La fiscala, en su alegato final: «Los acusados querían ver la sangre de Samuel Luiz y disfrutar de su indefensión»

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

La fiscala Olga Serrano, a la derecha, junto a las acusaciones popular y particular.
La fiscala Olga Serrano, a la derecha, junto a las acusaciones popular y particular. Cabalar | EFE

La representante de la Fiscalía pidió al jurado la condena de los cinco porque «todos tuvieron la intención de matar»

14 nov 2024 . Actualizado a las 22:13 h.

Una vez concluida la fase probatoria del juicio por el asesinato de Samuel Luiz, las acusaciones se dirigieron este jueves a los miembros del jurado popular para convencerlos de que los cinco acusados, sin excepción ni matiz alguno, mataron a la víctima. «Todos tuvieron la intención de acabar con su vida. Fueron plenamente conscientes de que con sus actos había una alta probabilidad de matarlo», señaló la fiscala, Olga Serrano. El concepto que tiene de los acusados no puede ser más negativo: dijo que eran peores que «una manada de lobos que sale de caza, que eligen una presa débil». «Unos se encargan de atacar y otros de evitar que el rebaño pueda auxiliar a su objetivo. Primero aterrorizan, luego agotan y finalmente causan la muerte. Pero no los estoy llamando lobos, esos animales cazan para sobrevivir, y los seres humanos como estos lo hacen por diversión y para regodearse en el dolor ajeno», afirmó. Y por si eso no fuese suficiente, añadió: «Los acusados querían ver la sangre de Samuel y disfrutar de su indefensión absoluta».

La representante de la Fiscalía ni siquiera cree que los acusados estén arrepentidos: «No pararon de golpear a Samuel hasta que cayó desplomado. En ningún momento tuvieron la intención de dejar de agredirlo porque lo que buscaban era su muerte. Lejos de sentir dolor por el daño causado, están un poco orgullosos de ser los protagonistas de la fiesta».

Y la fiscala no terminó ahí. Sin apartar la vista de los miembros del jurado popular, les recordó que «la maldad existe» y que estaba representada en la sala de la Audiencia Provincial de A Coruña. Para Olga Serrano, lo que ocurrió aquella madrugada del 3 de julio del 2021 dejó muchas víctimas, pero «a la familia de Samuel solo le queda una tumba a la que ir a llorar, mientras que las de los acusados podrán seguir viéndolos y abrazándolos, aunque sea en una cárcel». Por todo ello, dirigiéndose a los jurados, les dijo: «A Samuel solo le quedan ustedes. Hónrenlo».

La fiscala fue implacable. Valiéndose de una poderosa oratoria y con el fin de convencer al jurado, esbozó un perfil de cada investigado. De Diego Montaña dijo que es «el ejemplo de fuerza bruta, el líder de la manada, el macho alfa». Alejandro Freire, «el lugarteniente del líder. Solo le faltó decir que Samuel murió solo». Katy Silva, «la dulce niña que mantiene una relación tóxica y celotípica con el macho alfa y en sus ratos de ocio posa con catanas. Tiene un carácter agresivo y airado». Kaio Amaral «se creía el primero de la clase delatando y exculpándose», mientras que Alejandro Míguez es «el mentiroso» de la pandilla.

La acusación particular, que representa a la familia de la víctima, tampoco se creyó el perdón de los cinco acusados, que «tuvieron tres años y cuatro meses para disculparse y lo hacen ahora». La acusación popular afirmó que Samuel Luiz «fue asesinado por una manada que lo molió a golpes».

Las acusaciones se abrirían a que Silva y Míguez fueran penados solo por cómplices

Las defensas de Diego Montaña y de Alejandro Freire se dirigieron al jurado popular para pedir que sus clientes no sean condenados por asesinato y sí por delitos menos graves. El letrado de Montaña —se enfrenta a 25 años de cárcel— lo ha considerado autor de un homicidio por imprudencia grave en concurso con lesiones o, alternativamente, un homicidio, por lo que solicita que sea condenado a penas de entre 3 y 10 años. En el caso de Freire —piden para él 22 años—, su abogado solicitó que sea penado por un delito de lesiones, aunque se abrió a que lo sea, subsidiariamente, por homicidio imprudente o incluso homicidio. También requirió una eximente completa por alteración psíquica y drogadicción. La defensa de Kaio Amaral pidió al jurado que solo lo castigue con una multa por ser responsable de un delito contra el patrimonio —el robo del móvil de Samuel—. También aceptaría indemnizar a la familia de la víctima con 859 euros, que es el valor del teléfono.

Las acusaciones añadieron una alternativa en su calificación inicial al matizar que si Alejandro Míguez y Katy Silva no son responsables de asesinato, podría considerárseles cómplices de este, por lo que reducirían sus condenas a 13 años y a 14 años y 6 meses, respectivamente.