
El parque situado junto al Novo Campo, poco conocido y menos utilizado, tiene los asientos tapizados de vegetación y los báculos de luz por el suelo
04 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En A Estrada si algo no sobra son las zonas verdes. La renovada alameda tiene más hormigón que árboles y la Praza da Feira apenas ofrece sombra de momento. Falta todavía un gran parque público para pasear o sentarse al fresco evitando el gris de las aceras y dejándose arrullar por la calma del verde.
Lo más parecido que tienen los estradenses por ahora es la vieja Carballeira Municipal que, más achuchada que nunca, sobrevive ofreciendo una isla de aire puro a los devotos del verde.
A pocos metros de ella se encuentra otro parque modesto al que, esforzándose, se le puede encontrar cierto encanto. Sin embargo, es un gran desconocido para la mayor parte de los estradenses. Nadie habla de él. Nadie lo habita. Por no tener, el parque no tiene ni nombre. Y eso que lleva en su sitio casi una década. Los pocos que lo mencionan se refieren a él por su ubicación: el parque contiguo al Novo Campo Municipal. Hace una década que el nuevo estadio jubiló al de A Baiuca y concentró toda la actividad deportiva en la zona. La Agasp liberó para ello 45.000 metros cuadrados de terreno. La mayor parte se destinaron al nuevo campo de fútbol. En la parcela sobrante se construyó un parque que nunca llegó a suscitar el interés de los estradenses.
La zona verde tiene bancos a la sombra, una agradable brisa en días de calor, olor a pino, banda sonora con pajaritos y hasta un pequeño estanque y un túnel vegetal. Sin embargo, parece que los inconvenientes pesan más que las ventajas, porque el parque es sin lugar a dudas el más desaprovechado de A Estrada. Tanto que hasta casi resulta sospechoso ver a alguien encaramado a él.
¿Y cuáles son las desventajas? Varias. La primera, seguramente, es la pendiente. El parque está habilitado en una zona de importante desnivel situada al lado del campo de fútbol municipal y, aunque está estructurado en terrazas conectadas por un camino serpenteante, no es el más apto para personas mayores o con problemas de movilidad. A mayores, el parque no es el más céntrico. Hay que ir a él a propósito y casi nadie pone el empeño suficiente. Las vistas tampoco son las mejores, aunque puede tener su gracia ver el Novo Campo desde lo alto y divisar desde lo lejos algún partido.
Por si fuera poco, el mantenimiento tampoco es el idóneo. Los senderos están perfectamente transitables y la vegetación se mantiene a raya bastante bien, pero hay algunos toxos que empiezan a crecer al borde del camino, un túnel vegetal que necesita una poda, muchos bolardos luminosos destrozados y derribados —la práctica totalidad— y muchas papeleras a las que les faltan varios de los listones decorativos de madera. Mención especial merecen los bancos, con los respaldos cubiertos por completo de líquenes, lo que da una idea del escaso uso que han tenido.
A la espera del parque exterior
El gobierno estradense ha prometido un enorme parque exterior de 190.000 metros cuadrados de superficie entre la Rúa da Cultura y la Avenida de Pontevedra. Se ejecutará por fases pero, que se sepa, de momento no ha arrancado ni la primera. Si la promesa se cumple, seguramente será el parque más apetecible de A Estrada. Entretanto, hay que aprovechar lo que se tiene.