Velis Nolis rinde culto en A Estrada al vermú

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

A ESTRADA

Miguel Souto

El restaurante estradense abrió recientemente un segundo local con una vermutería que levanta pasiones

30 may 2025 . Actualizado a las 12:07 h.

Hace ya más de dos décadas que el chef de origen catalán, Jaume García, triunfa al frente de los fogones de su restaurante Velis Nolis, ubicada en el número 16 de la rúa Don Nicolás, en A Estrada. Entre sus logros está el haber difundido en estas tierras de Tabeirós uno de los platos típicos de su tierra: los calçots que desde hace 20 anos se pueden degustar en el establecimiento. Fue uno de los primeros en popularizar este plato en Galicia y desde entonces, estas cebollas dulces y alargadas que deben su nombre al método de cultivo son degustadas, en temporada, por cantidad de adeptos.

Pero no solo de esta verdura vive el hombre, Jaume García lleva también más de dos décadas ejerciendo de embajador del vermú en el municipio y, a fuerza de recomendaciones a los clientes fue ampliando su peso en la carta del restaurante Velis Nolis. Poco a poco ha logrado crear una amplia cantera de devotos que le iban pidiendo más cada día. Pensando en esta clientela y otros nuevos que podrían sumarse a esta pasión, el empresario abrió hace unos meses una vermutería en las galerías de la calle Don Nicolás.

Son las mismas galerías donde Jaume García tiene desde hace siete años su restaurante, en un local nuevo e independiente en el que antaño hubo un cíber, el chef estrenó la que fue la primera vermutería de la comarca y un proyecto pionero.

El local cuenta con una barra de servicio que ofrece una capacidad para alrededor de una veintena de personas. El local funciona como vermutería pero completa la oferta con una pizarra de tapas y pinchos fríos, como gildas o conservas destinadas a acompañar esta bebida.

No será lo único, la carta incluye también raciones de fideuá y otras especialidades cocinadas en el restaurante Velis Nolis, que se encuentra apenas a unos metros de distancia de este nuevo local, el segundo del empresario estradense.

La idea de esta nueva apertura era también que sirviera de apoyo al restaurante, especialmente en horas de mucho apuro. Y es que el restaurante tiene una capacidad reducida para cerca de una veintena de personas. Un número de mesas y de plazas que se queda escaso a la hora de las comidas o de las cenas.

En invierno el pasillo se utilizaba como terraza interior calentada por medio de grandes estufas, pero que ahora prohíbe la legislación.

Cuando Jaume García abrió su primer local en A Estrada decidió apostar por el vermú. Entonces en el municipio se servía poco más que Martini. «Aquí había cerveza o sidra de grifo, pero vermú no se veía. Nosotros pusimos un grifo de Yzaguirre y lo regalábamos para que la gente se animara a probarlo», cuenta el hostelero.

Veinticinco años después, el restaurante Velis Nolis suma ya doscientos tipos distintos de vermús y una buena cartera de clientes que cumplen semanalmente con el rito del vermú o que le han encontrado el punto a tomarlo como acompañamiento del almuerzo o la cena.

Devoción catalana

Para Jaume García «En Cataluña, el vermú antes de comer es una devoción. Se toma con chips, aceitunas o berberechos en conserva y es un rito». En A Estrada también se ha revalorizado la religión del vermú, que tiene en el Velis Nolis su templo. En el restaurante hay vermús para todos los gustos y para todos los bolsillos. Los hay tintos, blancos y rosados, más o menos amargos y de distintos puntos de la geografía, como Cataluña, Madrid, País Vasco, Asturias, Galicia, Francia o Italia, donde nació el vermú moderno en 1786, de la mano de Antonio Benedetto Carpano. La bebida ya se había inventado en el siglo XV pero, como muchas, con fines medicinales.

 Una base de vino

«Antiguamente se hacía para aprovechar el vino que quedaba en las cubas cuando era preciso vaciarlas para reutilizarlas, pero hoy hay una cultura del vermú impresionante. Todas las bodegas hacen vermú. Incluso la marca de ginebra Seagram's tiene el suyo», explica Jaume García. En Galicia también hay muchas bodegas que se han apuntado a la moda. En el Velis Nolis se ofrecen hasta 25 marcas gallegas.

Para todos los gustos

Los vermús catalanes Padró, Dos Déus y Miró y los madrileños Zarro o Domingo están entre los favoritos de Jaume García, que advierte que la colección de sabores es casi interminable. Va de los más amargos a los más dulces, pasando por los que tienen un ligero sabor ajerezado por fabricarse utilizando barricas de jerez o los que tienen un toque ahumado.

En cuanto a precios, hay vermús para todos los bolsillos. En el restaurante Velis Nolis el más barato cuesta 1,80 euros la copa (10 centilitros) y el más caro alcanza los ocho euros.

Pero aparte del vermú, el Velis Nolis, es un paraíso gastronómicos para un cuidado restaurante de estilo bistró especializado en cocina mediterránea. Ofrece una carta variada de la que forma parte el bonito de Burela y tienen amplia representación los pescados y mariscos y una larga lista de productos de proximidad que llegan del mar o del campo a la mesa.