El BBVA puede dar marcha atrás si cree que los nuevos requisitos comprometen la rentabilidad de la operación
ECONOMÍA

De acuerdo con la oferta presentada hace algo más de una año, esperaba un retorno del 20 % sobre la inversión
24 jun 2025 . Actualizado a las 19:28 h.Con las nuevas exigencias impuestas por el Gobierno sobre el tapete, la pelota está ahora en el tejado del BBVA. La entidad que pilota Carlos Torres deberá analizar con lupa la nuevas condiciones que habrá de cumplir, que se suman a las pactadas en su día por el banco con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), hacer sus números, y concluir si la operación sigue siendo rentable. O si, por el contrario, ese retorno sobre la inversión del 20 % que calculaba cuando presentó la oferta se ve comprometido. De llegar a la conclusión de que así es, la entidad vasca puede dar marcha atrás y retirarse. La ley se lo permite.
No sería el único motivo que autorizaría al BBVA volver sobre sus pasos. Podría también desistir de su propósito si el Sabadell acaba vendiendo el TSB, la filial británica que tantos quebraderos de cabeza le dio en su momento al banco catalán y que ha acabado convertida en una de las joyas de su corona. La venta de esa parte esencial del grupo le abriría a los de Carlos Torres otra puerta de salida.
En el caso de que, aun teniendo que asumir nuevas condiciones —como la prohibición de absorber al Sabadell durante al menos tres años—, el BBVA decida seguir adelante, deberá comunicárselo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) e informar al organismo de cuál será el impacto de esas exigencias en el ahorro de costes que preveía con la operación. La entidad cifró en su día las sinergias que le proporcionaría la fusión en 850 millones de euros. Hay que incluir esos números en el folleto de la opa para que los accionistas del banco catalán decidan lo que hacer con sus títulos poniendo a su alcance toda la información disponible.
Precisamente en ese capítulo pusieron ayer el énfasis desde el Sabadell. El banco catalán reclamó a la entidad que preside Carlos Torres que ponga cifras a lo que va suponer gestionar los dos bancos por separado en el caso de que BBVA adquiera el Sabadell, tal y como ha exigido el Gobierno para autorizar la operación. Insta a la entidad vasca a proporcionar «información sobre el impacto de estas condiciones, tanto en las sinergias esperadas como en su capacidad de retribuir al accionista en el futuro». «Dicha información es relevante para nuestros accionistas».
«Queremos reiterar nuestra confianza en la solidez de nuestro proyecto en solitario y en su capacidad para generar valor para nuestros accionistas», subrayaron, para terminar, fuentes del banco que preside Josep Oliu.
De momento, la entidad vasca se ha limitado a comunicarle a la CNMV que ha recibido la resolución del Consejo de Ministros que autoriza la concentración económica resultante de la oferta sobre Sabadell, con una condición adicional a los compromisos presentados por el banco, y que «está evaluando [la decisión del Gobierno] a los efectos del régimen de ofertas públicas de adquisición de valores». Sin más.
Claro que también podría el BBVA acabar llevando la operación a los tribunales, como ya sugirió su presidente, si considera que el Gobierno ha sacado los pies del tiesto, saltándose los límites que le impone la ley. Por mucho que ayer el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se afanara en negar tal extremo. Insistiendo en que la decisión es equilibrada y respeta la Ley de Competencia, y detallando que para avalarla han solicitado un informe a la Abogacía del Estado. En la nota de prensa difundida tras el Consejo se aclara también que la medida «Encuentra arraigo en la Constitución Española» y en que está avalada por decisiones anteriores del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. En cualquier caso, es un decisión recurrible ante el Supremo
La baza de Bruselas
Además, al BBVA le queda también la baza de Bruselas, que está siguiendo de cerca los pasos del Gobierno en esta operación, y que ya ha advertido que tomará cartas en el asunto. Ayer mismo, reiteraba que «utilizará sus poderes como guardián de los Tratados para eliminar cualquier restricción injustificada al mercado único impuesta por los Estados miembro». A lo que Cuerpo replicó que «es importante tener un sector financiero diversificado»
Tampoco resultan del agrado del BCE las restricciones impuestas por algunos países a este tipo de operaciones. Lo volvió a dejar claro ayer su vicepresidente y ex ministro de Economía español, Luis de Guindos, durante su intervención en el curso organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la UIMP, en Santander. En su opinión, «poner obstáculos» a operaciones de consolidación bancaria «limita, de alguna forma, la credibilidad del discurso pro unión de capitales».