Catorce millones de personas morirán en el mundo si Estados Unidos suspende la ayuda al desarrollo
INTERNACIONAL

La retirada de programas preventivos en 133 países supondrá el fallecimiento prematuro de 4,5 millones de menores de cinco años hasta el 2030
01 jul 2025 . Actualizado a las 15:56 h.Un análisis realizado por centros de investigación de varios países y coordinado por expertos españoles ha cuantificado en toda su crudeza el daño irreparable que hará Estados Unidos al mundo si Donald Trump no rectifica su decisión de suprimir la mayoría de los programas de cooperación de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (Usaid). El trabajo, publicado por la prestigiosa revista científica The Lancet y coordinado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), advierte que el decaimiento masivo de estos proyectos supondría la muerte de más de 14 millones de personas en el mundo por enfermedades que son prevenibles o contra las que existe inmunización o terapias de aquí al 2030.
El tremendo efecto del final de la ayuda al desarrollo estadounidense, que los investigadores asemejan al resultado que tendría una nueva pandemia global o una guerra en los países pobres y en desarrollo, se entiende mejor si se conoce cuál es la labor que Usaid ha hecho en favor del bienestar mundial solo en lo que va de siglo, del 2001 al 2021, impacto que también han calculado estos expertos.
Usaid durante este siglo ha financiado el 40% de todos los programas de ayuda mundiales, lo que se estima que ha permitido salvar en esas dos décadas de una muerte casi segura a 91 millones de personas, una tercera parte de ellos menores de cinco años. El artículo publicado en The Lancet calcula que solo sus programas médicos, nutricionales, de educación y de saneamiento han reducido un 15 % la mortalidad general y un 32 % la mortalidad infantil mundial. Como es lógico, el impacto beneficioso fue mayor en los países más pobres, con caídas del 74 % en la mortalidad por VIH/sida, del 53 % por malaria, del 51 % por otras enfermedades tropicales y con rebajas muy llamativas de muertes por tuberculosis, desnutrición, diarreas, infecciones respiratorias o causas vinculadas al embarazo y el parto.
El problema es que Trump ha ordenado este año acabar con el 83 % de los programas que tenía en marcha Usaid. Si no hay rectificación, los investigadores estiman que en los cinco años que van a hasta el 2030 la desaparición de los proyectos causará la muerte prematura de 14 millones de personas, incluyendo a más de 4,5 millones de menores de cinco años, lo que equivale al fallecimiento evitable de unos 700.000 pequeños cada año, concentrados en los países más vulnerables.
Como una guerra o una pandemia
«Existe el riesgo de frenar bruscamente, e incluso revertir, dos décadas de progreso en salud en poblaciones vulnerables. Para muchos países de ingresos bajos y medios, el impacto sería comparable al de una pandemia global o un gran conflicto armado», advierte Davide Rasella, investigador en ISGlobal y coordinador del estudio.
«Desde nuestra experiencia sobre el terreno, hemos visto cómo el apoyo de Usaid ha fortalecido la capacidad de los sistemas de salud locales para responder a enfermedades como el VIH, la malaria o la tuberculosis. Recortar ahora esta financiación no solo pone vidas en peligro, también socava infraestructuras críticas que han tardado décadas en consolidarse», concluye Francisco Saúte, director general del Centro de Investigación en Salud de Manhiça, Mozambique, y coautor del estudio.
Los autores del trabajo no solo advierten de la catástrofe humanitaria que significa la retirada de los programas de Usaid sino también del riesgo cierto de que provoque un efecto dominó en otros países. «Los resultados del estudio son aún más preocupantes si consideramos que otros donantes internacionales (principalmente en la UE) también han anunciado recortes sustanciales en sus presupuestos de ayuda, lo que podría provocar aún más muertes adicionales (de las ya calculadas) en los próximos años,» explica Caterina Monti, investigadora predoctoral en ISGlobal y coautora del estudio.