La ONU cierra su cumbre con el reto de materializar todas sus promesas
INTERNACIONAL

Se prepara para una década de repliegue de los grandes países donantes
03 jul 2025 . Actualizado a las 22:48 h.Este jueves comenzó una cuenta atrás de diez años para la próxima Conferencia de la ONU sobre Financiación para el Desarrollo, un tiempo que se abre cargado de incertidumbre en medio de problemas acuciantes en un mundo cada vez menos multilateral. Si la celebrada en Adís Adeba (Etiopía) en el 2015 fue la que impulsó la Agenda 2030, la que se ha clausurado en Sevilla es la de la reacción al repliegue en la ayuda internacional que destinan los países desarrollados, especialmente de Estados Unidos.
La cumbre volvió a perseguir el objetivo de «cambiar el rumbo», aunque esta vez con propuestas más prosaicas para intentar resolver los problemas económicos de base de las naciones en desarrollo para que puedan destinar sus presupuestos a sanidad, educación o a desarrollar el uso de energías limpias.
De esta cita ha salido el llamado Compromiso de Sevilla, un conjunto de promesas globales centradas en tres áreas prioritarias: movilizar recursos nacionales e internacionales con mayor rapidez para triplicar la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo y del capital privado; reformar «el insostenible, injusto e inasequible», en palabras del documento, sistema de deuda y dar mayor voz al llamado Sur Global en la arquitectura financiera mundial para establecer un sistema fiscal global más equitativo.
Algunas organizaciones como Greenpeace, sin embargo, trasladan «una sensación agridulce» de la cita por lo que consideran una falta de ambición en los compromisos finales. Aunque reconocen que se han dado avances y mantienen la expectativa de continuar el trabajo en el seguimiento posterior a la conferencia, creen que ahora toca hacer realidad las promesas.
Entre los retos y los problemas que quedan por resolver, el de la deuda externa que ya asfixia a 3.300 millones de personas que viven bajos Gobiernos destinan más recursos devolver estos préstamos y sus intereses que a sanidad o educación. Además, tienen más caro financiarse que los países desarrollados.
Retos sanitarios
También la sanidad es una preocupación, en un momento en el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que hay un 20 % de posibilidades de que otra pandemia similar a la del COVID-19 asole el mundo. La llegada de otra enfermedad global supondría una catástrofe para muchos países que dependen de unas donaciones internacionales en retroceso para tener acceso a vacunas y a los servicios sanitarios básicos, sobre todo, después de que EE.UU. retirara los fondos que destinaba a la alianza internacional de vacunación Gavi.
Frenar el cambio climático es, finalmente, es la tercera de las grandes reivindicaciones que han hecho los miembros de Naciones Unidas en la capital hispalense. La organización advierte que los Objetivos de Desarrollo Sostenible «están en riesgo» y se necesitan más de cuatro billones de dólares al año para alcanzarlos. «Hemos organizado esta cumbre para cambiar el rumbo», insistió Guterres.
También se han defendido medidas concretas. Entre ellas una impulsada por España y Francia para imponer un impuesto especial a los viajes en jet privado y a los billetes de avión de primera clase, cuya recaudación iría destinada, precisamente, a mitigar los efectos del calentamiento global. El director de la OMS, Tedros Adhanom, también propuso elevar los tributos para el tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas como receta para destinar más fondos conseguir la independencia de los sistemas de salud de los países en vías de desarrollo, ahora dependientes, en gran parte, de la financiación extranjera.
Para España la cita ha sido especial. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la calificó como «la más importante que hemos acogido en nuestra historia». Exagerado o no, lo cierto es que esta semana se han dado cita en Sevilla más de 60 jefes de Estado, de Gobierno y de organismos internacionales con 200 delegaciones participando en un alrededor de 400 eventos. Los habitantes de la capital hispalense, azotada esta semana por una ola de calor extrema, han aguantado estoicamente el despliegue de 7.500 policías y el corte de más de 300 calles. Pero bien lo vale después de que el documento de la ONU más relevante en la actualidad lleve el nombre de su ciudad.