
El australiano se impone en Arabia Saudí, donde solo el campeón le inquieta y Leclerc completa un podio al que Norris no llega por poco
20 abr 2025 . Actualizado a las 21:56 h.Aunque su gesto no lo demostrara, Oscar Piastri estaba exultante después de ganar el GP de Arabia Saudí, tercera carrera que se lleva a la buchaca en lo que va de temporada. El joven talento que cambió Alpine por McLaren se ha confirmado, por fin, como el nuevo líder del campeonato que muchos veían. Serio, fiable y sobre todo tranquilo ante el empuje de Max Verstappen, que no pudo transformar la pole en victoria precisamente porque se desesperó muy pronto y, al saltarse la primera chicane, fue sancionado. El podio lo completó Charles Leclerc, por delante de Norris, que impuso un letal ritmo para intentar sostener la cabeza de la general.
En cuanto a los españoles, Carlos Sainz sumó por fin puntos sin necesidad de sufrir. Cuatro más al zurrón tras acabar octavo y, lo que es más importante para él, delante de Albon, al que acabó ayudando con un buen rebufo que supo a oro. Fernando Alonso, aunque algo más cerca del top 10, sigue sin alcanzarlo y ya culmina su peor inicio de temporada desde el 2017.
Como ya se preveía, desde el mismo comienzo se vislumbró el duelo sin cuartel entre Piastri, el único de McLaren en posición de victoria de inicio, y Verstappen. El australiano arrancó ligeramente mejor que el campeón del mundo, que acabó estrangulado en la primera variante. A esa chicane, que ya en años anteriores fue objeto de la lupa de los comisarios, le tenía bien cogida la medida el de Red Bull, por lo que en cuanto Piastri puso en peligro su primer puesto, no dudó en acortarla. Craso error, porque no contaba con que la FIA esta vez sí aplicara la normativa que en otros casos olvidó y le endosara un castigo de 5 segundos a cumplir en la siguiente parada en boxes. Lo que tenía que hacer Piastri era no ceder más que ese tiempo.
Esa sanción se la comunicaron justo después de que el coche de seguridad, que salió nada más comenzar la carrera, volviese a boxes. El parón lo provocaron un optimista Yuki Tsunoda y Pierre Gasly, que también podía haber hecho algo más para evitar el toque. Ambos acabaron fuera, con el Alpine especialmente afectado.
Tras las paradas en boxes y el consecuente cumplimiento de la sanción por parte de Verstappen, Piastri asumió el rol de líder. El australiano se vio en la posición opuesta a la de las primeras vueltas: ahora era el que debía defenderse del siempre peligroso neerlandés, que asumió con gusto el reto. No fue una defensa directa, ya que Norris estiró su entrada en boxes más de lo que muchos pensaban, pues no le quedaba otra después de la colosal pifia del sábado que le hizo salir desde muy atrás en la carrera. Pirelli se encargó de darle las diez vueltas más de oxígeno que necesitaba.
Y fue clave. La estrategia de los rivales que tenía por encima, fundamentalmente Leclerc y George Russell, jugó a su favor. Si a eso se une que el McLaren es, libra por libra, el coche más competitivo, llegar al podio pronto se convirtió en un objetivo real. La primera víctima fue Russell. Esta vez el de Mercedes no trincó el podio y lo de ir sin hacer ruido no le sirvió para volver a festejar en el cajón de honor. Leclerc fue el primero en bajarle del top 3 y después el propio Norris el que, con maestría y mejores condiciones, le dejó con una mejorable quinta posición.
El líder del Mundial, no obstante, se empeñó en complicarse la vida. En su ansia por intentar llegar con los mejores y cazar el tercer puesto de Leclerc, salió de boxes cruzando la línea blanca de reincorporación, lo que le costó una investigación de la FIA que, en cualquier caso, no le supuso ningún cambio en la eventual sanción: Russell se cayó a más de 17 segundos y no llegó al podio. Norris, cuarto, se tuvo que conformar con quedarse al lado del podio y no encima de él.
Sainz, con pundonor
La carrera de los españoles fue de más ganas que resultados, como ya viene siendo habitual. Carlos Sainz partía desde una más que óptima posición para optar a los puntos, pero se vio pronto peleando por no caer del top 10. Una salida mejorable propició que se viera su versión más luchadora. Primero, peleando por una más que decente séptima posición, que pronto se vio inviable. Empezó a pelear por aguantar octavo, y parecía que lo iba a lograr con comodidad hasta que a falta de cinco vueltas empezó una batalla interna en Williams que se solventó desde la radio. Aunque Albon se acercó mucho acabó conformándose con acabar detrás. Seis puntos para el equipo y una paz vale más que un pique que puede suponer un cero.
Fernando Alonso, por su parte, no pudo hacer mucho. El 12º puesto final parece que es algo más que lo que había obtenido en las primeras citas del año, pero sin el abandono de Gasly y Tsunoda hubiera sido el pobre 14º. Este Aston Martin con tufo a McLaren Honda no da para más.