Un hijo, una inversión de 300.000 euros

MERCADOS

MONICA IRAGO

Con la natalidad en mínimos de toda la serie histórica, hay familias que se ven imposibilitadas a tener descendencia por el alto coste que supone criar a un vástago. Estas son las cuentas

15 sep 2025 . Actualizado a las 13:50 h.

Con una natalidad por los suelos y un problema demográfico que no deja de crecer conforme pasan los años, las administraciones analizan al detalle cuáles son las causas que están llevando a tantas y tantas familias a renunciar a tener hijos. Y probablemente, una de las que más peso están teniendo en el contexto actual es la económica. Porque las generaciones más jóvenes lidian con sueldos bajos, precios de la vivienda por las nubes y un coste de la vida que no deja de crecer de año en año, circunstancias que alejan (o incluso eliminan) de la ecuación la posibilidad de aumentar la familia. Así lo deja más que patente el último informe Movimiento Natural de la Población elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que muestra que el número de nacimientos en España en el 2023 (último año del que hay datos) ha alcanzado su mínimo histórico desde que arrancó el registro en el año 1941. En la actualidad, las personas mayores de 65 años suponen ya el 20 % de la población de nuestro país, un hito que nunca se había producido a lo largo de toda la serie.

Los expertos de Raisin han analizado de manera pormenorizada cuánto supone tener hoy en día un hijo para tratar de poner negro sobre blanco el problema al que se enfrentan muchos que ven esta inversión de futuro como un imposible: «Dar una cifra exacta del gasto en el que incurren las familias a la hora de criar un hijo o hija es prácticamente imposible, ya que depende de muchos factores y de las necesidades concretas de cada persona. Además, tampoco es posible predecir cómo los precios al consumidor van a ir evolucionando durante todo el período de dependencia económica. Sin embargo, sí se pueden estimar los costes para dar una aproximación a la responsabilidad económica asociada a la crianza», explican los autores del estudio.

Importante aumento

Con estos mimbres, las pesquisas de Raisin apuntan a que el coste real de criar a un hijo en España en el 2025 ha experimentado un importante aumento, ascendiendo a cifras superiores a los 335.000 euros a lo largo de toda la vida dependiente del vástago: «En el caso de un niño, el gasto es de 335.837 euros desde su nacimiento hasta que cumpla los 31 años, mientras que el coste asociado a la crianza de una niña ascendería a 320.277 euros para el mismo período de tiempo», resumen. La pregunta que se harán muchos a estas alturas es por qué hay tales disparidades entre criar a unos y a otras: «La diferencia en el gasto se debe principalmente a la edad de emancipación: las mujeres tienden a independizarse antes que los hombres, lo que reduce el tiempo y, por tanto, los costes que las familias deben asumir», resumen.

La inversión inicial de traer un nuevo ser humano a este mundo no es pequeña. La compra de la cuna, el carro, los pañales, la leche y demás artículos necesarios para que un bebé pueda vivir entre los 0 y los 2 años exige a los progenitores una desembolso inicial cercano a los 32.700 euros. El pago más reducido de toda la vida del menor se experimentará en los años posteriores. Porque entre los 3 y los 5, los padres deben sacar del bolsillo algo más de 28.000 euros de media. Las cosas empiezan a ponerse serias a partir de entonces. Entre los 6 y los 11 y entre los 19 y los 24 años, criar a un hijo supone en ambos casos tirar de cartera. Y menudo tirón. Porque en ambos casos hay que abonar cantidades superiores a los 70.000 euros. El momento vital que exige el mayor esfuerzo es entre los 12 y los 18 años, una etapa que costará una media de 102.300 euros. La cuenta vuelve a recuperarse ya en la última etapa de dependencia económica, la que va de los 25 a los 31, que según Raisin supone algo más de 28.500 euros.

«Hace 23 años, tener un hijo era bastante más económico que en la actualidad, y las dinámicas familiares también han cambiado. Las responsabilidades de la crianza han aumentado y se han extendido debido a factores como la precariedad laboral de los jóvenes, lo que dificulta su independencia económica y su salida del hogar familiar. Como resultado, las familias españolas destinan un porcentaje significativo de sus ingresos a la crianza de los hijos», explican los autores del informe.

Una vuelta al colegio que se debe pagar a plazos 

En esto de la crianza, uno de los momentos más críticos para las economías familiares es justo ahora, con el arranque de septiembre. La vuelta al cole exige un desembolso que, para muchos, debe ser fraccionado a lo largo de todo el año. De hecho, un informe de la plataforma Klarna apunta a que un 48 % de las familias se ven obligadas a recurrir al pago a plazos para poder afrontar el gasto de libros, ropa y demás enseres para comenzar con el curso escolar.

Con el arranque, el esfuerzo ya es mayúsculo. Según los cálculos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), solo en libros de texto las familias deben afrontar un gasto que, de media, asciende a los 203 euros por alumno, una cifra que puede incluso ser superior dependiendo de la etapa educativa (en Bachillerato, por ejemplo, se dispara hasta los 243 euros). Y esto es solo el principio. Porque hay que sumar otros 92 euros en gomas, lápices y demás material escolar, otros 180 euros en uniformes o vestimentas varias y otros 40 euros en partida como la cuota de las asociaciones de madres y padres. Si se tira de calculadora, esto supone unos 520 euros, sin contar otras inversiones como las informáticas, que llevarían la cifra final a cuotas astronómicas. La adquisición de ordenadores o tabletas (que se exigen como material básico en muchos centros) puede duplicar la factura final.

Pagos mensuales

Esto es, además, la inversión de septiembre. La inicial. Pero la cuenta continúa creciendo a lo largo de todo el curso con los pagos mensuales, las excursiones, la ropa y demás gastos que son ineludibles. La última encuesta anual de gastos escolares elaborada por la OCU estima que el desembolso medio por estudiante que debe realizar cada familia supera ya los 2.390 euros. Es decir, a lo largo de todo el año, la escolarización de un solo vástago supone una inversión cercana a los 2.400 euros, una cuenta que se va multiplicando por cada hijo. Para realizar esta estimación, la organización clasifica los gastos escolares en dos grandes bloques: los anuales y los mensuales. En el primer grupo se englobarían esos 520 euros que se estimaban anteriormente, ya que atañen al uniforme, la matrícula, los libros de texto, el equipamiento… Pero el tique final sigue aumentando con el devenir de los meses y los padres tienen que seguir pagando religiosamente otras partidas como la cuota del centro (en el caso de los concertados y privados), el comedor, los conocidos como madrugadores, el transporte, las actividades extraescolares… Suma y sigue.

Público y privado

Eso sí, el susto no es el mismo para quienes han optado por un centro educativo público o por uno privado. En el caso de los primeros, la OCU estima que ese gasto medio anual se queda en los 1.200 euros de media. En los concertados, la factura sube hasta los 3.500 euros y en los privados la cosa se pone todavía más serie, porque el gasto supera los 8.000 euros de media anual, lo que representa más del doble de un centro concertado y una diferencia de más de 7.000 euros con respecto a la educación pública.