«Pechamos a nave de Agruchave e as tendas para non abrir ás cámaras e manter o frío»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

MARCOS MÍGUEZ

Tres empresas de la comarca de Deza relatan cómo afrontaron casi 24 horas de apagón y los perjuicios que les ocasionó

04 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El apagón puso en pausa el lunes, a eso de las 12.34 horas en Lalín, una jornada de actividad que arrancó con normalidad. Tres empresas de la zona: Embutidos Lalinense, Prefabricados Faro y florentino nos contaron cómo vivieron esa jornada. En poco tiempo, lo que parecía un corte de suministro eléctrico como tantos otros, ya pasó a tener una envergadura mucho mayor. De forma muy rápida, ya se conoció que el problema afectaba a toda Galicia y, en nada, ya sabíamos que toda España e incluso algún otro país se había quedado sin luz.

Cruz López, encargada de comunicación de Embutidos Lalinense, explica que «na fábrica de Agruchave a primeira quenda empeza ás 7.00 horas». La jornada se desarrolló con normalidad hasta el apagón. Ante las noticias que iban llegando, la empresa decidió «pechar a fábrica e as tendas para que ninguén abrirá ás cámaras e poder manter o frío o que durara o corte».

Fue, al igual que para muchas otras firmas de la zona un día prácticamente perdido. El personal se fue a casa y las tiendas de Embutidos Lalinense, al igual que hacían también los supermercados (no así las grandes superficies que cuentan con generadores) bajaron la persiana.

«Ao non haber rede e sen teléfonos, tampouco se podía facer nada nas oficinas», explica Cruz López. Al día siguiente «xa se puido traballar con normalidade, iso si co traballo que había quedado acumulado do día anterior e que non se puido facer ao quedar sen luz». También para casa se fueron, después de un tiempo de espera, y al ver que el problema iba para largo, la plantilla de Florentino. La jornada de mañana acaba en la empresa a eso de las 13.00 horas. Tino Cacheda explicaba que «nos fuimos a casa y por la tarde ya no trabajamos». Al caer las líneas «ya no se pudo hacer nada. Al día siguiente reactivamos todo. Yo tenía miedo de que fallara algo, pero no hubo problema y pudimos retomar la actividad».

En Rodeiro, la actividad de Prefabricados Faro también arrancó como un día normal hasta que frenó en seco a causa del corte de suministro eléctrico. Julio Hermida cuenta que «foi unha faena e perdemos parte da produción». «Ao final estivemos case un día sen traballar», apunta, «pero a día de hoxe xa estamos recuperados. A día seguinte chegou a luz ás 8.00 e algo como na maior parte do Deza e arrancamos case con normalidade, pero perdemos un día de traballo».

Señala que «o mellor no montaxe traballamos un pouquiño máis pero non se formigonou practicamente nada ese día. Os moldes son en parte mecánicos, pero ao final para mover as pezas co ponte grúa si que son eléctricos» con lo cual «ata ás 12.00 traballouse ben, pero non é suficiente para completar á xornada de traballo. Empezamos a preparar as cousas e o día seguinte puidemos formigonar un pouquiño máis: o que estaba do día anterior preparado e o que se preparou ese día». Hermida asegura que «pudo ser peor. Nós non temos perecedoiros, así que dentro do malo...».