Giovanella recuerda al hoy director deportivo del Niza por su talante durante su año en en el Celta y Moncho Carnero pone el acento en su calidad
22 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Florian Maurice vuelve a Vigo un cuarto de siglo después. El delantero francés le hizo dos goles con el Marsella al Celta en la Copa de la UEFA del curso 98/99 y dos años después, llegó a Balaídos en calidad de cedido con una opción de compra que nunca se ejecutó. Víctor Fernández era el entrenador de aquel equipo y de celeste coincidió con Everton Giovanella, que ya le veía entonces inquietudes para seguir en el mundo del fútbol más allá de la época de futbolista. «Tenía todas las papeletas para seguir en el fútbol», dice el brasileño, una idea que no percibió en su día Moncho Carnero, que formaba parte del cuerpo técnico: «Non lle vía trazas para ser un home de fútbol», comenta el vigués.
Maurice llegó a un Celta instalado en Europa en aquella época. «Es el equipo ideal. Hace años que quería venir a aquí y ahora se dio la oportunidad para cumplir este deseo», comentó el francés en su presentación. Luego, en el campo, participó en 13 partidos, solo tres como titular, y marcó dos goles: uno para empatar ante el Valencia y otro en el memorable 1-6 de San Mamés. «Era un xogador que tiña moita calidade, un goleador. Non era titular indiscutible, pero tivo bos partidos. Para min, era un bo xogador», comenta Carnero.
Giovanella recuerda su humildad y su calidad por encima de todo. «Era un chico encantador. Llegó de Francia, era un futbolista espectacular, pero tenía una humildad tremenda. Tuvo su tiempo de adaptación, como todos, y nos dejó un buen sabor de boca y una amistad muy buena aunque nos perdimos la pista. A Maurice le tengo un aprecio muy grande».
El ex futbolista céltico le vio madera de hombre de fútbol desde el primer día. «Me imaginaba que seguiría en este deporte porque era un chico muy centrado, de buenas palabras. Tenía todas las papeletas para seguir en el fútbol y me alegro mucho que esté en un club que está disputando competición europea», asegura Everton desde Brasil, una idea que no concuerda con la percepción del Maurice jugador que tenía Carnero: «Estivo aquí moi pouco tempo e non se podía facer un diagnóstico moi claro. Non amosaba esas inquedanzas, non se lle vía trazas de que fora ser un home de fútbol», no obstante, el vigués dice no estar sorprendido por sus irrupción en los banquillos y en los despachos.
Florian se retiró en el 2005 en el Châteauroux, entonces en la segunda categoría. Años después, comenzó su carrera como ojeador del Olympique de Lyon, en donde llegó a ostentar el cargo de director de scouting y fue uno de los que apostó por llevarse a Pape Cheikh desde el Celta en su día.
Del Lyon pasó al Stade Rennais como secretario técnico y en el verano del 2024, llegó al Niza, donde vive su segunda temporada. Durante su primer año, fue capaz de dar un volantazo a la maltrecha economía del equipo con las ventas de Todibo al West Ham por 40 millones; Guessand al Aston Villa por 30 y Neom fue vendido a Arabia por 15, la misma cantidad que pagó el Stuttgart con Bouanani. También vendió por cuatro millones al Oporto al centrocampista Pablo Rosario.
Esta temporada, con el grupo Ineos pensando en vender el club, Florian tiene el cometido de impulsar al equipo a través de los resultados deportivos y con una posición desahogada el liga, puede permitirse el lujo de apostar por Europa, algo que no puede hacer el Celta, según apunta Moncho Carnero: «A Europa non temos que darlle a máxima importancia, o máis importante é a liga. Hai que intentar gañar o partido se se pode, pero pensando en Pamplona».