El viaje transoceánico de Florentino para celebrar 97 con la familia elegida
DEZA
El nonagenario cruza el charco cada año para soplar las velas en A Estrada
22 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Sentado en el sofá de la casa de Juan Blanco y de Beatriz Mosquera, Florentino Brión Basarra (Argentina, 1928) irradia felicidad. Acaba de llegar de Argentina, desde donde ha volado él solo con el único fin de celebrar su 97 cumpleaños rodeado de amigos. «Son mi auténtica familia», subraya.
Florentino tiene tres hijos en Argentina y varios parientes en Boiro y en Porto do Son, de donde eran originarios su padre y su madre. «Los quiero mucho y me quieren mucho, pero no es lo mismo», reconoce sin pudor. Con Juan y Beatriz ha encontrado el calor del hogar y ha fraguado una sólida relación que hace que los 10.000 kilómetros que separan sus lugares de residencia no sean impedimento para regresar cada año a soplar las velas. Ni siquiera ahora que Florentino ya ronda el siglo de vida.
«No me da miedo viajar solo. He tenido la suerte de haber podido viajar por medio mundo. Además, yo soy muy atrevido. Nunca me achiqué por nada. Mi madre me enseñó lo que es la vida. Sin ella, no hubiera sido nada», explica el argentino, un hombre hecho a sí mismo que empezó trabajando de camionero y acabó dirigiendo una próspera empresa de transportes.
Florentino conoció a Juan y Beatriz a través de su mujer, Elsa Fernández Pampín, que es prima segunda del estradense. En una visita a la casa familiar de Vila de Cruces, los estradenses conocieron al mismo tiempo a su prima y al que entonces era su marido, que llevaban años viviendo en Argentina. Juan y Florentino enseguida hicieron buenas migas, comenzando una amistad que ahora tiene casi cincuenta años de solera. «Hicimos varios viajes juntos, por España y también por Argentina», explica Florentino. «Conocimos lo incalculable», cuenta con una sonrisa. Recorrieron toda la costa norte desde A Coruña hasta Santander y luego Portugal y la costa andaluza. «Levavamos un xamón colgado na furgoneta. Durmiamos en pensións e comiamos na furgoneta ou faciamos un churrasco», explica Juan repasando aquellos días de felicidad.
Con los años, Florentino y su mujer se separaron, pero el divorcio no rompió los lazos de amistad que el argentino había trabado con el estradense. «Un día chamoume desde Santiago porque viñera a Galicia e estaba alí nun hotel porque, como se separara, dáballe apuro vir á nosa casa. Eu díxenlle que viñera. Ao fin e ao cabo, eu coñeceraos á vez a el e á miña prima, e tiñamos unha relación moi boa», cuenta Juan Blanco.
Salvado aquel escollo parental, Florentino siguió viniendo a A Estrada cada año a celebrar su cumpleaños. «Nací el día 24 de noviembre, aunque a mí en el registro me anotaron el 26 porque Argentina estaba muy mal entonces», explica. Florentino nació en Argentina, pero en la crisis de los años 30 regresó con su madre a Porto do Son, donde su abuelo tenía dos traineras con las que vivía holgadamente. Con 7 años estalló la Guerra Civil en España y Florentino y su madre regresaron a Argentina para instalarse allí definitivamente.
«Yo me siento más gallego que argentino», cuenta este hombre afincado en Avellaneda (Buenos Aires) que siempre que puede se escapa a Galicia. «Juan y Beatriz son gente muy buena. Juan tiene un corazón de oro y Beatriz es la mejor cocinera del mundo. He probado de todo y es la mejor. Es algo extraordinario», cuenta encantado.
«Me he prometido cumplir 100 años instalado en Galicia»
Juan Blanco le ha organizado a Florentino una gran fiesta de cumpleaños para este domingo. Será en Riobó y asistirán una veintena de personas que compartirán con él cigalas, pulpo y cabrito. Para Florentino, que es devoto de la buena comida (sobre todo de los cocidos, el pulpo y las empanadas de Beatriz), no hay regalo mejor que el calor de la amistad en torno a una buena mesa. Para cuando sople las velas, ya tiene claro su deseo: instalarse definitivamente en Galicia. «He visitado muchos sitios, pero en Galicia es donde mejor me encuentro. Me he prometido cumplir los 100 años instalado aquí. Estoy liquidando mis bienes en Argentina. Quiero vivir aquí y morir aquí», dice.