Olivia, de 12 años y 1,70 de estatura, hija de los discóbolos Frank y Loli, juega en el infantil de As Celtas y es campeona gallega de peso y disco
10 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Olivia Casañas Pedrares es campeona gallega de lanzamiento de peso y de disco en categoría sub- 12. Como lo fue su hermano Hugo en su día, siguiendo la tradición familiar de sus padres, los lanzadores Loli Pedrares y Frank Casañas. Lo que no entraba en la ecuación es que la niña resultase también una futbolista de nivel, fichada por As Celtas para su equipo infantil el pasado verano y citada en la jornada de ayer por la selección gallega para el Campeonato de España sub-14 que se celebra el próximo fin de semana en Cádiz. Olivia es central, con un físico portentoso (mide 1,70 metros), con un gran despliegue físico y nada exenta de calidad. «É Casañas, Casañas», asegura sobre el físico de su hija Loli, cuatro veces campeona de España de lanzamiento de martillo y que se quedó a las puertas de ser olímpica en Atenas 2004.
Hugo Casañas Pedrares, su hermano y una de las grandes promesas del atletismo gallego, también pasó por el fútbol, en Pontevedra por el Portero 2000. La pequeña siguió sus pasos y a los seis años también comenzó a jugar en los equipos base de la entidad. A la conclusión del curso pasado, lo hizo en la formación de los chicos hasta que en verano el Celta tocó a su puerta, le propuso el fichaje. «É a ver quen lle di a unha rapaza que non pode ir se a queren As Celtas», dice Loli, que desde aquel día adquirió un nuevo empleo en su vida, el de taxista para cubrir el trayecto Pontevedra-Vigo dos o tres veces por semana para entrenar (un día lo hace con su ex equipo en Pontevedra), además de los partidos del fin de semana. El cambio le llegó, además, el año que comenzó a cursar primero de la ESO. Por el momento, no tiene ningún problema de estudios y tampoco los tuvo de adaptación «porque é unha nena que a deixas no polo norte e volve á casa tranquilamente. Non ten ningún problema de socialización».
Varias demarcaciones
En As Celtas está feliz y aprendiendo. Aunque su posición habitual es la de central, ya probó de mediocentro e incluso de extremo; su físico descomunal da para todo. «Ten un físico moi bo, moi contundente, para ser unha nena de doce anos, mide 1,70, é rápida, forte, é unha atleta e aí ten moita vantaxe», apunta Loli, que no se atreve a hablar del talento futbolístico de la joven: «Pero supoño que algo terá cando a viñeron buscar. Para min, xoga de marabilla, pero eu non podo opinar», afirma la madre. Que la selección gallega le incluya en sus planes con dos años menos parece un indicativo de sus posibilidades.
Por el momento, Olivia es capaz de combinar el fútbol con el atletismo, tiene licencia federativa en vigor y entrena de un modo informal a las órdenes de su padre, Frank, siempre que es posible, los miércoles y jueves por la tarde. Este curso se hizo con el cetro gallego de peso y disco, pero está por ver si en el futuro seguirá o no en las dos disciplinas. «Non sei se poderá compaxinar, xa veremos se nos dá a vida», indica su madre, que no sabe en qué frente se pone más nerviosa viendo a sus hijos.