Tragedia en Camp Mystic: se busca a 27 niñas scout desaparecidas en unas devastadoras inundaciones en Texas que dejan 27 muertos
INTERNACIONAL

Las «catastróficas» lluvias alcanzaron un campamento de verano donde se encontraban 750 scout
05 jul 2025 . Actualizado a las 20:09 h.En la madrugada del 4 de julio, fiesta nacional de Estados Unidos, la tragedia se cebó con Camp Mystic, un campamento cristiano de verano para niñas en Hunt, localidad del condado texano de Kerr. Ese recinto y varias comunidades rurales se vieron afectadas por el desbordamiento del río Guadalupe —provocado por las lluvias torrenciales en el centro-sur de Texas— dejando un saldo de 27 muertos (entre ellos nueve menores) y 27 niñas desaparecidas. Entre los fallecidos está la directora del centro, Jane Ragsdale. En el momento de la riada, más de 750 scouts se encontraban en el recinto, ubicado a orillas del Guadalupe, famosa por sus campamentos de verano. Los equipos de rescate se afanaban este sábado en la búsqueda de las víctimas.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, declaró el estado de emergencia para desplegar más recursos. A su vez, el presidente Donald Trump calificó los sucedido como «algo terrible» y afirmó que «cuidará» del estado, al ser preguntado si se le concederán fondos federales para hacer frente al desastre. Por su parte, la primera dama Melania Trump dio el pésame a los padres de las víctimas: «Los tengo presentes en mis pensamientos y les envío oraciones para que tengan fuerza, consuelo y resiliencia».
Familiares publicaron fotos de sus hijos desaparecidos en redes sociales en busca de información.
Algunos han tenido suerte. Nora Gómez echó a correr cuando vio a su hija Nataly sana y salva. Había pasado casi todo el día con una sola idea rondándole la mente: la posibilidad de que su niña estuviera entre las decenas de fallecidos. «Llegar aquí fue aterrador. Ver los carros de bomberos, los helicópteros, todas las personas llorando», contó Nora Gómez a Efe. «Nunca crees que te va a pasar a ti».
Por la mañana, una llamada de una amiga la alertó: el campamento donde estaba su hija, una universitaria de 21 años que trabajaba como monitora, había sido alcanzado por las tormentas. «Lo primero que hice fue rezar y tener la esperanza de que Dios los tuviera a todos a salvo», relató.
Las autoridades locales convirtieron la escuela primaria de Ingram, un pequeño poblado en el condado de Kerr, en un centro de reunificación de emergencia. Los abrazos entre padres y madres con sus hijas, en las puertas del edificio y en medio de la noche, parecían detener el tiempo.
El precedente de hace treinta años
El funcionario de mayor rango del condado de Kerr, el juez Rob Kelly, explicó a los medios que lo ocurrido supera con creces otra inundación ocurrida hace casi treinta años.
En 1987 las aguas del río Guadalupe crecieron 8,8 metros y arrastraron un autobús escolar. El siniestro se cobró la vida de 10 adolescentes que viajaban a un campamento situado cerca de Comfort, al sur del condado de Kerr.
Disparidad en los pronósticos
El caudal del Guadalupe subió casi ocho metros en menos de una hora y la consiguiente inundación se llevó por delante caravanas, vehículos y cabañas donde la gente pasaba el fin de semana festivo a orilla del río. Al menos 850 personas han sido evacuadas, ocho de ellas heridas.
El Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU. reportó que las lluvias caídas entre la noche del viernes y la madrugada de este sábado elevaron el caudal del Guadalupe a 9,9 metros de altura, cerca de Hunt (donde se encuentra Camp Mystic), y a 10,5 metros un poco más al sur del condado de Kerr, en la localidad de Comfort.
El pronóstico que las autoridades regionales habían recibido el miércoles solo preveía precipitaciones de entre 7 y 15 centímetros, según informó en una rueda de prensa el viernes por la noche Nim Kidd, jefe de la División de Manejo de Emergencia de Texas. «La cantidad de lluvia que cayó en este lugar específico nunca estuvo en ninguno de esos pronósticos», subrayó.

Ya no queda nada
Bruce Cartwright se levantó el viernes antes del amanecer y se dio cuenta de que no tenía luz en su casa. Cuando salió el sol, pudo ver los estragos que había dejado la lluvia. Esperó a que el nivel del agua bajara y despejara un puente que conecta la entrada a su casa con la carretera, y manejó hasta Camp Mystic, donde su hija Mary Liz Eastland trabaja como subdirectora.
Su familia tiene lazos profundos con la institución, creada en 1926: su hija pasó su primer verano en el campamento cuando estaba en segundo de primaria. Allí conoció a su esposo, Edward Eastland, uno de los hijos de los directores. «Hay decenas de generaciones conectadas con Mystic. Niñas cuyas madres y abuelas pasaron por allí también», explicó.
Cuando llegó al campamento, pudo presenciar cómo las jóvenes estaban siendo evacuadas. «Vi la devastación», recordó el hombre, sentado en la parte trasera de su camioneta pick-up en el estacionamiento del centro de reunificación. «La semana pasada estuve ahí visitando y hoy, cuando fui, ya no quedaba nada».