Rueda anuncia 24 nuevas residencias, rebajas fiscales por los libros de texto y 180 millones para el sector aeroespacial de defensa

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO

GALICIA

El presidente planteó la disyuntiva entre «pensar unha Galicia en grande» o «deixarse arrastrar polos que a todo se opoñen» en su discurso del primer debate de política general de la legislatura

23 abr 2025 . Actualizado a las 16:10 h.

24 nuevas residencias de mayores con 1.800 plazas, 180 millones de inversión en el sector aeroespacial de la defensa y una desgravación en el IRPF por compra de libros de texto de hasta 105 euros por alumno han sido los principales anuncios de Alfonso Rueda. El presidente de la Xunta llamó a «pensar Galicia en grande», hizo balance y adquirió nuevos compromisos en todas las áreas en su discurso de apertura del debate de política general que este miércoles se celebra en el Parlamento gallego. Es el primero de la XII legislatura tras las autonómicas.

Rueda dijo que el plan de residencias es el «máis ambicioso» de la historia. Explicó que se harán en municipios de menos de 50.000 habitantes, supondrán la creación de mil empleos e incrementarán un 15 % las plazas públicas disponibles.

La inversión de 180 millones en el sector aeroespacial es un plan a diez años para reforzar un sector del que «xa dependen 4.200 empregos». Rueda recordó que el contexto internacional llevará a grandes inversiones. El plan se basará en tres pilares: colaboración público-privada, un servicio de asesoramiento para empresas y un fondo de inversión específico.

El descuento en el IRPF se aplicará en la próxima declaración de la renta. Estará destinada a familias con ingresos de entre 10.000 y 30.000 euros, que podrán descontar el 15 % del gasto en libros hasta 105 euros por alumno.

Ese fue también el principal anuncio en materia fiscal de Rueda, quien subrayó que en el resto de la legislatura no se subirán impuestos y se bajarán «cando sexa posible».

El presidente abrió su intervención refiriéndose a la situación internacional. Denunció la creciente «demagoxia» y la «cerrazón» e insistió en que Galicia debe conducirse desde el «pragmatismo» y la «apertura». Ante la guerra comercial, dijo que la Xunta ya tiene un «equipo específico», vinculado al Instituto Galego de Estatística, para analizar sus efectos y perfilar medidas a «corto, medio e longo prazo». Es una cuestión estratégica, porque Galicia hizo exportaciones por valor de 31.000 millones de euros en el 2024.

Pasó al autogobierno y defendió el «autonomismo útil», que quiere competencias para «dar solucións que o Goberno central non está a dar».

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, durante su intervención en el Parlamento.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, durante su intervención en el Parlamento. Xoán A. Soler

Recordó el choque con el Gobierno para lograr la transferencia de la gestión del litoral, que calificó de «histórica», y reprochó a la oposición que su apoyo «nunca chegou».

Adelantó próximas medidas con esas atribuciones: unificación de los trámites para vivir y trabajar en la costa, un catálogo de patrimonio litoral, una red de sendas desde Ribadeo hasta A Guarda y un catálogo para integrar los establecimientos hosteleros en el paisaje.

También dijo que la Xunta solicitará nuevas competencias al Gobierno en alertas meteorológicas, ingreso mínimo vital, permisos de trabajo y el rescate y cesión de la AP-9.

En política municipal, adelantó que la nueva ley de administración local incluirá un «réxime especial» para los concellos en riesgo de despoblación, con planes específicos y fondos para intentar reactivarlos

Reiteró su rechazo a la condonación de la deuda, que la oposición defiende, argumentando que los gallegos pasarían a «deber 600 millóns de euros máis», ya que el débito de todas las comunidades se concentraría en el Estado. Puso en duda «que haxa un só galego ben informado» que crea que esa medida se toma pensando «nos intereses da nosa terra e non das comunidades de sempre».

Recordó que Galicia ha hecho un esfuerzo para reducir su deuda. En el 2024, año electoral, bajó en 234 millones hasta niveles del 2012, mientras que la del Estado creció en «567.000 millones» en esos 12 años.

En política industrial defendió que la Xunta apoyará «calquera proxecto que cumpra coa normativa» y, de forma irónica, dio la enhorabuena a los portavoces de la oposición por el rechazo del Gobierno a facilitar fondos de descarbonización al proyecto de Atri.

Les retó a ser igual de «eficientes» para traer inversiones a Galicia, y vinculó ese desafío a su decisión de solicitar al Gobierno que destine 1.300 millones de euros al sector industrial gallego. Es el porcentaje equivalente al peso económico de la comunidad en los 18.260 de fondos europeos sin ejecutar.

Rechazó que su objetivo sea «vivir cómodamente, sentado no escano durante décadas premendo o botón do non a todo», una referencia a Ana Pontón, y anunció su apoyo a la explotación de minerales estratégicos en Galicia impulsada por la UE. Consideró que es una «oportunidade» a aprovechar igual que la apuesta por el sector aeroespacial.

La lista de compromisos no olvidó los sectores tradicionales. Anunció una red de centros de innovación agroalimentaria y un bono para impulsar el consumo de pescado. Ascenderá a 50 euros que se irán liberando semana a semana. Lo defendió como una medida «simbólica» para que los consumidores recuperen el hábito de comer pescado, cuyas ventas se han desplomado en las últimas décadas.

Reiteró su compromiso de impulsar el sector turístico y el Xacobeo, con el fin de que el sector, que cuenta con 130.000 trabajadores, no retroceda.

También adelantó un nuevo programa en el frente de la vivienda, que se ha situado como la principal preocupación de los gallegos. Se trata de un plan para rehabilitar inmuebles vacíos y sacarlos al mercado del alquiler. Las ayudas ascenderán a 12.000 euros, o más si se alquila a jóvenes y familias con hijos. Los contratos deberán firmarse por al menos cinco años.

De ahí pasó al bloque de servicios básicos. En sanidad anunció un proyecto piloto para administrar en los colegios la vacuna intranasal de la gripe y una ampliación del techo para inmunizarse de 5 a 11 años.

La principal novedad en el campo de igualdad serán cuatro centros móviles de información a la mujer, que irán a concellos rurales sin ese servicio y a centros educativos.

En Educación, además de la desgravación fiscal, comprometió una red de concellos para combatir el acoso escolar.

En Política Social, además de las nuevas residencias, anunció un plan para atender a pacientes con patologías crónicas en residencias o al cuidado de un familiar en casa.

También agradeció la colaboración de la Fundación Amancio Ortega en materia social. Esas palabras fueron recibidas con un aplauso de los diputados del grupo del PPdeG, y Rueda afeó a los otros dos grupos del pleno -BNG y PSdeG- que no secundasen el reconocimiento al trabajo de esa entidad.

Por último, confirmó que se aprobará una nueva ley de ciencia e innovación para reforzar la apuesta en ese ámbito.

Cerró su discurso con llamamientos a la cooperación. Primero, al Gobierno central, porque los avances en infraestructuras y en otros campos serían mayores si se comportase «como un aliado e non como un rival». Después, a la oposición, a la que instó a abandonar «enferruxadas» posturas partidistas que amenazan el consenso sobre el gallego. Aprovechando el día de San Xurxo, instó a los ciudadanos a regalar libros en esa lengua.

Cerró con «pensar Galicia en grande», un lema que en el pasado empleó el BNG, y con la disyuntiva entre una Galicia abierta y en positivo, guiada por una mezcla de «realismo e optimismo propia dos pobos que prosperan», frente a la Galicia «dos que a todo se opoñen».

La sesión se interrumpió hasta primera hora de la tarde, cuando hablarán los portavoces de la oposición, aunque ya hicieron una valoración preliminar de la intervención del presidente. El socialista José Ramón Gómez Besteiro le vio «máis preocupado da oposición que da Galicia real» y dado al «autobombo» y la «autocomplacencia». La nacionalista Ana Pontón también le vio alejado de la realidad, y le reprochó no ya equivocarse, sino «traballar en contra dos intereses do seu país e traizoar á súa xente».