Portugal celebra los 50 años de sus primeras elecciones con la mirada puesta en las urnas

Brais Suárez
Brais Suárez OPORTO / E. LA VOZ

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Manifestación en Oporto en el 51º aniversario de la Revolución de los Claveles y 50º de sus primeras elecciones libres.
Manifestación en Oporto en el 51º aniversario de la Revolución de los Claveles y 50º de sus primeras elecciones libres. Brais Suárez

Varios grupos neonazis provocaron disturbios en el centro de Lisboa

25 abr 2025 . Actualizado a las 21:55 h.

Los gritos de «25 de abril siempre, fascismo nunca más», que ayer corearon los portugueses en las calles de todo el país, parecen sonar más significado de lo habitual en el actual contexto de precampaña electoral, ya con la vista puesta en la cita con las urnas el 18 de mayo.

Paradójicamente, en este 51º. aniversario de la Revolución de los Claveles y 50º. de sus primeras elecciones libres, Portugal parece haber vuelto al convulso período de incertidumbre política que siguió al fin de la dictadura, tras décadas de relativa estabilidad en el palacio de São Bento. Porque, aunque no sea habitual que los primeros ministros cumplan su mandato, tampoco lo es que se celebren cuatro comicios legislativos en menos de seis años.

La efeméride llegó con un ambiente de suspicacias en torno al Gobierno, tras haberse escudado en el luto nacional por la muerte del papa Francisco para evitar participar en los actos conmemorativos, y la consiguiente cancelación de eventos a nivel local.

Los miembros del Ejecutivo sí participaron en la tradicional sesión solemne celebrada en la Asamblea de la República, donde el jefe de Estado, Marcelo Rebelo de Sousa, pareció zanjar las dudas sobre si había cualquier incompatibilidad entre el luto y el homenaje, en la línea de las palabras que la víspera había dejado el excapitán Vasco Lourenço, una de las voces de la revolución: «Si el papa Francisco fuese un militar portugués en 1974, seguro que sería un capitán de abril, porque toda su vida y toda su trayectoria apostólica se fundamentaron en la defensa de la libertad, paz, democracia, igualdad y justicia social». Rebelo de Sousa también destacó el «anhelo de cambio» que suscitaron el pontífice y la Revolución de los Claveles.

En la Cámara, donde ya reina el tono electoral, la mayoría de los diputados lucían un clavel rojo en la solapa, un gesto de unidad que el presidente eligió para destacar «una señal del mantenimiento de la estabilidad democrática en Portugal». Asimismo, el Parlamento también rindió su «profundo pesar» por la muerte de Francisco y los miembros de los principales partidos advirtieron que las celebraciones ocurren en un momento de «desilusión» para muchos ciudadanos.

En las calles, hacia el final de la tarde, varios grupos neonazis, cuyas concentraciones habían sido desautorizadas por la Policía, provocaron disturbios en el centro de Lisboa. Se enfrentaron a otros grupos izquierdistas y a los agentes que habían acudido a la zona de manera preventiva. Los actos se saldaron con varios detenidos.

Este viernes hizo cincuenta años que Portugal, tras vivir la dictadura más larga de Europa, celebró las primeras y más multitudinarias elecciones libres de su historia, para elegir a la Asamblea Constituyente encargada de redactar la actual Carta Magna. Los socialistas de Mário Soares salieron ganadores.