El Congreso recuerda al prototipo de fontanero ideal: José Enrique Serrano

ESPAÑA

El que fuera jefe de Gabinete de González y Zapatero falleció el martes en Madrid
12 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Un poco de paz y respeto en medio de la polarización, los gritos, los insultos y las verdades alternativas. Ese fue el último logro del exdiputado socialista José Enrique Serrano (Madrid, 1949), que fue jefe de Gabinete de los presidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y fue homenajeado en el Congreso con un minuto de silencio tras fallecer este martes en Madrid a los 75 años.
Serrano fue el guardián de buena parte de la memoria del viejo socialismo que apenas unos pocos reclaman. En los tiempos en los que el término «fontanero» está desprestigiado por la asociación a personas como Leire Díaz o el comisario Villarejo, José Enrique Serrano fue uno de esos políticos que contribuyeron a realzar el papel del discreto pero eficaz secundario capaz de mantener el orden en medio del barullo del día a día en la Moncloa.
Llegó a la segunda fila de la política en el tramo final de la presidencia de Felipe González, que lo eligió como jefe de Gabinete en medio del huracán de los GAL, de Juan Guerra y de Luis Roldán. Fue el guardián de los secretos de la «bodeguilla», el espacio del palacio presidencial en el que González despachaba con los más cercanos. Antes, había progresado bajo la dirección de Narcís Serra, con el que desempeñó diversos puestos en una Administración que buscaba su propio modelo tras la Transición.
Su leal silencio le valió para, ocho años más tarde, regresar al mismo puesto, y con la misma discreción, a las órdenes de José Luis Rodríguez Zapatero tras ejercer en la oposición de cicerone de Joaquín Almunia. y en la Junta de Andalucía como asistente de Manuel Chaves.
Con el de León sirvió de puente con la vieja guardia. Como antes había hecho entre guerristas y felipistas en la primera gran guerra interna de los socialistas. Y cuando la crisis inmobiliaria arrasó las expectativas electorales del PSOE, se convirtió en el bastón en el que se apoyó Alfredo Pérez Rubalcaba para mantener a flote la nave socialista cuando encadenaba los peores resultados de su historia.
En los momentos iniciales del sanchismo, tras apoyar en las primarias a Patxi López, le tocó reemplazar a Eduardo Madina en el Congreso. Y, tras la moción de censura del 2018, la primera entrevista de Pedro Sánchez fue con él para conocer las interioridades de la Moncloa, aunque finalmente se decantó por el publicista Iván Redondo, el perfil más antagónico a su discreta personalidad.