
El Celta busca su primer triunfo al cuarto intento ante un Villarreal con una plantilla de órdago que llega más descansado, con pleno de puntos e imbatido
31 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«Nunca es un buen momento para jugar con un equipo que tiene el nivel del Villarreal», dice Claudio Giráldez. Pero en realidad, para el Celta este parece el peor de los escenarios. Porque la tropa de Marcelino García Toral llega con un pleno de seis puntos, con siete goles a favor, ninguno en contra y, a mayores, lo hace más descansado. Porque mientras en rival de este domingo se afanaba en completar una plantilla que mete miedo para la Champions (compró por valor de 71 millones y vendió por 105), el equipo vigués sudaba para empatar con el Betis en el partido adelantado a la sexta jornada. Era su segunda igualada consecutiva, con un bagaje de dos puntos de nueve posibles en un arranque liguero en el que sigue pendiente la primera victoria, aunque el equipo vigués ha ido mejorando sus prestaciones a cada partido que pasa.
El partido tiene una segunda arista para el Celta: hacerse fuerte en Balaídos. Del fortín del curso pasado han volado cinco de los seis puntos disputados y el equipo necesita músculo como local para poder vivir una temporada tranquila, máxime teniendo en cuenta que Europa está a la vuelta de la esquina aunque esta semana tiene para los de Giráldez la misma exigencia física y mental, con tres partidos en ocho días.
El Villarreal da miedo. El curso pasado, atacaba como nadie y encajaba como pocos, pero Marcelino le ha metido músculo a su plantilla para crear un equipo granítico, que no solo no encajó ningún gol en 180 minutos, sino que, además, apenas concede ocasiones. Lo más cercano a una oportunidad en contra fue el penalti errado por el Oviedo en la primera jornada. En total, recibió siete tiros entre palos. Curiosamente, con dos más en contra, el Celta ya recibió cuatro goles en tres partidos.
Pero el conjunto de Claudio Giráldez demostró ante el Betis que puede competir con cualquiera y no quiere obcecarse con la necesidad de sumar el primer triunfo. «Queremos ganar cuanto antes, pero eso no es un querer, es una consecuencia del trabajo», comenta el entrenador, que ve a los suyos por el buen camino.
Los daños del mercado
La contienda de esta tarde en Balaídos será la cuarta y última del Celta con el mercado abierto, un aspecto que puede despistar a más de uno, porque el porriñés sigue pensando en la guinda y para conseguirla, se debe dar una salida que, a dos días del cierre del mercado, sigue pareciendo complicada. Giráldez piensa que el vestuario estaba más intranquilo en enero y ve a los suyos centrados para conseguir un triunfo que les permita ir al parón con una sonrisa. Aunque el mejor equipo de la liga en estos momentos sea el adversario.