Trump intenta evitar una rebelión interna para sacar adelante sus presupuestos
INTERNACIONAL

Espera devolver este martes la ley del Senado al Congreso para aprobarla antes del viernes
30 jun 2025 . Actualizado a las 22:27 h.El Senado de Estados Unidos entró este lunes en otra sesión maratoniana hacia unas votaciones decisivas sobre el ambicioso proyecto de ley presupuestaria de Donald Trump, con la agenda del primer año del magnate en juego. Tras un fin de semana marcado por un fuerte enfrentamiento partidista, los republicanos del Senado esperaban superar las enmiendas, aprobar la medida y enviarla a la Cámara de Representantes (Congreso) para su aprobación antes del viernes, la fecha límite. Todo un reto, teniendo en cuenta la intervención de 16 horas de los demócratas el domingo por la noche para retrasar la aprobación.
El proyecto de ley prorroga cerca de cuatro billones de dólares en recortes fiscales aprobados por primera vez en el 2017 y los financia parcialmente mediante recortes en programas de protección social. Es decir, que los estadounidenses seguirán pagando menos impuestos, pero a costa de recibir menos ayudas, entre ellas las médicas (habrá grandes recortes al programa Medicaid, para quienes no pueden permitirse un seguro de salud) y las alimentarias. Eso sí, la inversión aumentará significativamente en defensa y seguridad fronteriza, cuestiones fundamentales para los republicanos.
Republicanos incómodos
Este descuido de los programas sociales ha suscitado una feroz oposición por parte de los demócratas y ha incomodado a varios republicanos. El partido de Trump solo puede permitirse perder tres votos de su propio partido, y dos ya han manifestado claramente su oposición, con muchos más aún dudando.
Uno de los opositores internos, el senador Thom Tillis, de Carolina del Norte, anunció el domingo que no se presentará a la reelección el próximo año tras ser duramente criticado por Trump por su oposición al proyecto. Tillis dijo que consideraba que sería demasiado perjudicial para el sistema sanitario como para apoyarlo, y el domingo por la noche subió al estrado para criticar la medida y al propio Trump, advirtiendo de que su partido estaba «a punto de cometer un error» al recortar Medicaid y traicionar la promesa del presidente de protegerlo.
El otro opositor republicano, el senador Rand Paul, de Kentucky, se burló de las afirmaciones de sus compañeros de que el plan no aumentaría la deuda del Gobierno. Trump insiste en que ha hecho bien las cuentas, pero, por si acaso, ha incluido en su ley «grande y hermosa» (él mismo la llama así) un aumento de 5 billones de dólares en el límite de la deuda federal. «Eso es admitir que saben que no están controlando el déficit», afirmó Paul.
A lo largo de la tarde y noche de este lunes (madrugada del martes en España), los senadores siguieron avanzando en el maratón de votaciones rápidas, enmienda a enmienda. Muchas de ellas eran propuestas demócratas que solo buscaban imponer el máximo coste político a los republicanos. Otras, sin embargo, podrían determinar el destino de la ley. Por ejemplo, algunos de los miembros del ala dura republicana querían agrandar aún más los recortes en las ayudas sociales, algo que amenazaba con provocar un cisma irreparable en las filas de la formación.