Sánchez pone a prueba en el Congreso el futuro de la legislatura

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión de control al Gobierno.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión de control al Gobierno. ZIPI / EFE

Los socios vinculan su apoyo al calado de las medidas contra la corrupción que anuncie el presidente

08 jul 2025 . Actualizado a las 23:29 h.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afronta este miércoles una de las comparecencias en el Congreso más complicadas desde que llegó a la Moncloa en 2018. En medio de los escándalos que afectan al Gobierno y al PSOE, Sánchez tendrá que anunciar medidas de calado en contra de la corrupción para tratar de que sus socios de investidura mantengan su apoyo al Ejecutivo. Sánchez llega al Congreso en un ambiente muy hostil, no solo de la oposición del PP y Vox, que exigen su dimisión, sino también de sus socios, que le pondrán a prueba con sus demandas de medidas urgentes y de calado y medirán el futuro de la legislatura en función de su respuesta.

En principio, ninguno de los socios de investidura ha anunciado la posibilidad de retirar su apoyo al Gobierno o de reclamar un adelanto electoral, pero algunos de ellos podrían acabar solicitando la presentación de una cuestión de confianza para que Sánchez compruebe si mantiene o no el apoyo mayoritario del Congreso.

De hecho, dos de los partidos que apoyan al Gobierno, ERC y el BNG, fueron los primeros en solicitar la comparecencia de Sánchez tras la revelación de que Cerdán estaba al frente de una trama que cobraba mordidas a cambio de concesiones de obras públicas. Sánchez desgranó ante el comité federal del PSOE las medidas de regeneración que afectan a su partido, pero nadie, ni siquiera en buena parte del Gobierno, conoce lo que anunciará este miércoles en el Congreso. Pero la portavoz del PSOE, Monte Mínguez, anticipó que «la gente se va a sentir reconfortada» con los anuncios de Sánchez.

Entre las exigencias que se demandan al jefe del Ejecutivo están las de ERC y Podemos, que reclaman medidas que impidan que las empresas que hayan pagado sobornos a cambio de obras puedan volver a contratar con la administración. En principio, esta una de las cuestiones que el Gobierno está dispuesto a estudiar. Pero Podemos, que está en una escalada para marcar distancias con el Gobierno, no se lo pondrá fácil a Sánchez. Su secretaria general, Ione Belarra, ya dijo este miércoles que solo esperan «medidas cosméticas» contra la corrupción por parte del presidente.

Coalición Canaria es el único grupo que ha adelantado ya que pedirá una cuestión de confianza al margen de lo que anuncie Sánchez. El PNV no adelanta su posición y advierte que tras la comparecencia abrirán un período de reflexión para decidir si mantienen o no su apoyo a Sánchez.

Junts, uno de los socios menos fiables del Gobierno, pone por delante de las medidas anticorrupción el compromiso del Ejecutivo con los pactos asumidos cuando Santos Cerdán era el interlocutor de Carles Puigdemont. El diputado de Compromís que permanece en Sumar, Alberto Ibáñez, pedirá a Sánchez que garantice que no hay financiación ilegal del PSOE, algo que también ha exigido ERC.

 Sumar pide contundencia

Pero el líder del PSOE se va a encontrar también con una posición nada cómoda por parte de sus socios de Sumar, que no solo reclamará decisiones contundentes en contra de la corrupción, sino también un impulso a las medidas sociales. Sumar pretende escenificar la apertura de una nueva etapa en la coalición con un giro a la izquierda por parte del Ejecutivo. «No puede jugar con fuego», dijo ayer la portavoz de Sumar en el Congreso, Verónica Martínez Barbero, que aseguró que las medidas que ha pedido al PSOE son «exigencias». Más lejos fue el portavoz de los Comunes Gerardo Pisarello, que advirtió de que si el jefe del Ejecutivo no resulta convincente, su comparecencia puede ser «la antesala de una cuestión de confianza».

Desde el PP, su nueva portavoz, Ester Muñoz, indico que «nada» de lo que diga Sánchez les va a convencer, salvo que anuncie que convoca elecciones.