Últimas noticias sobre Marcela y Elisa: «Quedaron en el pueblo muchos años, siempre en compañía, y vistieron ambas de mujer»
FUGAS
Nuevos documentos demuestran que las dos maestras convivieron años en Argentina, país al que huyeron tras ser descubiertas en A Coruña, lo que desmonta la hipótesis de su vida por separado en América
23 dic 2025 . Actualizado a las 14:41 h.Volcado en recuperar la voz de los maestros represaliados en el verano de 1936, Narciso de Gabriel (Baleira, 1955) dio con la historia de Marcela y Elisa. Dos de las primeras docentes que se beneficiaron de la preferencia concedida a las mujeres para regentar las escuelas mixtas y que en 1901 protagonizaron un hito, casarse. Para ello, Elisa se vistió de Mario.
En su último libro, Xogar coa pólvora (Galaxia), aporta un nuevo capítulo a esta aventura. Siempre se pensó que, tras desembarcar en Argentina, adonde huyeron y donde Elisa se casó con un danés, Christian Jensen, la vida de ambas había transcurrido por separado. Pero no fue así.
NORMA, LA BISNIETA DE MARCELA
La pista de la que tirar se la dio a Narciso Norma Graciela Moure. Es la bisnieta de Marcela. Vive en Argentina y, en el 2019, la confirmación de que se trata de una descendiente de la maestra coruñesa reavivó el interés de los medios por la historia. La Voz fue el primer periódico en entrevistarla. Para Norma, descubrir la vida que había tenido la bisabuela cuya foto y documentos guarda en casa, así como averiguar quién era «la tía Elisa» fue un revulsivo. Quería saber más.
«Durante la pandemia decidí preguntar a una prima si sabía dónde se habían casado mis abuelos. Me dijo que en Banderaló. Comencé a investigar. Descubrí que había en Banderaló un periodista, Raúl Comba, fallecido en el 2022, quien había escrito un libro sobre la historia del pueblo. Me comunico con él y se apasiona con la historia», nos cuenta Norma hoy, a punto de despedir el 2025, desde Argentina.
Lo primero que averigua, gracias al periodista de Banderaló, una pequeña localidad en el noroeste de Argentina, próxima a La Pampa, es que en 1902 no había registro civil allí, pero sí acababan de inaugurar uno en un pueblo vecino, Larroudé, ya en La Pampa. «El registro civil me manda la partida de casamiento de mis abuelos. Por primera vez veo la firma de mi bisabuela, Marcela, con la de mi abuela, su hija Enriqueta. Mi abuela siempre creyó que había nacido en A Coruña y que un Adolfo Sánchez [el apellido de Elisa y una de sus posibles personalidades masculinas], muerto en mayo de 1902, era su padre. Pero no iba a ser así», adelanta Norma.
El periodista Raúl Comba vuelve a escribirle. «No lo podía creer. En la biblioteca de Banderaló había un escrito de la época donde se hacía mención a Marcela y Elisa. Todo esto se lo hice llegar a Narciso», exclama Norma. Los textos estaban en un libro escrito a máquina por Ángel Cordone, cronista aficionado de la localidad, y que custodia el Museo del Pueblo. Es la prueba de que las maestras estuvieron en Banderaló años y dieron que hablar.
Reproducimos un fragmento de la crónica: «Allá en la postrimería del año 1903 llegaba a Banderaló un señor inglés [se trataba del dinamarqués Christian Jensen, con el que Elisa se casó en Argentina] que venía a ocupar una quinta de su propiedad en los suburbios; lo acompañaba su señora [Elisa] y una cuñada [Marcela], esta última traía una hija de un año de edad [Enriqueta]. Las tres mujeres eran de origen español y se decía que al poco tiempo de desembarcar en Buenos Aires habían conocido al inglés con el que había contraído enlace la mujer que no tenía hija», recogió el cronista.
Continúa: «Algunos meses después de la llegada se corrió la noticia de que estas dos señoras no eran tal, sino que se trataba de un matrimonio; es decir, que la que no tenía hija se había casado en España con la señora de la nena, y en Buenos Aires con el inglés, con la diferencia de que en España lo había hecho como hombre y en Buenos Aires como mujer. Dio mucho que hablar. El diario La Prensa publicó un gran artículo sobre esto».
Siempre «en compañía»
Al poco tiempo, el danés abandonó Banderaló. «Pero no así las dos mujeres con su hija, ya que esta nena estaba anotada en España como hija de ellas. Estas quedaron en el pueblo muchos años, siempre en compañía, como si hubiesen sido en realidad esposos; y la niña fue después una señora de la sociedad banderolense. Las dos vistieron siempre ambas de mujer», sentencia la crónica.
«Parece, pois, que Elisa e Marcela tiveron a oportunidade de prolongar en Banderaló a súa convivencia, aínda que non sabemos por canto tempo. As súas vidas presentan baleiros. De cando en vez, aparacen datos que nos axudan a reconstruír a traxectoria do que no seu día se bautizou como "un matrimonio sen home"», explica Narciso de Gabriel.
Estas nuevas informaciones contradicen la tesis, que ya fue cuestionada por De Gabriel en uno de sus primeros libros, sobre el suicidio de Elisa en Veracruz, México. Un suceso del que se hizo eco la prensa mexicana y española en 1909: «Embarca en un trasatlántico, y, desesperada, loca, herida en lo más vivo de su alma, se entrega a las furias del mar».
Como expuso en el epílogo de Elisa e Marcela. Amigas e amantes (Xerais), hay «inconsistencias». La boda, como consta en el acta matrimonial, fue en Argentina y el juez ante el que Christian Jensen —fallecido en 1915, como también se publicó en prensa— denunció a su mujer tras descubrir su historia con Marcela sobreseyó el caso. Además, tras consultar la documentación del consulado de España en Veracruz, «non atopei información alguna sobre o posible suicidio de Elisa», dice Narciso.
Tapar esos huecos es la meta de Norma, la bisnieta de Marcela. Como antes de huir a Argentina la pareja estuvo escondida en Portugal, allí también han surgido publicaciones. En una dieron con la partida de nacimiento de su bisabuela. «La bautizaron en Senhor do Bom Fim como María Henriqueta Gracia Ibeas, como hija de padre desconocido», precisa Norma.
Conocer la historia de su bisabuela la «conmovió mucho». Antes de saber de su paso por Banderaló, pensó, «que el tema había concluido, pero parece que aún quieren más, no que las olviden», sostiene. La historia de Elisa y Marcela todavía no ha terminado de escribirse.