Barcelona se blinda por la Conferencia de Presidentes en un clima de tensión
ESPAÑA



























Recibe a los líderes autonómicos en pleno pulso con el Gobierno de Sánchez
06 jun 2025 . Actualizado a las 11:20 h.En un clima de máxima tensión por los escándalos que afectan al Gobierno de Pedro Sánchez, Barcelona acoge por primera vez este viernes una Conferencia de Presidentes, el órgano de cooperación multilateral creado por José Luis Rodríguez Zapatero hace más de 20 años. Aunque los convulsos años del procés han quedado atrás, la capital catalana amanece hoy literalmente tomada por la policía, en un despliegue propio de las grandes citas que tiene como epicentro el Palau de Pedralbes, en la avenida Diagonal, sede de la cumbre. El dispositivo de los Mossos d'Esquadra incluye antidisturbios y especialistas en explosivos (Tedax), así como las unidades de motos, subsuelo, canina, drones y el Grupo Especial de Intervención (GEI). Un helicóptero sobrevolará la zona antes, durante y después, mientras la Guardia Urbana se ocupará de la gestión del tráfico en las calles adyacentes, por donde transcurrirán las comitivas del Gobierno, la Casa Real y las diferentes comunidades. En el operativo también participan los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, coordinados desde la Delegación del Gobierno.
La Conferencia de Presidentes de hoy es la número 28 y, tal como ocurrió con la precedente, la de Santander en diciembre, acabará muy probablemente sin acuerdos como consecuencia del pulso que mantienen el Ejecutivo socialista central y las comunidades gobernadas por el PP. El gran escollo lleva el sello del PSC de Salvador Illa, anfitrión del encuentro, y su pacto con Esquerra para romper la caja común y dotar a Cataluña de un modelo de financiación singular al margen del resto. Un acuerdo que rechazan la mayoría de las comunidades, algunas del mismo color político que sus impulsores. En principio, la idea de Sánchez e Illa era esquivar la financiación para centrarse exclusivamente en el problema de la vivienda, pero la determinación de los dirigentes del PP y la amenaza de plante llevó al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, a rehacer el orden del día e incluir los temas que interesan a todos.
En vivienda, la oferta del Gobierno pasa por triplicar la inversión pública hasta los 7.000 millones de euros, con el compromiso de sufragar el 40 % si las comunidades asumen el resto. «La vivienda no puede ser el juguete electoral de un presidente en apuros», replicaron los populares.
Agenda de máximos
Los barones del PP viajan a Barcelona con un programa de máximos, en el que, entre otras medidas, exigen al Gobierno derogar la ley de vivienda, prolongar la vida de las nucleares y anular los acuerdos singulares con Cataluña no solo en financiación, también en migraciones, tras el acuerdo con Junts para delegar las competencias en esta materia.
Desde la Generalitat, el consejero de Presidencia, Albert Dalmau, reclamó ayer a los populares un tono «constructivo», que no vayan a Barcelona «a reventarlo todo». Aunque las esperanzas de que la cumbre dé algún tipo de fruto son más bien escasas. Por no decir nulas. Como muestra, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, amenazó con abandonar la reunión si se permite el uso de las lenguas cooficiales, una novedad de esta Conferencia, a petición de Cataluña y País Vasco. «O me lo dicen en español o me saldré», dijo ante la intención de Illa de utilizar el catalán en su intervención. Por último, también se quejan los ayuntamientos. La presidenta de la Federación Española de Municipios (FEMP), María José García Pelayo, lamentó que Sánchez no les haga «ni caso» y que les haya citado en Barcelona sin saber para hablar de qué.
El palau de Pebralbes: de residencia real a cuartel general del «procés»
El Palau de Pedralbes, sede de la Conferencia de Presidentes, no es un palacio cualquiera. En sus orígenes medievales fue una masía, reformada a finales del siglo XIX por la acaudalada familia Güell, que la convirtió en casa de veraneo, y donada al rey Alfonso XIII en el año 1918, en agradecimiento a su título nobiliario. Entonces se convirtió en residencia del monarca cuando este recalaba en Barcelona. Antoni Gaudí diseñó una parte de los jardines que rodean el edificio señorial. Con la República, el edificio pasó a manos del ayuntamiento, que lo convirtió en museo de artes decorativas. En 1937 fue sede temporal del Gobierno de Juan Negrín y durante el franquismo volvió a ser residencia del jefe del Estado. Así fue hasta 1975, en que la familia real optó por alojarse en el palacete Albéniz, en la montaña de Montjuich.
En el 2008, más de cuarenta países de ambas orillas mediterráneas acordaron ubicar aquí la sede permanente del secretariado de la Unión por el Mediterráneo (UpM). La capitalidad mediterránea de la ciudad quedó perfilada en el 1995, con el llamado Proceso de Barcelona, un mecanismo de coordinación internacional entre todos los países ribereños, que arrancó con una cumbre celebrada precisamente en el Palau de Pedralbes.
En plenos preparativos del referendo unilateral del 2017, el llamado Estado Mayor del procés, formado por el expresidente Carles Puigdemont y un reducido núcleo de fieles, utilizó uno de los pabellones para albergar algunas de sus reuniones secretas. Entre ellas, la que acabó por decidir el modelo de urna del 1-O. Meses después de que Puigdemont declarara la independencia y el Gobierno suspendiera el autogobierno con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, tomó las riendas de la Generalitat Quim Torra, que ejerció de anfitrión en la cumbre con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el 20 de diciembre del 2018. Aquella cita sirvió para escenificar un cierto deshielo en las relaciones entre ambos gobiernos.
En el 2022, el Ayuntamiento de Barcelona cedió la titularidad a la Generalitat, que lo convirtió en segunda sede del Gobierno catalán, reservada para ocasiones especiales. En el pabellón norte, el utilizado en las reuniones preparatorias del 1-O, se ubica precisamente la oficina de otro expresidente independentista: Pere Aragonès, de Esquerra, que se instaló allí tras perder las elecciones de mayo del año pasado y ceder la Generalitat a Salvador Illa.