Permítasenos recordar que el día 23 de octubre, que será jueves, Andalucía rendirá homenaje en Sevilla a la vida y la obra de Julia Uceda, poeta de cuyo nacimiento se cumplen ahora cien años. Será a lo largo de una jornada, impulsada por la Junta de Andalucía y la Fundación José Manuel Lara, que tiene por marco la feria del libro de la capital andaluza y que incluirá la presentación de la antología de los versos de Julia: un volumen que lleva por título A todo lo que pase y se borre y se pierda, y que está ilustrado por el artista plástico —y sobrino de la escritora— Francisco Uceda. Al encuentro asistirán la consejera de Cultura del gobierno andaluz, Patricia del Pozo; el subdirector general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Jesús González; y, en representación de Ferrol, el concejal de Cultura, ensayista y crítico literario José Antonio Ponte Far.
Durante sus últimos años, los más fértiles, en lo que a la poesía se refiere, de su larga y brillante trayectoria literaria, Julia vivió, al mismo tiempo, en Ferrol —concretamente en el valle de Serantes, en una casa con un jardín precioso bajo cuyos árboles, en las largas tardes de verano, siempre cantaban los mirlos— y en Sevilla. Quiero decir que ella, salvo cuando algún viaje la alejaba de Galicia, solía estar casi siempre en su casa ferrolana, escribiendo y sobre todo leyendo, mientras su corazón también mantenía vivo el poderoso eco de su niñez andaluza, allá en el sur.
(«Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, / y un huerto claro donde madura el limonero...», escribió, ya saben ustedes, el gran Antonio Machado, a quien Julia Uceda admiró siempre tanto).