energía limpia, hay que integrarla, transportarla y almacenarla con seguridad. Y eso requiere planificación, inversión y voluntad política.