La zurda de Camavinga sostiene al Madrid en un duelo áspero (0-1)

Jose Manuel Andrés COLPISA

DEPORTES

Vincent West | REUTERS

Un chispazo del francés desatasca un partido marcado por la roja directa a Mbappé tras una durísima entrada que implicará sanción

13 abr 2025 . Actualizado a las 19:12 h.

Como el Barça un día antes, el Real Madrid también cumplió el expediente con una sufrida victoria en un duelo áspero. El equipo blanco sostuvo el pulso con su eterno rival por la Liga con otro triunfo por la mínima ante el Alavés, como el Leganés también espoleado por el miedo al descenso. Tres valiosos puntos en la antesala del intento de remontada frente al Arsenal debidos en gran parte al zurdazo de Camavinga que desatascó el partido.

El equipo blanco sostuvo el preciado botín durante más de media hora en inferioridad por la expulsión de Mbappé, que a buen seguro le hará perderse al menos dos partidos por una peligrosa entrada sobre Antonio Blanco. Otra roja, a Manu Sánchez, facilitó al Madrid la labor de sostener un triunfo capital.

El Alavés, consciente del estado anímico de su rival, mordió arriba desde el inicio. Su presión alta, fruto de un ingente esfuerzo físico, complicó la salida de balón blanca. Solo en un balón largo para el desmarque de Güler encontró el Madrid solución al atasco, aunque el turco no acertó a definir ante la salida de Owono en una acción en la que pidió penalti del guardameta babazorro.

El Madrid, con el centro del campo más físico posible, se aferró al contraataque y el balón parado como armas predilectas e incluso encontró el gol a través de Asencio tras un saque de esquina, en una acción finalmente anulada a instancias del VAR por falta de Rüdiger a Owono.

Respondió el Alavés con remate a la media vuelta del killer Kike García, pero el duelo se estancó entre la disputa y la polémica arbitral. En mitad de un partido tosco en Mendizorroza, el zurdazo con el que Camavinga adelantó al conjunto blanco en Vitoria fue una suerte de bálsamo, pero solo calmó al equipo del sancionado Ancelotti durante unos minutos, los que transcurrieron hasta la roja directa a Mbappé por una entrada durísima sobre Antonio Blanco.

Indiscutible expulsión del francés en una acción que pudo hacer mucho daño al jugador formado en la cantera madridista. Todo un cruce de cables en el peor momento, bajo la necesidad de sostener el pulso liguero con el Barça, la pelea por el Pichichi frente a Lewandowski aún viva y en la antesala de la visita del peligroso Athletic al Santiago Bernabéu.

Resistencia

La superioridad numérica animó al Alavés tras la pausa y el conjunto vitoriano, en plena lucha por eludir el temido descenso, dio un paso al frente, cercando el área madridista en el comienzo de la segunda parte. A base de centros laterales en busca de un experimentado rematador como Kike García el equipo del Chacho Coudet apretó al Madrid, que resistió en el peor momento y respiró a medida que la gasolina de su rival se iba agotando.

Desde su palco, Ancelotti decretó la entrada en escena de Vinicius y Bellingham, un auténtico lujo para la última media hora. El brasileño igualó las fuerzas sobre el verde al forzar la roja a Manu Sánchez, último blanquiazul cuando el '7' se marchaba solo hacia el área local.

En ese contexto de diez contra diez, el tramo final, estirado por una interminable prolongación fruto de las muchas interrupciones, ya fue mucho más amable para el Madrid. Más allá de la incertidumbre de una ventaja mínima y un error de Bellingham en el mano a mano ante Owono que pudo sentenciar el partido, no sufrió en exceso para asegurar un triunfo sin brillo pero capital.