La ola de calor da una tregua, insuficiente por ahora para liquidar los incendios

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El incendio de Valdeorras tiene comportamiento convectivo, lo que explica su agresividad
El incendio de Valdeorras tiene comportamiento convectivo, lo que explica su agresividad laura leiras

Las lluvias, débiles, solo llegarán al norte y al litoral de Galicia. La amenaza extrema de fuego se reduce entre hoy mañana, pero la mayoría de municipios siguen en alto riesgo

18 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Vai para longo. Será máis fácil combatilos, porque a velocidade de propagación vai baixando, pero aínda vai ser complicado». Es la previsión sobre la evolución de los fuegos en los próximos días de José Antonio Rodríguez Añón, profesor de física aplicada de la USC y especialista en incendios forestales. Porque sí, este domingo ha habido un cambio significativo en la situación meteorológica de Galicia, que deja atrás la ola de calor, pero no, el cambio no es lo suficientemente drástico y la mayor parte de los concellos siguen en situación de alto riesgo.

Lo demuestran los mapas diarios que predicen la amenaza de incendio. Para este lunes, solo parte de A Mariña está en riesgo bajo y los modelos adjudican un riesgo moderado a otros 38 municipios, todos en el norte de la comunidad. Es cierto que la extensión del color rojo en el mapa, es decir, la predicción de riesgo extremo de incendio, va descendiendo a medida que avanza la semana, pero en concellos del sur de Ourense se mantiene al menos hasta el miércoles. 

 Las predicciones de Meteogalicia apuntan a que esta semana la comunidad irá poco a poco dejando atrás la ola de calor que lleva dos semanas instalada en Galicia. La circulación del noroeste ya desplazó este domingo hacia el sureste de la Península la masa de aire cálido responsable de las altísimas temperaturas de estas semanas y, a pesar de que puntualmente se esperaban termómetros de hasta 37 grados, en el litoral la situación ya se había suavizado, con brétemas muy compactas.

Los modelos apuntan a que la tendencia de los próximos días será que continúe la configuración con noroeste, en la que la masa fría procedente del mar incluso permite hablar de posibilidades de lluvia, de carácter débil, probables en la mitad norte y en zonas del litoral oeste. Está previsto que este lunes todo el territorio esté en nivel verde en relación a las alertas por calor. En apenas tres días, las máximas en Valdeorras descenderán hasta diez grados. 

«É pouco probable a chuvia xeralizada. As bandas de chuvia entran moi debilitadas e poden deixar algún orballo en zonas do literal ou zonas de interior relativamente próximas á costa», explica Carlos Otero, de Meteogalicia. Así que no, no se prevé que llueva en las zonas más castigadas por los fuegos.

La humedad relativa aumentará, y el viento se mantendrá flojo, pero Medio Rural no hace predicciones a largo plazo de la posible evolución de los incendios que están arrasando Ourense, en la que influyen numerosos factores, no solo el tiempo.

Más que de la conocida regla del 30-30-30 (es decir, más de 30 grados, humedad por debajo del 30 % y vientos de más de 30 kilómetros por hora), Rodríguez Añón habla del tetraedo del fuego: combustible, comburente, calor y reacción en cadena.

Todos estos elementos son necesarios a la hora de que el monte arda. Las altas temperaturas y la falta de humedad relativa son claves a la hora de la ignición, pero el viento es el que otorga al incendio capacidad de propagación. Y el cambio climático esta generando un auténtico problema con los fenómenos convectivos.

 «Antes, aínda que había conveccións eran moi estables, pero hoxe temos cambios brutais a todos os niveis de masas de aire frías e quentes e iso fai que sexa difícil ata prever os ventos», afirma el profesor de la USC, que pone un ejemplo. «Imaxina que non hai vento ningún, pero sí 45 graos. A medida que subes a montaña, a temperatura pode pasar a 22 graos. Esa temperatura xera unha convección e aínda que non hai vento, fai que o lume se alimente de aire». Y lo resume en un frase: «O letal é a combinación».

Y precisamente, en Ourense y el sur de Lugo se está dando, irónicamente, una tormenta perfecta para que el fuego siga vivo. Además de las circunstancias meteorológicas proclives al fuego, hay que tener en cuenta factores crónicos, como el abandono progresivo del rural y el crecimiento desordenado de las masas forestales. «Cando hai tanta carga de madeira no monte, de ano tras ano, forma unha capa importante de material combustible», alerta el profesor de la USC. 

A eso se suma también que una parte importante del monte está enferma, lo que la hace más débil ante un incendio. Por un árbol sano circula la savia, que al fin y al cabo es agua, lo que ralentiza el inicio y la propagación del fuego, porque esa agua debe evaporarse y el árbol secarse hasta empezar a arder. «Máis temperaturas, máis secas, máis madeira enferma, a velocidade de propagación do incendio non ten nada que ver», explica Rodríguez Añón.

Eso, y que la falta de limpieza deja una cantidad importante de material seco a la altura del suelo y en ocasiones, el incendio es de profundidad, que es, ni más ni menos, que el fuego está en el subsuelo. Arde por debajo de la tierra. «É un perigo incluso para as brigadas». 

El profesor de la USC también aboga por un servicio profesionalizado de brigadas, que haga labores de prevención todo el año y que conozca a fondo el monte a la hora de enfrentarse al fuego.